Vinterberg muestra las miserias de una sociedad
danesa muy diferente a la que podamos pensar de bienestar y progreso. Los temas
centrales son los de una madre alcohólica, los hijos abandonados y castigados
por esa vida de miseria. El director, en sus inicios, ya muestra las vertientes conflictivas del ser humano, por
ejemplo, en su película “Celebración”
desde las alturas de la alta y corrosiva burguesía. Allí la familia se
descarna como carroñas. Su cámara siempre está del lado de los desfavorecidos
como ocurre en “La caza” donde un maestro de escuela siente el acoso desmedido
de una comunidad de vecinos por culpa de un simple malentendido. O la última “Lejos
del mundanal ruido” donde un amor imposible recorre toda la cinta sin que éste se pueda consumar. Por lo tanto, quiere mostrar esa sociedad danesa próspera, pero con
sus lagunas, las mismas que encontramos en el ser humano de todos los tiempos. El
director se queda con la marginación de una sociedad avanzada, la cual también
dispone de un espacio humano abandonado y desprotegido. Los personajes están
marcados por una infancia violenta. Es la etapa de la vida donde les marcará el
camino para seguir en la etapa
adulta. El tiempo frío, gélido, nevado le da a la ambientación una soledad que
siempre acompaña a los personajes, que marca el rumbo fatídico de la historia. Los protagonistas, marcados por esa infancia y una posterior estancia en la cárcel, no encuentran su sitio en la sociedad.
miércoles, 16 de diciembre de 2015
Submarino
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