jueves, 20 de enero de 2022

Benedetta


 
Título original Benedetta

Año                 2021

Duración         131 minutos

País                 Francia

Dirección         Paul Verhoeven

Guión              David Birke, Paul Verhoeven

Música            Anne Dudley

Fotografía       Jeanne Lapoirie

Reparto           Virginie Efira, Daphne Patakia,

                        Charlotte Rampling, Lambert Wilson,

                        Olivier Rabourdin, Hervé Pierre,

                        Louise Chevillotte, David Clavel,

                        Guilaine Londez, Justine Bachelet.

Los padres de "Benedetta" ( historia de hechos reales) que así se llama la última película de Paul Verhoeven, ( el espectáculo está asegurado, pues sus películas no escatiman presupuesto, por ejemplo desde “Robocop”, el humano y la máquina están plenamente comunicados para realizar funciones de policía con mayores prestaciones para parar la droga; “Desafío total” la ciencia ficción tampoco se escapa de las batallas y luchas entre la Tierra y Marte; “Instinto básico” un thriller de policías y asesinos con intriga hasta el final con un cruce de piernas  cargado de erotismo; “El libro negro" la lucha entre nazis y judíos; por último “Elle” la venganza de una violación persiste durante toda la película. Por lo tanto, el entretenimiento está asegurado y en todas está la carga erótica y sexual por medio.) En este caso, el vestuario, la ambientación y los sucesos sexuales ocurridos en el convento son muestra de un cine con mayúsculas, otra cosa es el tema que te puede atraer más o menos. Allí aparecen los sueños  macabros que se saca de la manga la protagonista, Benedetta, protagonizada por 

Virginie Efira junto con las disputas del puesto de abadesa del convento  protagonizada por Charlotte Rampling, las cuales marcarán el devenir de la cinta. Se inicia con la llegada de la protagonista al convento con una edad temprana, muy niña. 

El padre tiene la intención de casar a su hija con  Dios. Sin embargo, este pensaba que con cuatro frutas y algo más ya estaría convencida la prior, nada más lejos de la realidad, pues si para casar con un hombre hace falta una dote, con Dios no será menos de cien escudos, pero ellos siguen regateando como si de una mercancía se tratara. Una vez en el convento, la niña queda desposeída de todo lo que lleva, tanto de su virgen de madrea que le ha acompañado desde su infancia hasta  su vestido y por mucho que se queje que el nuevo  pica sobre su cuerpo eso le hará bien para la carne. Se hace adulta y se inician las disputas y las atracciones sexuales de la Tierra que competirán con las del Cielo.