"Olga" de Elie Grappe, profundiza en ese mundo cruel de los deportistas de élite, aquellos que entregan sus vidas por el deporte. Sufrimiento y dolor en sus entrenamientos hasta el infinito. La protagonista, interpretada por
Anastasia Budiashkina, se encuentra en ese punto, pero con el agravante de estar en otro país y el tuyo que añora con una guerra de por medio. Otros deportistas han llegado a la fama y han pagado un doloroso precio, por ejemplo, Gervasio Deferr en el programa de “Lo de Évole” , mostraba ese sufrimiento y pérdida del control ante las presiones de obtener la ansiada medalla.Es una muestra de la locura del deportista ante la presión de alcanzar la gloria. En otras ocasiones, ese deportista se ve abocado al suicidio por la presión de ganar a toda costa como la ciclista Olivia Podmore, joven de veinticuatro años, con toda la vida por delante, ya que no fue seleccionada para los Juegos Olímpicos de Tokio; o Simone Biles tocada de su salud mental; o la muerte sospechosa de MarcoPantani, con las drogas por medio o Lance Amstrong, y su dopaje ilícito para aguantar el ritmo inhumano de cada una de las etapas ciclistas.Podríamos seguir con un sinfín de deportistas traumatizados por el éxito:Maradona o Julio Alberto en fútbol y las drogas. En otros caso, en el este, por sus situación de la falta de libertad, escapar de la justicia y del país en busca de democracia, y de libertad puede ser un motivo para despegarse del deporte en busca de aire de libertad.
En este caso, Olga es una gimnasta ucraniana de quince años que busca ansiosamente el triunfo en esa tormentosa carrera del deporte para ello debe abandonar su país y marchar a Suiza con el desgaste psicológico que le acarreará esta decisión.
"The Foster Boy" de Markus Imboden
narra la historia de un huérfano adaptado en una granja de Suiza a finales del siglo pasado para que realice las
tareas agrícolas a cambio de comida y alojamiento.
Allí, el trato que le
profesan no es de cariño sino de violencia. La familia no tiene escrúpulos en maltratar a los adaptados.
La violencia recuerda más bien a la esclavitud
de los afroamericanos en películas como "El
nacimiento de una nación" de Nate Parker, pues esa violencia muchas veces acaba en la muerte.
Título original Ma vie de Courgette Año 2016 Duración 66 minutos País Suiza Director Claude Barras Guión Céline Sciamma, Germano Zullo Música Sophie Hunger Fotografía David Toutevoix Reparto Animación Calabacín es un niño apático
acostumbrado a la soledad y al poco cariño, con una madre alcohólica y un padre
desaparecido que está en el imaginario del niño por medio de una cometa que siempre
le acompaña y echa a volar cuando está triste.
Los dibujos de “plastimation” (
un subgénero del “stop motion”) se mueven zafios con esos cabezones y labios
superpuestos de plastilina o arcilla, pero el director, Claude Barras, de “Las
historias de Calabacín” les da una ternura y un encanto especial. Recuerda a aquella película excelente
“Arrugas” de Ignacio Ferreras donde un anciano era recluido en un asilo y debía
hacer frente a un mundo desconocido, empezar una vida nueva: encontrar amigos y enfrentarse a una serie de
dificultades penosas que casi te hacían llorar. Ahora es a la inversa en la edad:
Calbacín
es un niño de ocho años que ha quedado huérfano y debe recluirse en un centro
con niños de su condición. Afrontar un mundo nuevo, una vida diferente a la
anterior donde convivía con su madre y en su mundo particular.
En ese ambiente, los niños sienten la necesidad de
saber de sexo y lanzan propuestas de lo más variopintas que recuerdan a aquel P. Tinto, memorable Luis Ciges, ( en "El milagro de P. Tinto" de Javier Fesser) tan original que pensaba
tener hijos dándole arriba y abajo con las manos a los tirantes del pantalón. El formato es de dibujos, pero
el contenido es más bien para adultos como pasaba en aquella cinta de animación
“Anomalisa” de Charlie Kaufman donde hay un fondo de pasión y lucha por la vida
que se encuentra lejos de la infancia.