Reality

No sabemos nada de "Reality" ( interpretada por Sydney Sweeney

) de Tina Satter, solo lo que nos muestran las cámaras conforme pasa el tiempo. Es una chica que llega cargada de comida del supermercado y le asaltan dos gorilas del FBI. 

( se trata de una historia real que le da cierto interés. Sucedió en 2017 cuando Winner, exlingüista de la Fuerzas Armadas, que así se llamaba en realidad, fue detenida por revelar un documento clasificado que dejaba al descubierto la implicación rusa en las elecciones del expresidente norteamericano Donald Trump).Le indican que no se asuste y se identifican con sus placas. Además, le dicen que van a registrar su casa y vendrán una tropa de personal a precintarla para limitar su espacio al personal. Suponemos que la trama se irá deshilachando como hilo en madeja y sabremos más cosas sobre ese interrogatorio y revisión. Aunque una vez ya documentados se puede tomar bien el hilo de la historia.Ella se siente acosada por el registro y las fotos que le hacen, pero aguanta el tipo sin nerviosismo. Los agentes entran en su intimidad diaria hasta que se deciden a interrogarla, pero esa pasma se toma las cosas con tranquilidad, pues ya saben a quien van a trincar. La película se va desarrollando como una obra teatral al aire libre, en el patio de su casa y al final en una habitación limpia de muebles. Las conversaciones  abren un espacio a una grabadora que actúa como un personaje más. 

El continuo asedio de preguntas hace que la joven se derrumbe. En fin, un interrogatorio de ochenta minutos puede causar algún que otro bostezo.

Título original Reality

Año                2023

Duración        83 minutos

País               Estados Unidos

Dirección       Tina Satter

Guion             Tina Satter, James Paul Dallas

Música            Nathan Micay

Fotografía       Paul Yee

Reparto           Sydeney Sweeney, John Way,

                        Josh Hamilton, Marchant Davis,

                        Benny Elledge.

El espectador no entiende por qué se ha metido una tropa de policías en la estancia de la protagonista. Se supone que estamos ante una chica que se ha entrometido por medio de espionaje en temas políticos. Empiezan las preguntas y sale a relucir que es lingüista y domina ciertos idiomas árabes. Siguen sacando información: estaba en las fuerzas aéreas y abandonó, porque no superó las pruebas físicas. La trama sigue sin avanzar demasiado en las pesquisas. Las conversaciones se desvían del propio interrogatorio y asoman las situaciones cotidianas del día a día: el perro que muerde si no conoce al despliegue de policías en su patio. Así pues, el interrogatorio es informal y la cinta aparece en pantalla registrando las conversaciones. Los policías en una habitación limpia sin mesas ni sillas se disponen a interrogarla, pero en ese proceso, muestran exceso de cordialidad, pero es una constante de preguntas. Pero la intimidación, por la proximidad de los maderos, se haca cada vez más agobiante para la interrogada, Buscan que se desplome poco a poco. No supone un interrogatorio convencional sino diferente. Vemos que el resto del equipo del FBI lo fotografía todo y lo registra por muy idiota que sea la pista.La sospechosa confiesa que es traductora de las fuerzas espaciales iraníes y que se le ha traspapelado un documento. A veces, el interrogatorio se hace largo e innecesario, porque los agentes parecen saber más cosas de las que sabe la protagonista sobre las fechas de la impresión del famoso documento. Pero es una estrategia para que se desplome y se eche a llorar en sus brazos. Buscan que se derrita como mantequilla y se desplome. La presión sin violencia da sus frutos y la chica confiesa que sacó el documento de las oficinas y lo envió. Por lo tanto, filtrar información confidencial al enemigo puede acarrear con sus huesos en la cárcel. En definitiva, asistimos al derrumbe de una espía que no estaba de acuerdo con la información que se divulgaba en los informativos y quiso filtrar un documento secreto al enemigo. Este comportamiento lo paga caro.