lunes, 12 de diciembre de 2016

La fiesta de Despedida



Título original Mita Tova 

Año                2014

Duración        95 minutos

País               Israel

Director          Tal Granit, Sharon Maymon

Guión             Tal Granit, Sharon Maymon

Música           Avi Belleli

Fotografía      Tobias Hochstein

Reparto          Ze'ev Revach, Aliza Rosen, 

                       Levana Finkelstein, Raffi Tavor,

                       Llan Dar, Yosef Carmon, 

                       Hilla Sarjon. 


La primera secuencia ( la cámara se fija en un caminador de una anciana, por cierto, con unas ruedas muy originales con dos pelotas de tenis para no rayar el parquet, detrás unas piernas vendadas intentan avanzar)  ya nos introducen hacia el tema central de la cinta: el último recorrido de la vida de unos ancianos en una residencia. 

Si queremos que nos distraiga, nos entretenga, nos haga reír, o disfrutar con la intriga, pues sencillamente mejor que nos alejemos de ella, que lo miremos con ojos de distancia ( lejano de nuestras carnes),   pues lo que encontraremos es la  última fase de la vida humana, la más dolorosa y jodida, aquella que ya estás de más en el mundo, que sobras, que molestas, que eres un estorbo para la sociedad, pero al mismo tiempo está prohibido liquidarte con unas pastillas, cosa tan sencilla. Por eso, la muerte, en "La fiesta de despedida" de Tal Granit y Sharon Maymon ( premio del público en el festival de Venecia 2014 y Espiga de Oro en el Seminci de Valladolid),  se huele a cada toma. Los ancianos al borde de la muerte desean abandonar de una vez por todas el sufrimiento porque ya no merece la pena alargar una vida de dolor.
 Así lo comenta un enfermo terminal en el momento en que toma la determinación de dejar la vida de una vez por todas aplicándose la eutanasia:” Yo he decidido acabar con mi vida si lo hago moriré; si no sufriré y luego moriré”. Es decir, qué necesidad hay de incrementar el sufrimiento por más tiempo cuando ya se ha vivido la parte necesaria, aquella en que todos los sentidos funcionan a la perfección y se disfruta la juventud rabiosa, en cambio, ahora llega la edad prescindible. El tiempo que falta por pasar es la propina de los avances sanitarios. Recuerda a aquel San Pedro, interpretado por un Javier Bardem excelente, ( historia verídica) de (1) "Mar adentro" de Amenabar que quería con toda su alma que lo ayudaran a morir, pero las leyes vigentes no le dejaban, pues  contemplan la eutanasia como un asesinato. 

 Con todo, el cachondeo siempre está presente y si dicen que alguien tiene cáncer de pulmón las imágenes de los ancianos fumando sobresale en el ambiente, después de todo qué más da a estas alturas ya de la vida.