Título original Camp X-Ray
Año 2014
Duración 111 minutos
País Estados Unidos
Director Peter Sattler
Guión Peter Sattler
Música Jess Stroup
Fotografía James Laxton
Reparto Kristen Stewart, Peyman Moaadi, Lane Garrison
J.J. Soria, John Carroll Lynch, Joseph Julian Soria,
Mark Naji, Anoop, Simon, Cory Michael Smith,
Ser'Darius Blain, Tara Holt, LaDell Preston,
Daniel Leavitt, Marco Khan, Julia Duffy,
Robert Tarpinian.
"Camp X-Ray" de Peter Sattler se mete de lleno en las consecuencias que acarrearon los atentados del 11 de septiembre de 2001 sobre las Torres Gemelas. Kristen Stewaart, la protagonista, abandona la saga crepuscular de los vampiros para incorporarse en la piel de una guardiana en la cárcel especial de Guantánamo en la bahía de Cuba. Allí será el destino de cualquier musulmán que se sospeche de terrorista ( en ese momento todos los que confiesen con esa cultura son culpables, aunque sea un ciudadano respetable, no importa, no hay preguntas: una capucha en la cabeza y a la trena directo) con tal de aplacar la rabia y el dolor de los muertos de las torres. En esa situación se encuentra el protagonista, Peyman Moaadi ( actor que realizó el papel principal de la excelente (1)"Nader y Simin, una separación" de Asghar Farhadi), encarcelado como represalia de un atentado que no ha cometido y expuesto a las putadas de los militares. Las tensiones entre carceleros y prisioneros llagan a un estado de repulsión incalculables. El odio se corta en el ambiente, pero siempre habrá un resquicio por donde entre un rayo de humanidad.
La película arranca con las
imágenes de las Torres Gemelas ardiendo. Éstas las introduce el director por medio del televisor para situar
los motivos por los cuales los prisioneros son apresados y condenados a la cárcel. La secuencia dura unos segundos, pero en
el disco duro del recuerdo del espectador hay almacenadas imágenes escalofriantes que te hacen
recordar y que salgan a flote en la actualidad los instantes de cruda realidad, los cuales es imposible que se borren nunca. El rascacielos ardiendo en llamas, asoma el avión en el inconsciente ( sin necesidad de que aparezca en la pantalla) clavándose en el edificio y las
personas como figuras de porcelana, de pie o de cabeza, deslizándose por el
vacío que dan las ventanas a la calle. Con tal de escapar de las llamas ya no importa romperse
la crisma contra el suelo. Esa imagen, esa situación, esas muertes son las que les van a llevar
a muchos inocentes a Guantánamo. Y George W. Bush lo tiene todo calculado: van
a purgar por cada norteamericano muerto. Por tanto, la sucesiva guerra a Irak y la cárcel en la Bahía de
Cuba fueron el pretexto para ajusticiar a los sospechoso y en caso contrario mantenerlos aislados y
castigarlos como si fueran realmente los culpables directos de los atentados. Allí se
conocen los dos personajes antagónicos, pero al mismo tiempo comparten una humanidad universal. Ellos no tienen nada que ver con esa situación, pero se ven obligados a estar en bandos diferentes, auque en cierta manera piensan
de la misma manera, creen en la libertad y detestan la violencia. La cinta
trascurre casi en su totalidad dentro de las dependencias y para ser más exacto
entre el pasillo y la celda. Uno realizando las funciones de vigilante que debe velar y si es necesario castigar al otro, mientras que éste último muestra una disposición rebelde hacia una situación que detesta y que es
injusta. Inocentes o no la batalla es constante entre unos y otros y la
carcelera se verá obligada a realizar tareas contra el prisionero que no están en su modo de pensar.
En definitiva, los dos están atados a unas normas que no quieren
cumplir. Se sienten acorralados en una situación impropia de sus formas de pensar. Por eso, lo más prudente será pirarse cuanto antes del antro de locos. Al
menos hay un final con un pequeño atisbo de felicidad.
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