miércoles, 1 de marzo de 2017

La delgada línea amarilla



Título original La delgada línea amarilla

Año               2015

Duración        95 minutos

País              México

Director         Celso García

Guión            Celso García

Música          Daniel Zlotnik

Fotografía     Emiliano Villanueva

Reparto         Damián Alcázar, Joaquín Cosío, 

                     Gustavo Sánches Parra, Silverio

                     Palacios, Américo Hollander.


"La delgada línea amarilla" de Celso García aparentemente no tiene nada que ver con "La delgada línea roja" de Terrence Malick ya que se mueven en guerras muy diferentes. Sin embargo, tienen puntos en común: que los personajes están acabados y deambulan en el mundo de nadie como si fueran fantasmas. Mientras que la primera muestra las hostias que te da la vida en unos personajes perdedores, sin rumbo; la segunda también se ven abocados en un callejón sin salida metidos en una guerra contra los japoneses que otros han montado. La película que nos ocupa se centra en esos perdedores de la vida que deambulan sin rumbo, los cuales cualquier trabajo es bueno para seguir adelante en su trayectoria errática. 

Damián Alcázar ( en un papel similar al que realizaba en "Magallanes" de  Salvador del Solar por su postura derrotada que le daría igual morirse en cualquier momento que seguir viviendo tal es su abatimiento) realiza el papel de jefe de obra junto a cuatro personajes acabados como son: Cosio

el chofer que dejó el oficio por encontrarse medio ciego, Sánchez 

el ladrón arrepentido, Palacios

el payaso del circo y Hollande

el joven empeñado en llevar siempre la contraria y quererse asociar siempre con la causa más justa ( quizá el papel que más chirría, pues siendo tan joven se lía siempre a las causas más justas desde adoptar a un perro vagabundo hasta perdonar al ladrón que les ha robado).

En ese ambiente de perdedores se desarrollan aspectos sensibles que resultan tiernos de contemplar 





La película sigue una trama sencilla: cinco individuos sin trabajo con destino incierto lo mismo que su pasado  y un tanto marginados se reúnen para pintar de amarillo la carretera en un tramo de más de doscientos kilómetros que acabará en San Carlos. Esta trama no nos llevará por senderos de acción ni momentos de suma intriga, pero la sencillez de los tipos hace que te unas a sus relatos sencillos. El protagonista, Toño, con una edad avanzada, velador de un cementerio de coches piensa que allí acabará su carrera laboral, que entre los coches muertos aparecerá él un día también cadáver, pero las circunstancias hacen que sea despedido y se tenga que buscar la vida por los contornos. Por casualidad se encuentra con un ingeniero que le propone un trabajo: pintar una línea amarilla que divida la carretera en dos en una distancia de varios kilómetros. Así es como conoce al resto de componentes de la cuadrilla "pintacarreteras", con los que mantendrá una relación muy estrecha. Ésta que se fragua entre pintada y pintada y los descansos al raso, en la noche, al aire libre. Allí es donde se cuentan sus historias. Surgen conflictos y aventuras que te hacen cercano a ellos. En definitiva, una película sencilla donde el paisaje semidesértico con los factores humanos y el carrito de pintura le dan todavía más un tono triste y desolador a ese paisaje solitario de una carretera por donde pasan dos coches por día si llega. Sin embargo, lo que cuenta es el trato humano estrecho de tal manera entre los cinco tipos. Roces que en un primer momento son bruscos, pero que al final se tornan en amistad. Nos cuenta el paso de la vida y del tiempo en unas personas desoladas, pero con alegría y fuerza para seguir adelante hasta el final de ese camino que es la vida.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar en esta página