La película transcurre toda ella
en una habitación donde se realiza un largo juicio. Allí se suceden las comparecencias sobre el mismo caso durante años, han cuidado el más mínimo detalla pues la pantalla del ordenador , al principio
es de culo y al final ya es plana, con los mismos protagonistas sin que lleguen
a un acuerdo. A mí, en particular me recordaba a 12 hombres sin piedad” (1957)
de Lumet. Con temas diferentes, eso si, en doce hombres veíamos escenas de unas personas que tenían la responsabilidad de acusar a un presunto asesino y por más que no salían de la habitación, el espectador mantenía la atención sin pestañear mientras veía como se cocían los hechos y pruebas de éste. No es necesario exteriores si el director es capaz de llevarlos a la sala los medio de los personajes. De la misma manera en “El divorcio…”
de los hermanos Elkabetz se sucede
en un juzgado cerrado. La acción y la vida cotidiana de los personajes está
impregnada en los testigos que van a relatar las situaciones de una sociedad
cerrada y machista.
jueves, 12 de noviembre de 2015
Gett, el divorcio de Viviane Amsalem
Suscribirse a:
Entradas (Atom)