viernes, 4 de enero de 2019

El capitán



Título original Der Hauptmann

Año                2017

País               Alemania

Dirección        Robert Schewentke

Guión            Robert Schewentke

Música          Martín   Todsharow

Fotografía     Florián Ballhaus

Reparto         Max Hubacher, Milan Peschel,

                      Frederick Lau, Bernd Hölscher,

                      Waldemar Kobus, Alexander Fehling

                       Samuel Finzi

"El capitán" de Robert  Schewenke cuenta otra vez las peripecias nazis en un campo de concentración.Tema siempre presente para que el personal no se olvide del genocidio. 

 El estilo ( blanco y negro) recuerda, salvando las diferencias, la espléndida obra de Steven Spielberg "La lista de Schindler" . Por cierto, en Hachenburg, ciudad pequeña del oeste de Alemania, el 27 de este mes, se ofrecen entradas gratuitas a ultraderechistas del partido AfD ( Alternativa para Alemania). No descubrirá nada nuevo respecto a la barbarie. Sin embargo, la mirada es diferente, pues las atrocidades vienen de alguien que huía, un desertor que estaba en otra posición y de pronto cambia su punto de vista drásticamente. Ahora ese soldado que quiere abandonar el frente se ve perseguido por soldados que lo quieren ajusticiar, sin embargo, esto no sucede sino que se verá en una situación completamente diferente, pues es capaz de mutarse y ser tan malvado como sus perseguidores.




La historia empieza con un soldado huido, temeroso de que lo cacen por su deserción y lo ejecuten allí mismo. Por casualidades del destino, encuentra un uniforme de oficial abandonado junto a un coche. Se lo coloca y se siente trasformado, diferente. En ese momento se transforma en otra persona diferente como si la chaqueta de oficial fuera mágica y la cambiara el punto de vista completamente. Ahora deja de ser el soldado cagón y se mete en la piel del monstruo dueño del traje. A partir de aquí, su condición de desertor da un vuelco y pasa al otro lado. Imprime su poder sobre el resto sin compasión. No se achica ante otros superiores y si se ve acorralado comenta que viene a inspeccionar de parte directa del propio Hitler. Su sadismo frente al resto de soldados es desmesurado. La careta del traje no la suelta de su porte y sigue ajusticiando. Cuanto más somete a su prójimo, más poder ostentará frente a los oficiales que acaban por creerse la farsa.El hecho de enfundarse un traje de oficial cambiará su postura y es capaz de transformarse en un asesino sin compasión. Toda la crueldad nazi asoma en una imagen donde el ejecutado que ha sido tirado en una fosa común hace unas últimas bocanadas de aire ante la cal blanca que le acaban de estampar en la cara con una pala.En definitiva, estamos ante otra vuelta de la tuerca de la barbarie de la guerra, como todas,en la que nos muestra la hipocresía humana ante la posibilidad de ostentar el poder.  


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