Año 2016
Duración 133 minutos
País Estados Unidos
Director Denzel Washington
Guión August Wilson
Fotografía Charlotte Bruus Chistensen
Reparto Denzel Washington, Viola Davis,
Mykelti Williamson, Russell
Hornsby, Saniyya Sidney,
Stephen Henderson, Jovan Adepo,
Toussaint Raphael Abessolo,
Mark Falvo, Chistopher Mele,
Phil Nardozzi, Dontez James,
Terri Middleton, Malik Abbul.
El tema del racismo da mucho juego en las películas, pues
allí se evidencia el trato vejatorio que se ha dado en la historia ( por
desgracia todavía quedan flecos de odio) contra la raza afroamericana. Ocurre
que cuando un tema está demasiado cargado o concentrado en un mismo tiempo, porque da la casualidad de
estrenarse varias cintas con la misma temática, entonces se puede hacer un poco cansino. Así por ejemplo,
“Figuras ocultas” de Theodore Melfi donde el esfuerzo de esas mujeres que controlan el tiempo espacial siempre se deben esforzar el doble o más si quieren conseguir lo mismo que los blancos,
“Moonligh” de Barry Jenkins donde la sociedad te empujaba a ser un drogadicto por muy buenazo que seas en la infancia o tu adolescencia, estás condenado a la miseria de la droga, “Fences” de Denzel Washington también se vislumbra esa amargura de tener que aguantar las discriminaciones del personal por culpa del color de la piel ( todas ellas en pugna por la estatuilla del Òscar a mejor película del 2017). Otras que se quedaron fuera de la pugna como
“Loving” de Jeff Nichols ( con muy poquitas estatuillas de nominación) donde un matrimonio interracial no se puede casar según las leyes de ese estado de Virginia y en caso de que lo hagan en otro pueden ir a la cárcel en cuanto vuelvan a casa, o la cinta
"El nacimiento de una nación" de Nate Parker donde la esclavitud, la tortura y la fuerza por arrancarse las cadenas de encima están latentes. La película que nos toca comentar aquí, Fences, es poco menos que un monólogo del padre,
Denzel Washington, ( director y protagonista nominado al Óscar como actor principal por su papel muy logrado de padre entregado a una vida sin ilusión y amargado por las injusticias sociales, y nominada también como mejor película ) con su familia y un repaso de su vida junto con las condiciones penosas que afronta la vida.
Todo ello se desarrolla en la casa familiar como si de una representación teatral se tratara, pues la acción no va más allá que del patio de su casa. Las disputas familiares ( sobre todo la interpretación brillante de la esposa,
Viola Davis, nominada a mejor actriz de reparto en los Óscar) y el repaso de una vida amarga por su condición racial son los temas centrales de la trama.
“Figuras ocultas” de Theodore Melfi donde el esfuerzo de esas mujeres que controlan el tiempo espacial siempre se deben esforzar el doble o más si quieren conseguir lo mismo que los blancos,
“Moonligh” de Barry Jenkins donde la sociedad te empujaba a ser un drogadicto por muy buenazo que seas en la infancia o tu adolescencia, estás condenado a la miseria de la droga, “Fences” de Denzel Washington también se vislumbra esa amargura de tener que aguantar las discriminaciones del personal por culpa del color de la piel ( todas ellas en pugna por la estatuilla del Òscar a mejor película del 2017). Otras que se quedaron fuera de la pugna como
“Loving” de Jeff Nichols ( con muy poquitas estatuillas de nominación) donde un matrimonio interracial no se puede casar según las leyes de ese estado de Virginia y en caso de que lo hagan en otro pueden ir a la cárcel en cuanto vuelvan a casa, o la cinta
"El nacimiento de una nación" de Nate Parker donde la esclavitud, la tortura y la fuerza por arrancarse las cadenas de encima están latentes. La película que nos toca comentar aquí, Fences, es poco menos que un monólogo del padre,
Denzel Washington, ( director y protagonista nominado al Óscar como actor principal por su papel muy logrado de padre entregado a una vida sin ilusión y amargado por las injusticias sociales, y nominada también como mejor película ) con su familia y un repaso de su vida junto con las condiciones penosas que afronta la vida.
Todo ello se desarrolla en la casa familiar como si de una representación teatral se tratara, pues la acción no va más allá que del patio de su casa. Las disputas familiares ( sobre todo la interpretación brillante de la esposa,
Viola Davis, nominada a mejor actriz de reparto en los Óscar) y el repaso de una vida amarga por su condición racial son los temas centrales de la trama.
La película puede parecer un
rollazo porque en un espacio tan reducido pasar más de dos horas parece harto difícil, sin embargo, la interpretación poderosa de Denzel que parece metido en cuerpo y alma de ese padre amargado de los palos que le ha dado la vida y el enfrentamiento generacional con su hijo mantienen unas cotas de puesta en escena y una carga dramática excelente. El realismo que impera en esas palabras con una carga de rabia y de dolor te hacen sentir muy dentro de ese espacio y de un sentimiento humano potente. Y
realmente consigue el objetivo: que no decaiga la atención de lo que vemos,
porque los temas que toca nos dan de lleno en el blanco en muchas ocasiones.
Esas disputas agrias de resentimiento que se dan entre padres e hijos siempre
están presentes. Autoritarismo del primero siempre entendido por la necesidad
de una responsabilidad de mantener a la familia con su sueldo, en cambio, el
hijo no aprecia nada de esto, pues sabe que dispone de techo y comida con solo
abrir la puerta de casa. Las prioridades de la vida tan diferentes para uno como
para el otro: mientras que el hijo quiere una televisión ( estamos a mediados
del siglo pasado), el padre pretende solucionar los defectos del tejado porque
qué harás cuando caiga el peso del agua encima del aparto. Por otra parte, está
siempre latente el aspecto marginal de la raza. Así, por ejemplo, el
protagonista es basurero y los de su raza nunca conducirán el camión sino que
les tocará recoger la basura con sus propias manos; o ,en otro caso, que los blancos estén mejor
considerados en el bar de la esquina que ellos mismos que les colocan el plato
lleno de carne y a ellos solo patatas y zanahoria. Los decibelios de crispación suben cuando Troy, el
protagonista, comenta que va a tener un hijo, pero no de su mujer, aquí es
donde se llega a lo más álgido del drama. En fin, una cinta para reflexionar
sobre aspectos de la vida que no se alejan mucho de la realidad actual y con
una interpretación de Denzel prodigiosa.
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