"Monkey Man" de Dev Patel ( actor famoso por sus apariciones desde joven en "Slumdog Millonaire" de Danni Boyle o posteriormente en "Lion", de Garth Davis, el niño que se perdía en la gran ciudad y de adulto busca insistentemente sus orígenes, Bompay, pues lo adoptaron en una familia Australiana) ahora se ha tomado las dos profesiones juntas, también la de dirigir.
La trama gira en torno a la venganza, pues busca desesperadamente a aquellos que se cargaron a su madre. Todo es pausado porque para llegar a las capas sociales altas debe andar con tiento, no dar un paso en falso y no ser descubierto antes de tiempo. Su pasado se explica con sucesivos "flashback" que ralentizan un tanto la acción. Así, su única obsesión es la venganza de la muerte de su madre y, con ello, es motivo para mostrar la cutrería que se esconde detrás de la gran urbe, desde los bajos fondos del hampa, las apuestas del juego ilegal hasta los puticlub de mala muerte. Todo ello aderezado con luchas y muertes en un ring sin cesar que hará las delicias de los que buscan acción. Son dos películas en un: por un lado, se va narrando el recuerdo de la muerte de su madre que lo atormenta constantemente y, por el otro, la obsesión de enterrar ese recuerdo por medio de la venganza.
Título original Monkey Man
Año 2024
Duración 120 minutos
Dirección Dev Patel
Guion Dev Patel, John Collee,
Paul Angunawela.
Música Volker Bertelmann
Fotografía Sharone Meir
Reparto Dev Patel, Sharlto Copley,
Pitobash, Sikander Kher,
Vipin Sharma, Ashwini Khalsekar,
Sobhita Dhuliwala, Adithi Kalkunte,
Makrand Deshpande,
Brahim Achabbakhe,
Nagesh Bhonsie
El protagonista malvive en ese mogollón de la ciudad. Se dedica a unos combates cutres donde se deja vapulear a hostias para que el personal que asiste, enfervorizados, apuesten y pierdan su pasta. Mientras él salta por los aires con una máscara de mono en la cara. Eso le da para vivir, pero necesita saldar unas cuantas cuentas pendientes: el asesinato de su madre por defender unas viviendas y dar el castigo merecido a las mafias de polis. Se lo monta, después de robar una cartera de una gerente de unos restaurantes de lujo, para entrar en la banda de mafiosos y al devolverla pide que lo incluyan en su empresa. Así es como entra lentamente en ese círculo de gente importante e influyente. Se compra una pistola y está preparado para cuando llegue el caso de la venganza. Todo es cuestión de esperar el momento oportuno. Se hace colega con el encargado porque le dice que se acerque al local de apuestas y juegue que ganará mucha pasta. Con ello subirá de escalafón de limpiador de platos a servir copas directamente a la jet set. Está atento a lo que sucede en ese club para dar el zarpazo definitivo. Y cuando encuentre al hijo de puta drogata con una marca en la oreja que se cargó a su madre, no dudará en meterle un tiro entre ceja y ceja. Hay un primer intento, pero no sale bien porque el chorizo drogata está con toda su corte de mafiosos y, casi hecho polvo, se ve destrozado y en la trena. Solo falta que se cargue unos cuantos polis y, después de fugarse, ya tiene detrás de su culo la mafia y la pasma. Mientras se oculta en una especie de secta para curarse las heridas hay un parón bestial en la acción y entra en un campo soporífero. En fin, acción a todo trapo y si los mafiosos matan sin cesar y quedan impunes por la ley, por qué él no va a poder cargarse a todo aquel que se interponga en su camino de vengar a los suyos, así es como se convierte en una presa deseada de todos los bandos de la ciudad tanto asesinos como polis. Pretende, por tanto, realizar un thriller frenético, pero le ha quedado con ciertas lagunas.
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