Año 2016
Duración 127 minutos
País Estados Unidos
Director Damien Chazelle
Guión Damien Chazelle
Música Justin Hurwitz
Fotografía Linus Sandgren
Reparto Emma Stone, Ryan Gosling,
John Legend, Rosemarie de
Witt, J.K. Simmons, Finn
Wittrock, Sonoya Mizuno,
Jessica Rothe, Jason Fuchs,
Callie Hernández, Trevor
Lissauer, Phillip E. Walker.
Wittrock, Sonoya Mizuno,
Jessica Rothe, Jason Fuchs,
Callie Hernández, Trevor
Lissauer, Phillip E. Walker.
Damien Chazelle ( propuesto mejor director) director de "La ciudad de las estrellas" ( parece que estamos ante la película favorita en todas las quinielas para conquistar la inmensa mayoría de estatuillas de este año, por lo menos en nominaciones se ha llevado la palma, pues ha conseguido 14 propuestas para conseguir los Óscar del 2017) ha logrado , con su cinta musical, conectar con el público y con los académicos. En 2014 ya nos sorprendió con "Whiplash" donde narraba las peripecias
de un joven que tocaba la batería, el cual quería llegar lo más lejos posible, ser el mejor, si hacía falta aparcaba
el amor para más adelante porque ahora no podía perder concentración: solo le
quedaba tiempo para batir con los palos como un poseso los platillos.
En su camino se cruzaba un profesor autoritario que le hacía la vida imposible y le puteaba al máximo ( un J.K.Simmons
en el papel de un cabronazo auténtico, aquí, en La ciudad..., también va del mismo palo, pero con un papelito efímero), pero la capacidad de esfuerzo lo puede todo, prácticamente como sucede en esta nueva cinta que la entrega hacia una idea siempre se consigue llevar a término aunque por el camino se queden otras fantasías amorosas que no se han conseguido. Viene abalada por infinidad de premios en los Globos de Oro y multitud de nominaciones en otros festivales. La protagonista, Emma Stone ( nominada mejor actriz principal a los Óscar 2017)
( la veíamos en la cinta de Woody Allen "Irrational Man"), junto a un Ryan Gosling ( nominado mejor actor principal en la carrera de conseguir las estatuillas)
( aquel actor que está tan bien en "Drive" de Nicolás Winding Refn) La película es un musical trufado de bailes y, sobre todo, como pasaba en su anterior película, de la música de jazz y canciones acompañadas con un diseño de decorado espectacular.
Digamos que la historia combina a la perfección los límites de la fantasía y el sueño romántico mucho más fructífero que el apartado de la realidad, menos espectacular y más anodina. Todo ello aderezado con bailes muy cuidados, incluso, hay un momento en que Ryan,
agarrado a la farola puede emular al gran Gene Kelly en "Cantando bajo la lluvia" de Stanley Donen, en este caso con un cielo de estrellas sin una gota de agua. En fin, una cinta romántica que disfrutarán todo aquel que les guste el toque meloso del amor inicial con esos aspectos de ternura y embelesamiento de los dos tortolitos en busca de la felicidad.
En su camino se cruzaba un profesor autoritario que le hacía la vida imposible y le puteaba al máximo ( un J.K.Simmons
en el papel de un cabronazo auténtico, aquí, en La ciudad..., también va del mismo palo, pero con un papelito efímero), pero la capacidad de esfuerzo lo puede todo, prácticamente como sucede en esta nueva cinta que la entrega hacia una idea siempre se consigue llevar a término aunque por el camino se queden otras fantasías amorosas que no se han conseguido. Viene abalada por infinidad de premios en los Globos de Oro y multitud de nominaciones en otros festivales. La protagonista, Emma Stone ( nominada mejor actriz principal a los Óscar 2017)
( la veíamos en la cinta de Woody Allen "Irrational Man"), junto a un Ryan Gosling ( nominado mejor actor principal en la carrera de conseguir las estatuillas)
( aquel actor que está tan bien en "Drive" de Nicolás Winding Refn) La película es un musical trufado de bailes y, sobre todo, como pasaba en su anterior película, de la música de jazz y canciones acompañadas con un diseño de decorado espectacular.
Digamos que la historia combina a la perfección los límites de la fantasía y el sueño romántico mucho más fructífero que el apartado de la realidad, menos espectacular y más anodina. Todo ello aderezado con bailes muy cuidados, incluso, hay un momento en que Ryan,
agarrado a la farola puede emular al gran Gene Kelly en "Cantando bajo la lluvia" de Stanley Donen, en este caso con un cielo de estrellas sin una gota de agua. En fin, una cinta romántica que disfrutarán todo aquel que les guste el toque meloso del amor inicial con esos aspectos de ternura y embelesamiento de los dos tortolitos en busca de la felicidad.
La historia cuenta un tema de
largo recorrido: la relación entre chica y chico y su recorrido en el
enamoramiento. Depende de la mano que lo filme puede convertirse en anodino y
cansino, pero en este caso se desarrolla con un recorrido ameno. Los dos
protagonistas mantienen sus ilusiones y sus sueños por medio del baile y las
canciones que son las que les llevarán siempre a cumplir sus deseos. Mientras
bailan y cantan sus vidas mantienen una vigorosidad de una felicidad inmensa. Con
el baile y la música se puede conseguir aquello que en la realidad es imposible:
soñar. En cambio, el día a día es diferente, él es un pianista que desea abrir
un bar musical donde el jazz sea el hilo conductor del recinto, pero esta
música se encuentra en declive y no puede prosperar en su proyecto de futuro. Ella quiere ser actriz,
triunfar y salir del bar de camareras donde trabaja. La relación pasa por los procesos de
embelesamiento inicial del amor y la posterior bronca hasta la separación
porque los objetivos pretendidos no se pueden alcanzar. Sin embargo, una vez
separados, por caminos diferentes, los éxitos profesionales llegan al mismo
tiempo que la relación ya no existe y los años caen sin cesar en esa separación para llegar al olvido de la relación. Pero el
destino o la trama retorcida quiere que se vean de nuevo. Ahí es donde reviven
y retoman de nuevo las fantasías del pasado por medio de la música que les
arrastra a ese mundo ficticio y placentero que todo se consigue. Acabado el
sueño, llega la despedida que recuerda aquella otra en "Los puentes de Madison" de Clint Eastwood donde ella está cerca de bajarse del coche en el semáforo y marcharse
con su amanta a quien quiere con quien ha encontrado el verdadero amor. Aquí
también sucede lo mismo ella se queda parada en el bar mirándolo, él hipnotizado sentado en su piano
con ganas de ir hacia a fundirse en un abrazo y quedarse para siempre a su lado. En fin, un musical
con estilo, romántico y que complacerá a todo aquel que le tire una sesión de
amor con un final poco convencional.
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