Título original Kóblic
Año 2016
Duración 92 minutos
País Argentina
Director Sebastián Borensztein
Guión Sebastián Borensztein, Alejandro Ocón
Música Juan Federico Jusid
Fotografía Rodrigo Pulpeiro
Reparto Ricardo Darín, Óscar Martínez, Inma Cuesta
Marcos Cartoy Díaz.
Las dictaduras siempre se
sostienen, sean del color que sean,
a partir de un único criterio y una única dirección. Todo aquel que
muestre una pequeña discrepancia con
la manera o las formas de actuar dentro de ese estado, no habrá más remedio que
hacer callar a esas bocas discordantes que son molestas para el funcionamiento
de ese gobierno autoritario y dictador. "Capitán Kóblic" de Sebastián Borensztein
( cuenta con Ricardo Darín como lo hizo en" Un cuento Chino" , otro actor seguro de vida para el director que le da aplomo a la
cinta, pues sus interpretaciones son memorables) explica ese eslabón de la cadena, personaje arrepentido de su misión de ejecutar a inocentes, que quiere desprenderse de la opresión del sistema criminal. Sin embargo, todo aquel que
quiera apartarse del yugo es un
traidor y un enemigo y habrá que eliminarlo. El fondo es el mismo, aunque la
trama no tenga nada que ver, que la película (1)"Único testigo" de Peter Weir allí era un policía
que descubría una trama sucia dentro del cuerpo y enfrentarse a ellos no era posible,
por eso era mejor perderse en lo más escondido de la tierra, en aquel caso en
una secta religiosa, para llegar a un final de caza al hombre ya que tarde o temprano se descubría
su paradero. Aquí sucede algo parecido con el capitán que se niega a ejecutar
una misión asesina, con la cual no está nada de acuerdo y también intenta quitarse de en medio y
perderse en un lugar que no lo conozcan para sacarse la pesadilla que le persigue de por vida.
La película trata del capitán Kóblic
que es piloto de misiones asesinas que consisten en tiran al vacío desde un avión a aquellas personas que molesten al régimen dictador. Él no puede aguantar ese sentimiento de culpabilidad y ante las posibles amenazas de muerte decide perderse para siempre en un lugar que no le conozcan. Desea empezar una vida desde cero sin dar datos de su persona al vecindario de la zona que siempre quiere saber. Por lo tanto, la cinta avanza sin que sepamos, ni siquiera el espectador, apenas nada de su pasado tan solo unas pesadillas que nos dan las claves del horror de las ejecuciones masivas que vivía con aquellos vuelos de la muerte. Mientras, el protagonista pasa desapercibido en la zona, se dedica a fumigar campos de cultivo
con una avioneta, pero el personal del ámbito rural pronto empieza a sospechar de un tipo
que no es de la zona y no encaja en el terreno. Aquí es cuando el comisario,
con los mismos métodos del régimen dictatorial( aquel que no se doblegue a sus
designios saldrá mal parado o con un tiro en la cabeza) no para de husmear los alrededores con tal de dar con una pista que le lleve a la solución de adivinar las incógnitas que se abren en su mente. La cinta mantiene el
tipo tanto de interpretación general como de ambientación perfecta de los años setenta. A todo esto se suma un lío amoroso, interpretado por Inma Cuesta, que traerá nuevos problemas y el desenlace final. Las investigaciones
dan con el escondido capitán que le amenazan con la muerte en el caso de que no
regrese de inmediato a sus tareas y vete a saber si también le espera su propia ejecución. En definitiva, una cinta que se hace amena,
sin demasiado que contar pero con la presencia de los actores que dan una credibilidad al relato. Su visión se hace amena y el tiempo se consume rápido como un cigarrillo en la boca.
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