viernes, 21 de julio de 2017

Okja




Título original Okja

Año                2017

Duración        118 minutos

País               Corea del Sur

Director         Bong Joon-ho

Guión            Bong Joon-ho

Música          Jaeil Jung

Fotografía     Darius Khondji

Reparto        Ahn Seo Hyun, Tilda Swinton,

                    Jake Gyllenhaal, Paul Dano,

                    Devon Bostick, Lily Collins,

                    Steven Yeun, Byun Hee-bong,

                   Shirley Henderson, Daniel Henshall


La película ya se ha tropezado con la primera complicación antes de estrenarse, pues ha concurrido en el festival de Cannes 2017 cuando es un producto del catálogo de Netflix ( exclusivo para la televisión). El público televisivo, desde su casa, ha ganado posiciones y la plataforma quiere dar un producto rápido ( de una cierta calidad), de consumo multitudinario. Busca a ese cliente perezoso que no quiere desplazarse a las salas porque quiere el producto frente al sofá de su propia casa y, al mismo tiempo,sacar suculentos beneficios. La presentación de la película en el festival ya se inició con un cierto revuelo de polémica. No cayó muy en gracia y de entrada ya partía  sin ninguna posibilidad de obtener premio. Tanto el presidente del certamen, Almodóvar ,como los directivos consideraron que les habían metido un gol, ya que las películas del festival se supone que contienen un caché especial y su proyección,pasado un tiempo considerable, se estrena en  las salas de cine. Así las cosas, la cinta ya arrancó con polémica ( nunca se sabe si esto beneficia o perjudica su tirada), pero aceptada de entrada seguramente por el buen caché del director surcoreano Bong Joon-ho ( aquel director  de 

Rompenieves” donde una locomotora iba a gran velocidad y no podía pararse por las causas de un calentamiento global en la Tierra y los protagonistas, únicos supervivientes, pelearán por tomar decisiones contradictorias entre ellas) En esta ocasión, “Okja” trata también de la especulación que esconden las grandes empresas alimentarias, las cuales disfrazan la realidad de sus intenciones: hacer ver que lanzan un producto cárnico que salvará la precariedad del hambre en la humanidad cuando detrás de todo ello, como siempre, está la especulación y la desmesura de conseguir riqueza a punta de pala. El experimento consiste en entregar un animal ( entre cerdo e hipopótamo gigante) a varios agricultores durante diez años para que se críe en libertad en granjas de todo el mundo. La bestia protagonista se encuentra en un bosque en las montañas de Corea del Sur. Allí mantiene una relación sensible con una niña

que lo cuida y lo mima. Viven en armonía hasta que llega la fecha en que caduca el contrato del animal. Llega la hora de la marcha (Jake Gyllenhaal, sus últimos trabajos tan variados como en “Animales nocturnos de Tom Ford donde unos macarras de carretera le producen daños irreversibles a él y a su familia o en Demolición de Jean Marc-Vallee donde la trágica muerte de su mujer le hace cambiar drásticamente de vida y quiere romper a lo bestia con el pasado. Ahora, realiza el papel de

showman” excéntrico, contratado por la empresa para presentar la velada final de un concurso rancio). Del otro extremo, Paul Dano 

es el jefe de una organización que se opone a este tipo de organizaciones y quiere cargarse estos eventos  con la intención de librar al animal del matadero.






La trama pasa por un gran experimento que se realiza a largo plazo para criar en un medio rural a una bestia entre cerdo e hipopótamo. La empresa organizadora pretende alcanzar un rendimiento cárnico alucinante, pues las dimensiones del bicho son descomunales, pero una niña, Mija, se hace tan amiga de la fiera que se niega a que se lo quiten, para ello abandona el hogar y persigue al animal para rescatarlo. Entra en acción los que sería lo más parecido a los “antitaurinos” que se oponen a las ideas de la multinacional y ayudan a la chica. La pandilla de defensores de animales lleva sus ideales hasta el máximo, de tal manera que ellos mismos no quieren consumir nada porque sienten que las existencias de alimentos se están liquidando y quieren ser consecuentes con sus principios de tal manera que se sienten débiles y al borde del desmayo. La cinta está enfocada desde el punto de vista de la mutación animal, del consumo desproporcionado y del engaño que quieren pegársela a  los consumidores con el cuento chino de decir que el animal está criado en un campo natural cuando la realidad el bicho es un engendro de laboratorio. En definitiva, el mensaje profundo está en convencer al personal de que la empresa busca el bien humano nada de intereses comerciales. Eso es lo que pretende: confundir a la humanidad  con las especulaciones de unas propuestas naturales cuando detrás hay unos intereses comerciales. Esto no es nada  extraño en el mundo actual donde las multinacionales dominan el mercado actual en todos loa ámbitos. Todo ello acompañado de una música folclórica que más bien parece sacada de alguna película de Berlanga.

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