Título original La prochaine fois je viserai le coeur
Año 2014
Duración 111 minutos
Director Cédric Anger
Guión Cédric Anger ( novela Yvan Stefanovitch)
Música Grégoire Hetzei
Fotografía Thomas Hardmeier
Reparto Guillaume Canet, Ana Girardot, Jean-Yves
Berteloot, Patrick Azam, Arnaud Henriet,
Douglas Attal, Pierick Tournier, Alexandre
Carrière, François-Dominique Blin, Franck
Andrieux, Arthur Dujardin, Alice de
Lencquesaing, Cédric Le Maoüt.
"La próxima vez apuntaré al corazón" ( con un título tan largo ya dan ganas de echarse atrás en su visión, pero
espero que no lo hagas porque te perderás una buena película) de Cédric Anger
indaga las pesquisas de un psicópata obsesionado en cargarse a tías por el
simple placer de matar. Las espectadoras que se acerquen con la intención de
ver a un Guillaume Canet galán y
con su poder de atracción, pues se van a quedar con un palmo de narices porque
desde el principio sabemos que es el loco asesino de mujeres. Sin embargo, la
película te atrapa desde el minuto uno y esto se agradece porque no merece la
pena perder el tiempo si no te engancha ya que visionar películas supone un auténtico placer. Así pues, si no te va a gustar mejor la dejas y a por otra porque siempre hay espectadores para todos
los géneros y las tramas. En este caso, por mi parte, ha
sido un gustazo disfrutarla.
El personaje realiza el papel de
gendarme intachable en su oficio en la búsqueda persistente de un criminal
asesino en serie. No desvelamos nada si decimos que es él mismo a quien está persiguiendo porque desde
las primeras tomas ya lo sabemos. Conforme se desarrolla la película nos damos
cuenta de que sus neuras están en la familia ( que le ha sobreprotegido) y las
tirrias contra la policía de turno ( pues gendarme y policía sin dos cuerpos diferentes). Quizá no sean suficientes marcas como para
dejarlo con un complejo de inferioridad o más bien tarado de remate con un rechazo a su propia
persona y como proyección violenta y asesina al resto de humanos, especialmente las mujeres que
por azar intenta liquidar sin compasión. La trama se desarrolla como “El doctor Jekyll y el
señor Hyde” de R. L. Stevenson,
así, una misma persona lleva dos vidas diferentes al mismo tiempo: dos identidades diferentes dentro de sí
mismo. El agente mientras está de servicio muestra una aversión contra el
asesino y su comportamiento viene a ser de lo más ejemplar, en cambio, cuando
se viste de calle se trasforma de tal manera que no puede contener las ganas de
asesinar. Éste está bien camuflado en el cuerpo de gendarmes y sabe de las artimañas
para escapar de la policía. Las cosas se tuercen en el momento en que entra el
amor en su vida. ¿Cómo va a gestionar la situación si no puede controlar esos
impulsos asesinos? A primera vista parece todo como muy previsible, pero la
ambientación y la acción está llevada hasta un punto que atrae durante todo el
metraje de la cinta. Finalmente, la vida del asesino trascurre entre los asesinatos
y la persecución sobre él. Su patología solo la intenta controlar por
medio de castigarse y flagelarse su cuerpo. El odio al hombre no se puede paliar de otra forma si no es con la destrucción de uno mismo y como proyección hacia los demás para liquidarlos.
Su mundo está lleno de mogollón de lombrices ficticias que le indican que no puede
controlar su propia personalidad.
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