lunes, 18 de junio de 2018

The Square



Título original The Square

Año                 2017

Duración       142 minutos

País               Suecia

Dirección       Ruben Ostlund

Guión            Ruben Ostlund

Fotografía     Fredrik Wenzel

Reparto        Claes Bang, Elisabeth Moss,

                     Dominic West, Terry Notary,

                    Chistopher Laesso, Marina

                   Schiptjenko, Elijandro Edouard,
     
                   Daniel Hallberg, Martin Sooder.

El director Ruben Ostlund ( creador también de aquella "Fuerza Mayor" donde la relación de un matrimonio que pasa sus vacaciones en la nieve se tambalea por un hecho que a primera vista parece insignificante, pero acabará con su relación) de "The Square", mejor película del festival de Cannes 2017, ( un festival tan y tan reconocido, pero si esto es lo mejor que se ha expuesto, pues el resto dejará mucho que desear) quiere mostrar por medio de la ironía, de la crítica aquellas situaciones que pasan desapercibidas para el personal. Por eso, se asoma al mundo del arte por medio de su personaje, 

Clae Bang, y de su mano crítica nos muestra realidades de este mundo. La película sigue la trayectoria de un publicista de arte que da charlas sobre arte y presenta su galería. La trama persigue las correrías del personaje que va de un lado a otro. Podría sintetizarse en los dos mundos que circulan por la ciudad los pobres y los acomodados, los cuales se cruzan para crear situaciones complejas. En este caso el personaje le persiguen aquellos que están más necesitados le roban  y él se ve involucrado en unas situaciones extrañas. Al mismo tiempo, por estas pequeñas situaciones, deja de lado su trabajo y esto le cuesta el cargo. 

La historia transcurre de una forma desordenada, sin mucha coherencia, la cuestión es sacar unas imágenes que impacten, parece que el marketing que persigue el centro de arte para atraer a los espectadores pase lo mismo con la película que pretende captar al espectador con imágenes impactantes. No le veo mucho la gracia, la verdad. Igual no le he pillado el punto.



El protagonista es un director artístico de una sala de exposiciones. Sus obras son excelentes o quizás se les puede cuestionar. Hay que crear conflicto en torno de ellas para que así se puedan visitar. Se intenta crear polémica para atraer a los clientes. ¿Cualquier cosa puede tener la importancia de ser expuesta o necesita algo más de sentido? Sin embargo, esa obra de arte, en el caso de que se desmonte, no importa pues ya la reparará él mismo con sus manos. Así sucede, por ejemplo, con unos montones de arena o arena que están amontonados en una sala inmensa y distribuidos estratégicamente, pero el señor de mantenimiento se los carga con una máquina de limpieza.Se ha de buscar una promoción, ya sea en Internet o donde se quiera y que se haga viral de tal manera que recaude pasta a punta pala. La cinta avanza en la búsqueda de unos objetos robados y localizados gracias al móvil. Ahora hay que amenazar por medio de una carta a todo el bloque donde nos marca el ordenador que se encuentra el chorizo que se los robo. Con todo esto, ya llevamos casi una hora y no ha pasado nada más, se hace un tanto pesada. Tan solo cuando se acerca el final, nos muestra el placer animal de saltarse completamente todas las normas. Justo en esas imágenes donde un humano que realiza el papel de mono enfurecido y subido en las mesas de los comensales muestra un estado animal, el cual se enfrenta a la burguesía que se queda perpleja y con cara de acojonada. Este espectáculo de saltar por las mesas como si lo hiciera en medio de la selva como en lianas hace que uno se despierta de pronto y piense y esto a qué viene ahora, mientras se suceden los alaridos del hombre animalizado y libre frente a los miradas anonadadas y sin capacidad de respuesta. En fin, muy poco que sacar para una película de más de dos horas de metraje.

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