La película le sobra celuloide por un tubo, con dos horitas tenía
más que suficiente. El director se lía a dar vueltas a los posibles asesinos: será el extraño, un japonés raro que tiene un santuario en su cabaña de la montaña o la aparecida mujer fantasma que se encuentra siempre en todos los fregados. En medio, hay un galimatías entre el chaman y los
del pueblo junto con los policías. Por cierto, éstos parece que han realizado la prueba de los más
tontos para incorporarse dentro del cuerpo, pues son unos calzonazos e incompetentes de tomo y lomo.
"El extraño" de Na Hong-jin puede hacerte perder la paciencia en
medio de un innumerable ir y venir de muertos y de poseídos por un virus
maligno o un mal que no se sabe muy bien de donde viene. Todo ello forma un
“tótum revolútum” que ya no se sabe si estamos ante fantasmas o ante zombis o
ante brujas, qué más da.
La cuestión es que el espectador se asombre de los
cuerpos desparramados que vomitan sangre a borbotones. La ambientación de la Corea del sur rural
queda reflejada en sus gentes y un ambiente lluvioso.