"La cita" de Chistopher Landon gira en torno a un encuentro de una mujer, viuda con un hijo, que ha quedado con un tipo que conoce solo por las redes. En "Cita a ciegas" de Blake Edwuards ya se explora este tipo de encuentros de acompañar a una pareja sin tener conocimientos de ella y si la cosa resulta positiva, pues ya hay ligue a la vista. Aquella se movía por la línea de la comedia, en cambio, ésta se desarrolla casi íntegramente en el restaurante del encuentro.Y su enfoque temático cambia porque aquí se busca la intriga y el thriller que no acaba de encontrar. En esta ocasión, la hermana de la protagonista,
Meghann Fahy, se ha quedado al cuidado de de hijo y ella emprende camino del hotel donde ha quedado con el chico. Se aprecia un cierto temor en ella, incluso la posibilidad de abandonar el plan, porque no le acaba de convencer la idea, pero su hermana la empuja para que vaya. Y las sospechas iniciales se convierten en una realidad. Esa noche supone una pesadilla.
En fin, tira demasiado de las consignas del móvil para realizar mandatos mientras su familia peligra en la distancia. Bueno.
No sabemos nada de "Reality" ( interpretada por Sydney Sweeney
) de Tina Satter, solo lo que nos muestran las cámaras conforme pasa el tiempo. Es una chica que llega cargada de comida del supermercado y le asaltan dos gorilas del FBI.
( se trata de una historia real que le da cierto interés. Sucedió en 2017 cuando Winner, exlingüista de la Fuerzas Armadas, que así se llamaba en realidad, fue detenida por revelar un documento clasificado que dejaba al descubierto la implicación rusa en las elecciones del expresidente norteamericano Donald Trump).Le indican que no se asuste y se identifican con sus placas. Además, le dicen que van a registrar su casa y vendrán una tropa de personal a precintarla para limitar su espacio al personal. Suponemos que la trama se irá deshilachando como hilo en madeja y sabremos más cosas sobre ese interrogatorio y revisión. Aunque una vez ya documentados se puede tomar bien el hilo de la historia.Ella se siente acosada por el registro y las fotos que le hacen, pero aguanta el tipo sin nerviosismo. Los agentes entran en su intimidad diaria hasta que se deciden a interrogarla, pero esa pasma se toma las cosas con tranquilidad, pues ya saben a quien van a trincar. La película se va desarrollando como una obra teatral al aire libre, en el patio de su casa y al final en una habitación limpia de muebles. Las conversaciones abren un espacio a una grabadora que actúa como un personaje más.
El continuo asedio de preguntas hace que la joven se derrumbe. En fin, un interrogatorio de ochenta minutos puede causar algún que otro bostezo.
La historia se inicia con el fallecimiento de una persona que es policía y las consecuencias que causa a su pareja. Santosh, interpretado por Shahana Goswami, así se llama la esposa, está en el proceso de normalizar su nueva vida.
Ella no acaba de verlas bien cuando el inspector de policía le dice que debe abandonar el piso, pues es del gobierno y el dinero que le queda de viudedad no le da para vivir. Además, no se lleva muy bien con los suegros, no hay buen rollo. En ese contexto y país, India, sus posibilidades de abrirse camino como viuda parecen fracasar. Se ve fuera del ámbito de trabajo, por el hecho de ser mujer.
El único ofrecimiento que le hace el policía, por ser esposa de un oficial, es que ocupe su puesto de policía. Es decir, la única opción que le dejan es la de ocupar el puesto de trabajo de su marido recién fallecido como si se tratar de una herencia sin preparación ni estudios. "Secretos de un crimen" ,es el título que se ha traducido cuando el original era Santosh, del director Sandhya Suria, ofrece la visión de unas calles super pobladas y muestra una ambientación real, sin esconder nada de lo que sucede en una gran urbe con un tráfico caótico y unas condiciones sanitarias precarias.
El ambiente cultural, por donde se mueve la policía con una autoridad dictadora, es un personaje más de la cinta. En fin, se busca un culpable para tapar el asesinato de una joven. Hay pocas pistas y menos preocupación de la policía ante una joven asesinada que pese a la presión social y los medios de comunicación, no acaban de interesarse. La nueva policía se adoctrina de las maneras de las antiguas y cae en la irresponsabilidad de la violencia que aplican sus compañeros.
"Misantropo" de Damian Szifron ( director de "Tiempos de valientes" y la excelente "Relatos salvajes" ) es un producto bastante comercial. La trama se apalanca en exceso en las miserias de una chica policía marginal que, gracias a un inspector, que confía en ella, se implica en atrapar a un asesino peligroso. Se inicia su proyección con los asesinatos de un francotirador que se carga sin saber por qué a diecisiete personas de una zona comercial en concreto de Baltimore, el lugar donde se desarrolla la serie de detectives "The Wire" de David Simon. Es Navidad y la peña está celebrando el Año Nuevo cuando todo se llena de sangre, porque un loco asesino dispara a discreción a todo aquello que se mueve a su alrededor. Así, la historia de policías se desarrolla en invierno y constantemente pisando nieve en la ciudad.
La policía, Eleanor Falco, que está con un altercado menor, en un bar, interpretado por Shailene Woodley ( aquella actriz de la película "Bajo la misma estrella" de Josh Boone, en ese caso con un tema muy diferente de enfermedades y amores imposibles) marcha a toda prisa a socorrer a las víctimas donde se ha producido el tiroteo del pirado desconocido. Pasados los asesinatos, la policía le cuenta al inspector un detalle sobre el asesino que ahora ya se ha saciado de muertos y que cuando le entre el mono volverá a disparar. El jefe, no se sabe bien por qué motivo, se ha fijado en ella para que le ayude a descubrir al pirado. Ella quiere ser determinante, pero su superior siempre la discrimina alegando que es una policía de a pie que no tiene título universitario y transita por las calles sin más y gracias a él puede ocuparse de algo más importante que callejear y ocuparse de chorradas de peleas de bares intranscendentes.
Parte de la trama se emplea en tomarla con la chica que no estudió en su juventud y tuvo ciertos problemas que ahora le echan en cara con maldad. En fin, es una peli al uso del gato que quiere cazar al ratón listo que no se deja. Con medios y bien ejecutada, pero prefiero al Szifron que se mueve en otros ambientes más locales del terreno con mucha más autenticidad, por ejemplo, como lo hacía en sus relatos.
"Monkey Man" de Dev Patel ( actor famoso por sus apariciones desde joven en "Slumdog Millonaire" de Danni Boyle o posteriormente en "Lion", de Garth Davis, el niño que se perdía en la gran ciudad y de adulto busca insistentemente sus orígenes, Bompay, pues lo adoptaron en una familia Australiana) ahora se ha tomado las dos profesiones juntas, también la de dirigir.
La trama gira en torno a la venganza, pues busca desesperadamente a aquellos que se cargaron a su madre. Todo es pausado porque para llegar a las capas sociales altas debe andar con tiento, no dar un paso en falso y no ser descubierto antes de tiempo. Su pasado se explica con sucesivos "flashback" que ralentizan un tanto la acción. Así, su única obsesión es la venganza de la muerte de su madre y, con ello, es motivo para mostrar la cutrería que se esconde detrás de la gran urbe, desde los bajos fondos del hampa, las apuestas del juego ilegal hasta los puticlub de mala muerte. Todo ello aderezado con luchas y muertes en un ring sin cesar que hará las delicias de los que buscan acción. Son dos películas en un: por un lado, se va narrando el recuerdo de la muerte de su madre que lo atormenta constantemente y, por el otro, la obsesión de enterrar ese recuerdo por medio de la venganza.
En fin, Dev Patel rueda su primer thriller con pulso. Por momentos parece estar en las batallas interminables de Matrix. Eso: el hombre con sed de venganza que se introduce en las mafias para cargarse a los que desgraciaron a su familia y lo dejaron en la miseria.
"Sangre en los labios" de Rose Glass se adentra en las entrañas de los Estados Unidos en un pueblo de Nuevo México donde las mafias dominan la zona.
Jackie interpretado por Katy O'Brian huye de su pasado para conseguir el triunfo en un concurso de culturismo. Lleva a cuestas su propia casa y sus músculos fornidos de flexiones y preparación para inflarse como un globo.
En ese trayecto se cruza con una chica, Lou, interpretado por Kristen Stewart ( papel excelente en Lady Di de Pablo Larraín en su cinta "Spencer"), que trabaja en un gimnasio y se enrolla con ella a cambio de un lugar donde cobijarse en ese tránsito a la fama. Busca una estética de imágenes muy vistosa con unos primeros planos donde resalta las particularidades del cuerpo, por ejemplo, mientras realizan ejercicios de gimnasia y su sudor o las prácticas sexuales por medio de un baño de zumo de chocolate rociado por el cuerpo mientras lo lamen.
Así, se ve el careto de un Richard Harris que no le importa apretar el gatillo contra la cabeza de aquel que le lleve la contraria ( actor encasillado en los papeles de malo como en "Una mente maravillosa" de Ron Howard que discurría por los pensamientos del matemático Nash, o el presentador malvado del "Show de Truman" de Peter Weir) en primer plano completamente demacrado y unas greñas de pelo en una cola larga y pobre. Las dos mujeres se enrollan, pero con la mala suerte de que la recién llegada ha buscado un curro de camarera, gracias a tirarse a su cuñado que trabaja de mafioso justo en el negocio de su padre, interpretado por Harris, que se lleva a parir con su hija por asuntos oscuros de muertes sospechosas.
En fin, se marcan un "Thelma y Louise" ( la cinta de Ridley Scott con la escapada hacia ninguna parte y la protesta de una vida insatisfecha) con un reguero de sangre y muertos a sus pies.
Un tipo que sale de la nada, del medio del bosque, interpretado por François Civil,
se inserta en una protesta violenta que se está gestando en una manifestación sobre el medio ambiente. Es un infiltrado del estado que pretende sacar información de esa organización ( ZAD zona a defender) que les está jodiendo por sus constantes huelgas y acampadas en la zona. La película "Un lugar por el que luchar" de Romain Cogitore buscará que el enemigo llegue a identificarse con la banda de naturalistas con pelos de rastas. Resulta extraño que pase desapercibido, pero como se adentra en la lucha como uno de ellos e incluso es herido por la policía, pues la aceptación, en un inicio, es total. Este grupo de activistas quiere impedir a toda costa que construyan una presa en esa zona que inunde toda la comarca y su ecosistema natural. Myriam que es la chica que lo ha ayudado cuando está herido, interpretado por la actriz argelina
Lyna Khuodri ( protagonista de "Papicha, sueños de libertad" de Mounia Meddour), será la persona en la que se cubrirá del resto de activistas. La aventura amorosa que pasa con ella, traerá frutos nueve meses después y esto generará dudas en el topo. No puede abandonar a un hijo al destino de un colectivo de activistas que pasa completamente de las condiciones de un niño, incluso de que exista, pues no dispone de documentación alguna.
Este hecho le generará al protagonista una obligación por esa familia que se ha formado sin que él lo quisiera. Esa disputa lleva le hacia un callejón sin salida. En fin, no sabe como salir del atolladero en que él mismo está metido, puesto que no quiere abandonar a su hijo ni a la chica con que tuvo un rollo ni tampoco dejar de lado su vida de confort actual.
Dos policías toman el caso de una muerte misteriosa. Un tipo se ha caído desde una montaña y ahora persiguen a la viuda, que es sospechosa y no ha mostrado el más mínimo síntoma de pena por la muerte. La mujer llamada Sore, interpretado por
Tang Wei, trabaja como asistenta sanitaria y las referencias son muy buenas. Sucede que el detective, interpretado por Park Hae-li,
de tanto observarla con sus prismáticos acabe enamorándose de ella y mantener fantasías sexuales desde la distancia. Son visiones, insinuaciones y "pajas mentales" que se produce él mismo. Hablamos de "Decision to Leave" del coreano Park Chan-Wook, película ganadora de la mejor dirección en el Festival de Cannes 2022. Sin embargo,
todo ese amor que sienten el uno por el otro, no es necesario que salga a relucir por medio de imágenes de cama y sexo, sino que con el cruce de miradas y de manos ya observamos la sensibilidad y sutileza de ese amor escondido. Así pues, el crimen y la pasión se mezcla en situaciones de ternura ocurridas entre la montaña y el mar. Por momentos, la trama puede recordar a "Instinto básico" de Paul Verhoeven. Pese a las imágenes de ciertos momentos líricos, tampoco es para echar cohetes. En fin, vuelve a explicar lo mismo varias veces, con noventa minutos hubiera estado excelente.
"Descansar en paz" de Sebastián Borensztein se traslada la acción al Buenos Aires de 1994, mandato de Carlos Medem, con un destrozo económico que se llevó por delante a trabajadores y empresas. En este caso se detiene en un tipo con una empresa con solera de padres a hijos y que ha llegado al fondo de la miseria.
Su dueño, interpretado por Joaquín Furriel ( mejor actor en el Festival de Málaga 2024), ya no sabe dónde meter mano para sacar dinero. Está empeñado hasta las cejas. Justo en una fiesta de celebración de su hija se destapa el tapón de los enredos que lleva entre manos y cae mareado ante su mujer
( interpretado por Griselda Siciliane, la actriz que hacía pareja con Javier Cámara en la excelente comedia sentimental de Cesc Gay) para contarle el secreto: están en quiebra. Vende la casa de verano, ni con esas llega, no tapamos el agujero. Los trabajadores de su empresa se le echan a la yugular, como una jauría, porque si no cobran, se paran ya mismo. A estos les importa un huevo que su jefe, que los lleva manteniendo toda la vida, ahora no pague, Es su empresa, que asuma las consecuencias. Las costuras asoman por todos los lados y en el colegio también están notando que no cubren los recibos mensuales. Pide más guita a los empresarios que ya les debe mucha pasta y se le ríen en la cara con amenazas de que le devuelven la pasta que hasta ahora le ha prestado o se va a enterar: "el lunes quiero toda mi plata".
Eso le dice el mafioso de turno interpretado por Gabriel Goyti aquel vecino con mala leche llamado Matías Zambrano en la serie de Mariano Cohn"El encargado". En fin, tiene un marrón que no sabe cómo desprenderse de él, porque en el fondo adora a su familia.
El arranque de la trama nos lleva a una situación de ligue: chica acude a una librería en busca de un libro porque está realizando una tesis doctoral y allí está el joven que a las primeras de cambio le echa los tejos. Evidentemente, ella no se deja convencer a las primeras de cambio, sino que se hace la remolona en esa invitación para cenar. Sin embargo, la velada no acaba aquí y antes de terminar el día ya están cenando juntos y contándose parte de sus vidas, ella que si tiene un hermano y están abandonados a su suerte porque desde pequeños quedaron huérfanos. Sin pasar apenas tiempo, la cama les espera y ese hermano aparece de forma violenta, y brusca que aporrea su puerta. Hablamos de "Embaucadores" de Benjamín Caron y el título nos lleva a esa zona oscura de los tramposos que buscan engañar a los inocentes que tienen pasta. Así, pronto comunicará a su pareja que necesita dinero y mucho para cubrir algo sucio del hermano y qué casualidad que el chico viene de unos padres que están cargados de dinero. Aquí el amor deja paso al enredo. La historia se cuenta desde la óptica de los protagonistas:
Sandra, Briana Middleton, la drogadicta refinada que quiere dar el palo al hijo; Tom,
interpretado por Justice Smitht del padre multimillonario ; Max el cabecilla de la trama, Sebastian Stan
;Madeleine, Julianne Moore, que es el otro extremo del eslabón de los embaucadores.
La trama sube y baja constantemente y se nota esa mano del director de series que tienen más recorrido y dar muchos más giros. En fin, entretiene sin más.
"El asesino" de David Fincher nos muestra al tipo que tiene el trabajo de cargarse a la gente, un matón a sueldo. Inicia su andadura desde unos áticos de un piso destartalado de París ( puede que sea casualidad, pero se da el caso de que se cumple sesenta años del asesinato de J.F.Kennedy. El caso polémico y todavía no cerrado pasad un centenario de años, que se sabe se hablará de ello, puede darle un empujón a la taquilla: el primer disparo errado por el francotirador, un segundo que llegó desde otra dirección más cercana a la víctima, pero lo cierto que quien cargó con las culpas del asesinato fue el tipo que se apoyaba en la ventana ). En este caso, también un error accidental, que ese asesino profesional no suele cometer, le puede costar la vida a él y a su familia. Desde allí, una especie de buhardilla descuidada, resuena su voz en off ( interpretado por
Michael Fassbender que no pestañea ni siquiera suelta palabra, porque él habla con su pistola. Va acompañado de la música de "Well i Wonder" de The Smiths ), comenta para sí mismo que su tarea de cargarse al personal no es tan grave, afortunadamente está contribuyendo a eliminar la masiva población. Así, se presenta como una especie de salvador, no como un matón ( eso mismo decía el gran José Isbert en la obra maestra "El verdugo" de Berlanga: "si estaba la pena de muerte alguien la tenía que aplicar". Con sus guantes de matón hace gimnasia como si estuviera entrenando o poniéndose en forma para retorcerle el pescuezo a distancia al próximo elegido. No puede dejar huellas en ese apartamento donde se fraguará el asesinato. Tiene asumido su rol y pide que no se crucen con él porque pueden salir mal parados. Intenta frecuentar lugares donde acuden mogollón de personal anónimo como los Mac Donald y no se relaciona con nadie.
Su profesión, "asesino", es como otra cualquiera. Tiene una vida al margen en otro país y una esposa que lo espera. Termina el encargo de cargarse a alguien y vuelve a su refugio. Sin embargo, no siempre salen los trabajos como él quiere y por muy profesional y perfeccionista que se crea también es vulnerable y puede fallar. Entonces debe salir por piernas. Y, por el hecho de fallar, debe ser castigado o eso es lo que le sucede. Todo se puede venir abajo, porque, en la intimidad, puede que hayan encontrado su escondrijo y quieran escarmentar a su mujer con una paliza de muerte en su propia guarida. Así, emprende una búsqueda y venganza hacia los matones que han dejado maltrecha en el hospital a su propia esposa.
En fin, este agente de la muerte que tiene soluciones para todo necesita un despliegue económico brutal para hacer frente a infinidad de escondrijos y guaridas, trajes, coches, zulos, y todo tipo de despistes.
El accidente de una adolescente donde pierde la vida la madre de la protagonista, Sandra Guldberg,
marca el inicio de "Wibland" de Jeanette Nordahl. La chica no tiene dónde ir, pero la hermana de su madre la acoge. No sabe nada de ella pero no le queda otra elección. Las primeras impresiones son las de una familia normal: la madre impone una disciplina muy autoritaria, pero aparentemente hay unión entre los componentes. Viven todos en una gran casa y parece que son de buena familia.
Todo se mueve con cierta corrección y abundancia. La huérfana se encuentra expectante en ese lugar raro que parece ocultar algo extraño. Se mueven alrededor del lujo, pero no sabemos la procedencia del dinero para ese ritmo de vida. Pronto se dará cuenta de que esa familia esconde acciones al margen de la ley.