Título original El autor
Año 2017
Duración 112 Minutos
País España
Diección Manuel Martín Cuenca
Guión Manuel Martín Cuenca, Alejandro Hernández
( Novela: Javier Cercas)
Música Jose Luis Perales, Pablo Perales Carrasco
Fotografía Pau Esteve Birba
Reparto Javier Gutiérrez, Antonio de la Torre
Adelfa Calvo, María León, Adriana Paz,
Tenoch Huerta, Rafael Téllez, Graig
Srevenson, Miguel Ángel Luque.
La cinta se introduce con la
canción de José Luis Perales “Algunas veces”, letra que va detallando la situación que se puede encontrar el propio
protagonistas y muchos otros mortales como él. En un espacio de soledad, abandono, de querer salir del pozo donde uno se encuentra y nunca se sabe la manera de salir. Ahí asoma la mala leche del protagonista, su afán de venganza contra todo el que se presente." El autor" de Manuel Martín Cuenca ( director de
"Canibal" aquella cinta donde un sastre tiene aficiones caníbales ) cuenta la historia de un personaje (
Javier Gutiérrez mejor actor en los Goya 2018 por su trabajo como frustrado escritos que no encuentra la senda de la escritura de calidad) abatido por una vida rutinaria y casado con una escritora que triunfa y recibe premios, pero que le pone los cuernos constantemente. Este personaje pretende romper con sus moldes establecidos y dedicarse a la literatura, pero de altura. Enfrente
De la Torre, profesor de literatura, le empujará para que viva la calle que se inspire en la gente en el ambiente y que se deje de chorradas de leer a los clásicos y querer imitarlos. La buena literatura está la que se hace en la calle en contacto con el personal, de ahí salen historias con fuerza. Nada de leer hasta la saciedad para imitar a los escritores muertos. Písate el asfalto y luego lo cuentas. Así las cosas, cambia de domicilio de vida y se inmiscuye dentro de la realidad cotidiana de sus nuevos vecinos de su escalera por medio de una portera chafardera. Así, su profesor le indica que se deje de hostias y que ponga de una vez por todas sus genitales ( que le eche cojones a la cosa) encima de la mesa, cosa que hace físicamente y se ponga a currar ya mismo. Se monta el croquis personal de los inquilinos y empieza su tarea de vivir intensamente lo que será su libro literario. La creación de la obra se va montando de la mano de su profesor y en parte te lleva a la cinta
"En la casa" de François Ozon donde el mundo de la creación literaria, la ficción, la realidad se unen en un complejo y excelente artificio que deslumbra. El personaje mantiene una cierta maldad en la relación de los vecinos, con el único fin de montar una historia atractiva, pero al mismo tiempo cambiar el destino de sus vecinos. Recuerda, con sus diferencias, aquella película de muy mala baba de
Jaume Balagueró "Mientras duermes" donde un portero canalla realizaba barbaridades con sus inquilinos. En fin, el miedo que puede producir meterte en la piel de otras personas está latente.
"Canibal" aquella cinta donde un sastre tiene aficiones caníbales ) cuenta la historia de un personaje (
Javier Gutiérrez mejor actor en los Goya 2018 por su trabajo como frustrado escritos que no encuentra la senda de la escritura de calidad) abatido por una vida rutinaria y casado con una escritora que triunfa y recibe premios, pero que le pone los cuernos constantemente. Este personaje pretende romper con sus moldes establecidos y dedicarse a la literatura, pero de altura. Enfrente
De la Torre, profesor de literatura, le empujará para que viva la calle que se inspire en la gente en el ambiente y que se deje de chorradas de leer a los clásicos y querer imitarlos. La buena literatura está la que se hace en la calle en contacto con el personal, de ahí salen historias con fuerza. Nada de leer hasta la saciedad para imitar a los escritores muertos. Písate el asfalto y luego lo cuentas. Así las cosas, cambia de domicilio de vida y se inmiscuye dentro de la realidad cotidiana de sus nuevos vecinos de su escalera por medio de una portera chafardera. Así, su profesor le indica que se deje de hostias y que ponga de una vez por todas sus genitales ( que le eche cojones a la cosa) encima de la mesa, cosa que hace físicamente y se ponga a currar ya mismo. Se monta el croquis personal de los inquilinos y empieza su tarea de vivir intensamente lo que será su libro literario. La creación de la obra se va montando de la mano de su profesor y en parte te lleva a la cinta
"En la casa" de François Ozon donde el mundo de la creación literaria, la ficción, la realidad se unen en un complejo y excelente artificio que deslumbra. El personaje mantiene una cierta maldad en la relación de los vecinos, con el único fin de montar una historia atractiva, pero al mismo tiempo cambiar el destino de sus vecinos. Recuerda, con sus diferencias, aquella película de muy mala baba de
Jaume Balagueró "Mientras duermes" donde un portero canalla realizaba barbaridades con sus inquilinos. En fin, el miedo que puede producir meterte en la piel de otras personas está latente.
El personaje está harto de que le
taladren la cabeza en el despacho de abogados y encima le metan los cuernos en
su presencia. Así que decide tomar unas clases en un taller de lectura y
escritura para conseguir montar historias propias con cuerpo y alma. El profesor, después de
leer su historia, le comenta que aquello es una basura sin contenido vacío
completamente que no se sostiene sin vida, que las historias se buscan directamente
del personal no de los libros. El profesor, con muy mala hostia y zampándose unas comilonas bestiales ( supongo que a costa del autor), se supone que
para provocar e incentivar ese escritor que pueda llevar dentro, alienta
efusivamente con la propuesta de una historia verdadera, creíble, actual, no una
relación de hechos y de sucesiones absurdas que nadie se las cree. Así que debe
empezar por mandar a paseo su exitosa mujer que hace libros menores de masas y
él quiere hacer literatura de verdad. La nueva situación en un bloque de vecinos de su piso
será el móvil para contar su historia. Una pareja de mexicanos que son
vecinos y su figura se refleja en la pared de enfrente que da a su piso, allí
mira y escucha las conversaciones. Se produce la persecución de esos vecinos
para oír el latido de la calle. Sin embargo, no es tan sencillo entrar en las
vidas ajenas, pues el escudo protector que creamos a nuestro alrededor no nos deja
opción a nuevas e intrusas amistades. Por lo tanto, no le queda otra que espiar
al vecino como fuente de inspiración. La historia en sí no se va narrando sino
que está sucediendo en la realidad y es en definitiva el grueso de la cinta que
se va desarrollando. Es como el cotilla del bloque que chupa y bebe
directamente de sus vidas para crear su obra maestra. La estrategia está en
hacerse con la amistad de la cotilla portera ( aunque para ello tenga que tirársela) y cómplice para abrirle el camino
de amistad con el resto de vecinos y ahí se va nutriendo de sus vidas. Así
pues, él mismo se mete en las historias para cambiar el rumbo de éstas: una
portera que la liga para abrirle las puertas de los entresijos de los vecinos,
un anciano que juega al ajedrez para conocer como piensa y que forma de vida
tiene y una pareja de mexicanos con problemas laborales que se inmiscuye ofreciendo sus
servicios de abogado para ayudarlos. Monta una red de
amistades en la escalera para inmiscuirse en sus vidas y con ello incluso
cambiar si puede el destino de ellas que a la postre es lo que contará en su
novela. Domina de tal manera la situación que es capaz de cambiar el destino
de las historias de los vecinos pues si les soluciona los problemas, la
historia dentro de su ficción novelística no funciona. Hay situaciones
malévolas. Los vecinos ya forman parte de la ficción del
propio autor que como sombras los mueve como títeres por donde quiere llevarlos.
En definitiva, el personaje pasa a ser pieza necesaria y básica en el engranaje
de esas nuevas vidas que acaba de conocer porque se hace imprescindible para
que avancen en su día a día.
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