"El hijo de Saúl" de Lászio Nemes
recorre las entrañas de un campo de concentración nazi. Cuenta, por medio del ojo de Saúl, las
tripas interiores de ese Holocausto. La maquinaria de destrucción masiva nazi
no puede con todo el personal que quiere asesinar, así que se agencian a unos
tipos ( judíos también, aunque con una duración de vida unos meses más larga que los
que tienen ahora en sus manos) para ayudarles en la logística del exterminio judío, porque
de lo contrario les faltará tiempo para cargarse a tanto personal. La mano de obra judía realiza el trabajo sucio que se encarga de la logística interna de la
muerte, de hacer desaparecer los últimos restos de los objetos y los muertos ajusticiados. La película ha recibido premios por un tubo, entre ellos a
la mejor película extranjera en los Óscar y gran premio del jurado en Cannes (
2015). De todos modos tanto en el primer premio con "Mustang" como en el segundo
con “Carol” o “La juventud” de
Paolo Sorrentino le podían haber arrebatado el premio, pero ,en cualquier
caso, estos temas (que por su contenido bestia) descubren las heridas del pasado y
con ellas una sensibilidad especial en los jurados. Por eso, parten con un punto a su favor que hace decantarse la balanza de los premios de su lado, sin dejar olvidarnos de su gran aporte en ahondar las miserias humanas.
sábado, 16 de abril de 2016
El hijo de Saúl
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