lunes, 22 de abril de 2019

Morir





















Título original  Morir

Año                 2017

Duración         104 minutos

País                 España

Dirección         Fernando Franco

Guión              Fernando Franco

Música            Maite Arrotajauregi

Fotografía       Santiago Racaj

Reparto           Marián Álvarez, Andrés Gertrudix,

                        Iñigo Aramburu, Francesco Carril.


Esta película la he pospuesto varias veces porque con solo el título ya nos adentra en un dramón que puede no apetezca demasiado verla. Además tanto el director Fernando Franco como la actriz  

Marián Álvarez ( actriz que se mueve con total naturalidad como en la vida misma no parece que actúe, le sale así, natural) ya nos ofrecieron en 

La herida “( premio mejor actriz en los Goya de aquel año, 2013) una situación de rechazo hacia la vida y hacia el propio cuerpo, donde la actriz no se deseaba a sí misma y se rechazaba con violencia lesionándose sobre sus mismas carnes para sentir todavía más su propia desgracia,  como si la existencia fuera una carga imposible de llevar: una desgracia de haber nacido así. 

Ahora con “Morir” vuelve a la carga con una situación extrema de la vida. Esos últimos momentos de la vida que sobran que está de más vivirlos porque son pura agonía, tanto para el enfermo como para su acompañante de fatigas. Te ves esta,luego" No se decir adiós" de Lino escalera y  para finalizar 

"Amor" de Michael Haneke y ya estás muerto para el resto de tu vida.





La trama de un gran dramón siempre funciona de maravillas con un inicio maravilloso de plenitud y felicidad entre la pareja de enamorados. Pero la felicidad dura los primeros compases de las escenas. En cierta manera, no se escapa de contar la realidad pues la vida es eso: unos tramos de tiempo donde se pasa felicidad, otros de odio, otros de enfermedad y muchos, casi la mayoría, de penurias. Por lo tanto, no está nada desenfocado en contar alegrías y tristezas. Pero cómo contar ese momento de duda, de enfermedad de decírselo al ser querido o de ocultárselo un tiempo más.Hacer como que aquí no pasa nada: la enfermedad ya hará camino ella sola. Entonces, en esa pareja tan joven y con tanto futuro, aparece la enfermedad y llega una nueva decisión: continuar como antes o mandarlo todo al carajo. A partir de este momento es una lucha en como ocultar la tristeza de este hecho dentro de la pareja para que el otro componente, el enfermo, realmente no se derrumbe definitivamente. Cuenta, en definitiva, las penurias que tienen que pasar el que va a morir y, su pareja, la que va a aguantar firme la soledad del ser querido que se marcha. Muestra ese sufrimiento final en el hospital. Ese recibimiento lento y con mala hostia de la muerte que llega sin apenas notarse pero es inapelable. Está contado con crudeza y al detalle. No puedes decir que te ha gustado porque no tiene ni un segundo de agradable y menos de descanso: hospital,  pasillos, máquina de café, doctores, dormir en sofá, tristeza y silencios. Eso es lo que vas a ver: la propia muerte.

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