viernes, 27 de enero de 2017

Toni Erdmann



Título original Toni Erdmann

Año                2016

Duración         162 minutos

País                Alemania

Director           Maren Ade

Fotografía       Patrick Orth

Reparto          Peter Simonischek, Sandra Hüller,

                      Lucy Russell, Trystan Pütter,

                      Hadewych Minis, Vlad Ivanov, 

                      Ingrid Bisu, John Keogh, Ingo 

                     Wimmer, Cosmin Padureanu,

                     Anna María Bergold, Radu 

                    Banzaru, Alexandra Papadopol,

                    Salva Lolov, Jürg Löw.

                      
Hace mucho tiempo que no me detenía tanto en un cartel de una película. No cabe duda que son reclamos, pero en este caso con "Toni Erdman" ( llega cargada de premios y nominaciones, no es de extrañar que gane el Óscar 2017 a la mejor película extranjera) de Maren Ade me ocurría, antes de ver la cinta, que no adivinaba a entender de qué se trataba. Ahora lo tengo más claro: refleja el desprendimiento de un cúmulo de incomprensión y de distanciamiento entre una hija y un padre, pero para llegar ahí hay que verla. La imagen sin ver la película te puede parecer una chorrada, incluso no entender nada de lo que muestra, pero hay que llegar hasta el final para darse cuenta de la importancia de recuperar la esencia de una relación enquistada entre padre e hija plasmada en una imagen. 

En ocasiones, estas relaciones son frías, distantes yo diría más que heladas, congeladas o mejor dicho: nulas. Se podría decir que viven en mundos diferentes, sin importarse el uno del otro: auténticos desconocidos.  Por mucho que se lleven bien, pero esa sensación de alejamiento se encuentra en cada relación, en cada conversación. La distancia no la marca el puesto de trabajo alejado,en este caso Rumanía, sino la frialdad humana que pulula constantemente en las vidas de los dos personajes principales y supongo que refleja en muchos casos esa realidad de muchos padres e hijos. La trama pasa por un padre cachondo, Peter Simonischek,

 el cual se hace pasar por un  personaje de ficción ( con una peluca,unos dientes postizos y unas cuantas chorradas dichas fuera de tono) con el único propósito de llamar la atención para recuperar una relación. Ese personaje se llama Toni Erdmann.

 que muestra un comportamiento grosero grosero y deleznable, que, inicialmente, levanta la suspicacia y el rechazo inicial de la hija, Sandra Hüller,

pero, posteriormente, supondrá una toma de conciencia con respecto a una relación fría. Esa relación enquistada está más cerca de una máquina que de una persona, metida  como está en sus trapicheos laborales sin importarle otra forma de contemplar la vida. En fin, una cinta que te saltan las lágrimas y la risa al mismo tiempo.