"Pequeñas cartas indiscretas" de Thea Sharrock ( directora de "Antes de ti") propone una provocación ciudadana en la costa inglesa de Litlehampton por medio de enviar cartas llenas de insultas y palabrotas obscenas. Edith Swan, señora de una edad avanzada, muy beata y tradicional,
interpretada por Olivia Oldman, supuestamente, es la que recibe las cartas y la agraviada. La causante de esa escritura perversa es Rose Goodingi, interpretado por Jessie Buckley, que envía cartas llenas de insultos y obscenas a la devota.
La historia se produce a mediados del siglo pasado porque este sistema de comunicación ha quedado obsoleto. Si hubiera que trasladarlo a la actualidad encontraríamos, por ejemplo, los perfiles falsos de facebook donde hay cierto personal cafre que se hace pasar por identidades diferentes para buscar la estafa o para realizar comentarios fuera de lugar en las redes sociales y buscar el insulto y la desconsideración sin otro propósito que desfogarse.
Es un juego de acusaciones con Timothy Spall rancio y machista de la época que denunciará los hechos a la policía y no parará hasta dar con la persona grosera que envía cartas entre las rejas. Las miradas y las acusaciones van dirigidas a una chica joven que ha llegado hace poco al lugar y muestra un comportamiento abierto, liberal y fuera de los complejos culturales de la época. Es aire nuevo ese lugar que es molesto para los dinosaurios que habitan allí. En fin, historia de una solterona rabiosa y católica que se arrodilla a los designios anquilosados del padre para castigar a una chica opuesta en sus maneras de hacer y de pensar. Sale de la trena, pero las cartas siguen enviándolas. Aquí es donde se despega la trama en averiguar el verdadero culpable.
"Desconocidos" de Andrew Haight se inicia con imágenes generales de una gran ciudad, Londres, en la oscuridad de la noche. Así, la progresión de la imagen avanza y llega a lo particular donde un tipo ,Adam,
interpretado por Andrew Scott, intenta escribir algo ver la tele, comer galletas. se está despertando o es que trasnocha por motivos que desconocemos. El melón está por abrir. Sin embargo, el protagonista sigue con la idea de comer y se puede interpretar que tenga impulsos de comer por ansiedad y depresión. Lo cierto es que está intranquilo, le asaltan indecisiones que desconocemos. En ese amanecer suena una alarma y sale a la calle, por la ventana ve a un vecino que, posteriormente, baja a saludarlo. Se huele un tufo de depresión, pues el vecino, Harry,
interpretado por Paul Mescal, le cuenta que están en medio de la urbe, pero no oyen nada y las ventanas no se pueden abrir, porque temen encontrar en el suelo cuerpos desparramados. Esa conversación de vecinos con la puerta abierta y con la botella de alcohol en la mano que propone entrar en la intimidad del otro se toma como una insinuación provocativa: " podemos hacer lo que tu quieras". Pese a que la insinuación puede llegar a un rollo sexual. No sucede así en el primer contacto, pero se vislumbra una relación sexual. Toma la decisión de abandonar la ciudad en tren. Trabaja de guionista de películas o lo intenta al ritmo de "Build" Housemartins. Descubrimos la incomunicación con sus padres en un primer encuentro frío, pero así como avanza la historia nos damos cuenta del trauma del protagonista y su estado de trastorno le juegan malas pasada y visiones irreales. Ese es el juego de su mente que mezcla sus sueños y las relaciones sexuales con su vecino.
En diferentes conversaciones con los padres, desde esa distancia insalvable, se habla de las prohibiciones que sufría por cruzar las piernas como las chicas, además del "bullying" que recibía de los compañeros de la clase. En definitiva, la película circula en dos mundos: uno sucede en el momento en que visita a sus padres( de distancia insalvable) y recuerda la infancia tormentosa por ser homosexual; dos, la relación amorosa que mantiene con el vecino sin preocuparse apenas por nada ni nadie ni lo que puedan decir. No está nada mal acabar con la música de "The Power Of Love" ( el poder del amor) de Jennifer Rush.
"Cómo tener relaciones sexuales" de la directora Molly Manning Walker ( ganadora de la sección Un Certain Regard en el festival de Cannes 2023) plantea la problemática del desmadre adolescente en las farras de verano en el extranjero. Las agencias de viajes montan paquetes de viajes especiales, a precios irrisorios, con la seguridad de diversión, para consumir droga, alcohol y sexo. No importará que sean menores, que les afecte una relación inicial sin estar demasiado preparadas. Así, aparcados los exámenes finales del curso, ya no importará mucho los suspensos, es hora de la locura colectiva. Tres adolescentes
( Tara, Mia McKenna; Skye, Lara Peake; Em, Enva Lewis) se meten en la boca del lobo sin contemplación. La idea principal de estas tres jóvenes es la de tirarse a un tío a toda costa, aunque esa acción sea la experiencia de lo más deleznable que puedan tener. Por lo tanto, pasárselo bien es mamar alcohol hasta caer tumbadas en la cama, derrotadas del baile, y borrachuzas perdidas. Los resultados aparecen en esa calle repleta de bares con el suelo lleno de latas y meadas por todas las esquinas. Parece un lugar en el desierto hecho expresamente para eso: las locuras de los jóvenes hasta llegar al coma etílico si hace falta.
Las ilusiones de obtener una relación sexual explosiva se quedan en nada. En fin, resulta patético que se relacionen o logren obtener su primera relación sexual a partir de borracheras sin fin, de colocones que no saben ni dónde se encuentran. Eso no será lo que ellas esperan, sino una decepción absoluta.
"El clan de hierro" ( The iron claw) de Sean Durkin ( empezamos con el mensaje de una historia real. Cuenta la vida de Kevin Von Erich, interpretado por Zac Efron,
luchador profesional y, al mismo tiempo, la de todos sus hermanos que también eran luchadores: el clan de los Von Erich que por muy puritanos que parecieran todos fallecieron tempranamente por causas de la droga, alcohol o la mala suerte de un accidente ). Vuelven las batallas a lo Rocky. Lo típico un ring y allí dos tipos creando espectáculo que parece que se vayan a matar y realmente están haciendo el paripé. No dejan, por eso de darse puñetazos sin parar.
Cierto que las apariencias son de personas musculosas que mueven a sus contrincantes como marionetas. Esas son las primeras imágenes en blanco y negro. El momento en que el padre de la saga también está metido en ese tinglado. ( luego pasan a color para mostrar otro tiempo futuro) El tipo forzudo, mano de hierro, que le está dando una paliza bestial a otro y el público grita enfervorizado. Muestra su mano abierta, mano de hierro, que aprieta a su contrincante. Por momentos viene a la mente "El Luchador" de Darren Aranofsky, allí el protagonista Mikey Rourke era un popular pega hostias que, pese a su popularidad, no era capaz de sostenerse económicamente y vivía en la precariedad con un segundo trabajo de carnicero. En este caso también parece pasar lo mismo, pues nada más acabado la pelea, el luchador muestra un cádillac a su mujer, la cual le dice "cómo coño lo vamos a pagar y si se ha vuelto loco de remate". La acción se sitúa en Dallas, Texas, a finales de 1979 ( tanto la ambientación como los decorados está muy bien cuidados) y los hijos quieren emular a su padre y seguir con la tradición. La religiosidad es extrema, de tal manera que si se muere un hijo no hay que soltar ni una lágrima pues es lo que ha querido Dios y hay que aceptarlo sin rechistar. Las constantes recriminaciones por no vencer o caer noqueado por el contrario se parece en cierta manera a Richard Williams aquel padre que proyectó en el tenis a sus dos hijas Williams que luego fueron grandes campeonas y su vida estaba dedicada en cuerpo y alma al triunfo de sus retoños. El director tira de las elipsis para no explicar todo al detalla, así, por ejemplo, pasa con una moneda en el aire para elegir cuál de los dos hijos se enfrentará por el título mundial, luego, en el ring ya vemos quién ha sido el afortunado o cuando ocurre un accidente de moto en uno de los hijos que no lo vemos, sino que aparece con unas muletas y mutilado de un pie. Así, por tanto, van cayendo muertos los hermanos y no es necesario ver el fiambre sino que con el luto de la madre ya lo sabemos que ha caído otro.
En definitiva muestra ese mundo donde el padre quiere influir sobre sus hijos a que lleguen donde él nunca pudo llegar que sigan sus pasos y que triunfen, pero no consiente el fracaso. En fin, muestra la sucesión de golpes que recibe la madre al morir sus hijos que han perseguido un triunfo personal sin preocuparse de vivir sus propias vidas.
"La zona de interés" ( Premio de Jurado en el festival de Cannes 2023 y varias nominaciones a los Óscar del mismo año) de Jonathan Glazer se inicia con una propuesta de intenciones como estimular la mente del espectador para que llegue más allá de las imágenes que está contemplando ( cuando ya se sabe la trama, evidentemente). El hilo conductor de la película es la estrategia y vida del comandante Rudolf Franz Ferdinand Hoss, interpretado por Chistian Friedel,
responsable del campo de concentración de Austchwutz en Polonia y de la maquinaria ( horno crematorio masivo de humanos para más pistas) de exterminio de los judíos. Sería ejecutado en la horca en 1947 después de los juicios de Nuremberg. En ese momento, años antes hace una vida junto a su esposa, interpretado por Sandra Hüller,
( la misma de "Anatomía de una caída" de Justine Triet o aquella excelente película "Toni Erdmann" de Mare Ade) como si se tratara del más santo del Universo y padre ejemplar. Su esposa que vive por y para su familia, sin importarle la esclavitud de sus criados que le rodea que maltrata y da órdenes autoritarias. Quería esta vida de opulencia y bienestar y ahora cuando vienen mal dadas, por un traslado de su marido, no la soltará tan fácil. A las primeras de cambio, el título aparece en primera instancia con un fondo negro que desaparece dejando cuatro minutos ahí en la oscuridad. Como ya sabemos de qué va imaginamos que salimos del túnel donde se encuentran los prisioneros judíos de la segunda Guerra Mundial que están en un campo de concentración, justo al lado, pared por pared, en espera de ser exterminados. Así, el director propone al espectador un juego más macabro, pues mostrar las masacres a carne viva ya está muy visto, pero se puede realizar desde otro punto de vista con símbolos, por ejemplo, en la casa palacio del comandante donde todo es felicidad y armonía, el silencio nocturno queda alterado, de vez en cuando, por los gritos y disparos que nos lleven a esa masacre y maltrato que sale de la parta colindante al palacio. Allí, sobresale una gran chimenea bestial con el humo de los recién incinerados o se oyen comentarios entre las mujeres de los oficiales reunidas para tomar el té: "qué hizo". "Peleaba por una manzana y acabó ahogado en el río". Esa forma de vivir al margen de una carnicería humana que sucede a unos metros de la residencia nazi genera pavor en el espectador. No es necesario ni una imagen del otro lado, pues ya se encuentra almacenada en el cerebro del espectador y tirar de ella hace mucho más daño que verlas. En esa zona residencial de las familias nazis que están en un plano idílico, bañándose con sus hijos y de pícnic, las familias viven con una venda en los ojos. Así pues, no mostrar el genocidio directamente, sino con la sutileza del bienestar de los nazis es quizá más dramático y cruel.
Ese paisaje idílico donde reina la felicidad está al lado de la miseria y la muerte. Así pues, sin saber nada de todo lo que hay detrás, el inicio supone un día de fiesta en el campo con los niños. No se sabe dónde se encuentran hasta que por la noche, mientras duermen, se oyen gritos, pero ni se inmutan. Por la mañana, aparece el padre vestido con uniforme nazi. Pero sabemos que esos privilegiados son unos asesinos manipulados por el mayor asesino de la historia. Aquí, sin tener conocimiento alguna de qué va la trama, ya empieza a dar pistas de la profesión, pero la vida discurre con normalidad: los niños van a la escuela y la madre se queda con el bebé, mientras el padre va a realizar las tareas encomendadas: perfeccionar la máquina de matar judíos, cuantos más mejor. Todo sale a la luz en el momento en que hay una reunión con el arquitecto encargado de construir el recinto crematorio que quemará en una tacada a mil grados de temperatura a casi quinientos judíos a la vez.
Esos que están ahí al lado y que urge quitárselos de en medio cuanto antes. Mientras las esposas toman el café en la sala de al lado hablando de sus chorradas. En ocasiones vuelve ese fondo ahora rosa de silencio de homenaje a las personas asesinadas. En definitiva, es otra manera de ver el genocidio sin las masacres a la vista del espectador, pero con el cinismo de aquellos que los asesinaron.
"Saltburn" ( es el nombre de la gran mansión donde retoza el personal que llega a ella) de Emeral Fennell, directora y guionista con ciertas tendencias a la provocación, pues en su anterior película " Una joven prometedora" de la mano de Carey Mulligan que encarna una chica con doble vida y la venganza alcanza una cumbre sublime. Aquí la trama central se puede comparar con "El talento de Mr Ripley" de la escritora Patricia Highsmith. Es decir, arrimarse al tipo de pasta y chuparle la sangre a toda la familia. Así, se inicia en el año 2006 en Oxford, justo en el momento del ingreso a su universidad prestigiosa donde acuden los alumnos de bien. Ahí ingresa Oliver Quick ,interpretado por
Barry Keoghan, que se ve en medio de estudiantes un tanto neuróticos que intentan destacar en sus estudios por encima del resto. Esos tipos siguen los diálogos pasotas muy parecidos del libro "El guardián entre el centeno" de J.D.Salinger ; de hecho, podría ser una continuación o una segunda parte de este con el estudiante Houlden Cauldfiel como personaje principal. Son adolescentes que les importa un comino los estudios, pero tienen la obligación de destacar, porque son ricos y van a la mejor universidad del país. No se ven libros por ninguna parte, ni clases, sino farras de cerveza y chupitos en la mano en todo momento. El protagonista conoce por casualidad a un estudiante rico, interpretado por Jacob Elordi,
y le hace un favor, esto será el motivo por el cual será admitido en un grupo de pijos con mucho dinero que le sirve de tapadera para ingresarlo en el grupo selecto. Todo lo que sucede está cuidadosamente tramado por el alumno pobrecito para acoplarse a Jacob. Utiliza mentiras sin cesar para crear una especie de compasión que hará, una vez acabado el curso, que lo invite a su castillo en las afueras para pasar el verano. Pronto descubrimos que está seco de pasta y entrar en ese círculo siente angustia por no poder pagar la ronda de bebidas que le toca, pero siempre encontrará a su nuevo amigo que le salvará del aprieto. Por momentos, recuerda al protagonista de Joan Marsé ,el "pijoaparte", que se cuela en las fiestas de los ricos para despistar y hacerse con alguna tajada de lo que sea. En otros casos, también al trepa de "Match Point" de Woody Allen. En fin, asistimos al desmadre de las clases sociales altas que ponen pose snob y hablan descuidados, pero viven dentro de una mansión de despilfarro, alcohol, droga y perversión. Pasada media película, parece que la directora quiere provocar más, le parece que ha tocado pocas teclas y se mete en un campo sexual gamberro.
Parece la mansión de los horrores donde el personal está perdido fuera de sí y el intruso recién llegado ejerce una influencia dominadora sobre ellos. En ese desmadre, todo vale. Sin embargo, ahora su amigo anfitrión no es más que otro de sus juguetes que no quiere compartir y pronto se cansará de él, porque descubrirá que es un mentiroso que ganará la partida. En definitiva, una película provocadora con escenas un tanto subidas de tono, rodeado de un personal que está completamente deshumanizado.
"El gran Maurice" de Craig Roberts es una comedia de ámbito social que cuenta la vida de Mauricio Flitcroft ( personaje real
, interpretado por Mark Rylance, que sin saber cómo ni de qué manera se metió en grandes torneos de golf. Su pensamiento era sencillo, los vio por la tele y si ellos lo hacen y ganan una pasta gansa por qué yo no puedo conseguirlo. Allí se fue sin protocolo alguno, en el Open Británico acabó con el doble de golpes que sus adversarios. Se filtró con todo su morro y cuando descubrieron la estafa fue echado del torneo, pero volvería disfrazado con otros nombres ficticios. Fue declarado el peor jugador de golf del mundo que hasta cierto momento su vida transcurría con normalidad como uno más de la fábrica de los astilleros.
Así pasaba el tiempo, siempre lo mismo, de generación en generación, subido a una grúa y con trabajos rutinarios. Hasta que, los trabajos no duran toda la vida, ha llegado el momento de hacer reformas, y la empresa se plantea la venta de las acciones a una multinacional. Esto dará con muchas personas en la calle y él, por su edad avanzada, tiene muchos números de quedarse sin trabajo. En esos momentos de dificultad, muestra ese humor agrio del monólogo del protagonista contando su propia vida que recuerda a "Forrest Gump" de Robert Zemeckis con una pinta un tanto desgarbada y poco convincente de un futuro desolador que se abre en una época de edad avanzada. Se acerca a la ironía social y tiene bastante de las críticas de Ken Loach. En este caso, ante la proximidad de un despido y con una familia un tanto estrambótica ( dos gemelos que quieren triunfar en el baile, otro hijo mayor que apunta a directivo y la mujer, interpretado por Sally Hawkins(
"La forma del agua" de Guillermo del Toro), frustrada de su ilusión de ser actriz y se ha quedado en secretaria. Es en ese momento cuando el protagonista se fija en un ídolo del golf, Tom Watson ( 1975) y cree que puede triunfar como lo hace él. Plantea la posibilidad de obtener éxito en alguna disciplina sin haber realizado nunca. Es aceptado en el Open por casualidad y realiza una campeonato de pura pena, pero por esto es famoso: por ser el peor golfista del mundo.
Pasa como aquel nadador famoso, Moussambani, que casi se ahoga para realizar una marca e ir a los juegos olímpicos y con ello apareció en todas las portadas de los periódicos. Aquí sucede lo mismo, se puede ser famoso por ser muy bueno o por hacerlo rematadamente mal. Por lo tanto, la fama, el espectáculo está en dar una noticia que resuene y venda ejemplares de periódicos o noticias. Así, en definitiva, tanto el que lo gana todo como el perdedor que es él tendrá un momento de gloria. Pero la diferencia está en que su fama será efímera.
"Las nadadoras" de Sally El Hosaini cuenta el drama de dos hermanas ( historia real de Yusra y Sara Mardini, interpretado por Nathalie Issa y Manal Issa, que marchan de Damasco después de que una bomba alcanzara su domicilio. Esto sucede en 2015 y se ven obligadas a emigrar) que quieren alcanzar la gloria en los juegos olímpicos.
Son nadadoras entrenadas por su propio padre que las prepara para retos importantes, pero la situación y el lugar no es el más apropiado. Se encuentran en Siria, su país natal, con un conflicto de Guerra Civil.
El escenario es de batalla: suenan los bombazos alrededor, casas destruidas y cacheos continuados por unos militares sin humanidad y déspotas de saberse superiores con una ametralladora en la mano. Después de diferentes peripecias en su viaje hacia Alemania llegará el deseado triunfo. En fin, da la sensación de estar adornado con una cierta sensiblería, sin embargo, el hecho de tratarse de una biografía de acontecimientos reales le da un cierto empaque de veracidad.
"The Nest "de Sean Durkin ( director de la película "Martha Marcy May Marlene" donde una joven está confusa en su nueva situación después de abandonar una secta, esa reinserción a la vida normal mostrará las dificultades con que se encuentra la protagonista con el mundo), en este caso, relata la ambición desmedida del protagonista Rory, interpretado por
Jude Law, el cual sueña con una vida mejor, un triunfo profesional que no acaba de llegar, pese a tener una condición acomodada, él quiere más. En ese viaje se encuentra en contra su mujer, interpretado por
Carrie Coon, la cual no lo ve tan claro y se niega a acompañarlo, pero no tiene más remedio que, con el tiempo, ceder a esos caprichos de grandeza.En cierta manera recuerda a "Revolutionary Road" de Sam Mendes donde una pareja DiCaprio y Kate Winslet discuten dentro de su matrimonio por abandonar su vida y su trabajo para conseguir otra mejor, aunque sea lejos y no se sepa el resultado final.
Ahora, el matrimonio con dos hijos marchan de Estados Unidos a Reino Unido y abandonan esa posición cómoda para explorar nuevos negocios rentables que les va a llevar a una vida de ensueño. Una vez llegados a su nuevo domicilio, quiere nadar en la abundancia y tiran la casa por la ventana en un alquiler de una gran mansión sin saber si todo es una realidad, un mero sueño o un capricho sin consistencia. En definitiva, el proyecto acarreará multitud de problemas.
La cuestión fundamental está en llevar la carga del tiempo encima. Hablamos de un matrimonio con una edad avanzada ¿Se aguanta uno mismo cuando ha pasado la vida y piensas que lo que falta por pasar, ese tiempo de la propina, ya sobra? El tema central de la película está en valorar el momento que te queda, ya es muy poco, y si lo quieres acabar de consumir así, en las condiciones actuales, dejándolo pasar sin darte cuenta de que la muerte está muy cerca. Los dos actores protagonistas con una buena carga de interpretaciones a sus espaldas,
Annette Bening y
Bill Nighy, se enfrentan a esa situación compleja y tan sencilla de abandono el barco( matrimonio) ahora antes de que se hunda o consumir la vida hasta el final dentro de él.
Comentamos la película de William Nichalson "Regreso a Hope Gap" que muestra esa reflexión del tiempo que pasa rápido sin apenas posibilidades de reflexionar sobre la vida.
Por un momento parece que estemos ante algo terrorífico como "Misery" aquella película de Rob Reiner o "El Resplandor" del controvertido Kubrick, Hayciertas conexiones.
Unapersona con problemas psíquicos producidos en la infancia yun entorno completamente aislado del mundo por la nieve y el aislamiento. Todo ello, son ganas de ver algo parecido, pero, conforme pasa la película, te das cuenta que es de aquellas que no la quieres abandonar hasta el final y tienes la sensación de estar perdiendo el tiempo como un imbécil, pero sigues pegado porque piensas que de un momento a otro va a cambiar. Así hasta el final. Hablamos de "The Lodge "de Severín Fiala busca en todo momento crear el clima de locura, unas veces a través de los niños y otras de la madrastra, la cual, los tiene a su cargo está y ha sufrido una infancia tormentosa y criminal. Una pena de tiempo mal empleado Un tostón, la verdad.