Año 2015
Duración 95 minutos
País México
Director Celso García
Guión Celso García
Música Daniel Zlotnik
Fotografía Emiliano Villanueva
Reparto Damián Alcázar, Joaquín Cosío,
Gustavo Sánches Parra, Silverio
Palacios, Américo Hollander.
"La delgada línea amarilla" de Celso
García aparentemente no tiene nada que ver con "La delgada línea roja" de Terrence Malick ya
que se mueven en guerras muy diferentes. Sin embargo, tienen puntos en común:
que los personajes están acabados y deambulan en el mundo de nadie como si fueran
fantasmas. Mientras que la primera muestra las hostias que te da la vida en
unos personajes perdedores, sin rumbo; la segunda también se ven abocados en un
callejón sin salida metidos en una guerra contra los japoneses que otros han montado. La película
que nos ocupa se centra en esos perdedores de la vida que deambulan sin rumbo, los cuales
cualquier trabajo es bueno para seguir adelante en su trayectoria errática.
Damián Alcázar ( en un papel similar al que realizaba en "Magallanes" de Salvador del Solar por su postura derrotada que le daría igual morirse en cualquier momento que seguir viviendo tal es su abatimiento) realiza el papel de jefe de obra junto a cuatro personajes acabados como son: Cosio
el chofer que dejó el oficio por encontrarse medio ciego, Sánchez
el ladrón arrepentido, Palacios
el payaso del circo y Hollande
el joven empeñado en llevar siempre la contraria y quererse asociar siempre con la causa más justa ( quizá el papel que más chirría, pues siendo tan joven se lía siempre a las causas más justas desde adoptar a un perro vagabundo hasta perdonar al ladrón que les ha robado).
En ese ambiente de perdedores se desarrollan aspectos sensibles que resultan tiernos de contemplar
Damián Alcázar ( en un papel similar al que realizaba en "Magallanes" de Salvador del Solar por su postura derrotada que le daría igual morirse en cualquier momento que seguir viviendo tal es su abatimiento) realiza el papel de jefe de obra junto a cuatro personajes acabados como son: Cosio
el chofer que dejó el oficio por encontrarse medio ciego, Sánchez
el ladrón arrepentido, Palacios
el payaso del circo y Hollande
el joven empeñado en llevar siempre la contraria y quererse asociar siempre con la causa más justa ( quizá el papel que más chirría, pues siendo tan joven se lía siempre a las causas más justas desde adoptar a un perro vagabundo hasta perdonar al ladrón que les ha robado).
En ese ambiente de perdedores se desarrollan aspectos sensibles que resultan tiernos de contemplar