La película le sobra celuloide por un tubo, con dos horitas tenía
más que suficiente. El director se lía a dar vueltas a los posibles asesinos: será el extraño, un japonés raro que tiene un santuario en su cabaña de la montaña o la aparecida mujer fantasma que se encuentra siempre en todos los fregados. En medio, hay un galimatías entre el chaman y los
del pueblo junto con los policías. Por cierto, éstos parece que han realizado la prueba de los más
tontos para incorporarse dentro del cuerpo, pues son unos calzonazos e incompetentes de tomo y lomo.
"El extraño" de Na Hong-jin puede hacerte perder la paciencia en
medio de un innumerable ir y venir de muertos y de poseídos por un virus
maligno o un mal que no se sabe muy bien de donde viene. Todo ello forma un
“tótum revolútum” que ya no se sabe si estamos ante fantasmas o ante zombis o
ante brujas, qué más da.
La cuestión es que el espectador se asombre de los
cuerpos desparramados que vomitan sangre a borbotones. La ambientación de la Corea del sur rural
queda reflejada en sus gentes y un ambiente lluvioso.
La historia arranca con una serie
de asesinatos extraños que quieren culpar a un japonés errático que vive
semi desnudo en medio del bosque. El personaje central recae sobre un agente bobo que se burla de él prácticamente todo el cuerpo de policía. Es la antítesis del
agente yanqui, el cual, en las pelis de acción muestra unos valores de energía, pundonor y capacidad para
afrontar las dificultades, ya sean asesinatos o embrujos. Sin embargo, aquí estamos ante un gallina ( puede que sea más humano o se acerque más a la realidad ya que no todos los policías van a ser unos héroes, por descontado) que es incapaz de hacer frente a un mosquito. Los asesinados y las sospechas sobre los asesinos se van intensificando cada vez más de tal manera que deben avisar a un chaman especialista en brujería porque el tema se les ha ido de las manos.
Cuando el tema afecta directamente a la hija del policía, entonces las situaciones las vive más de cerca nuestro protagonista que no tiene más remedio que actuar
como puede. Los fenómenos raros se suceden y la carga de violencia siempre está
presente. Nunca decae el interés de la cinta, pero llega un momento en que ya
estás harto de tantas vueltas con lo mismo sin llegar a ningún lugar. En
definitiva, una película larga que con un metraje más corto se hubiera digerido con mejor apetito.
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