Título original Brava
Año 2017
Duración 91 minutos
Dirección Roser Aguilar
Guión Roser Aguilar, Alejandro Hernández
Música Vicent Barriere
Fotografía Diego Dussuel
Reparto Laia Marull, Bruno Todeschini,
Sergio Caballero, Francesc Orella,
Emilio Gutiérrez Caba, Mikel Iglesias,
Empar Ferrer, María Ribera.
Ahora que está tan candente y actual el tema de la Manada, esta cinta "Brava" de Roser Aguilar ( hay una película suya interesante
"Lo mejor de mí") muestra otra vuelta de tuerca en el campo de la violación, los lobos nocturnos que acosan y violan a las chicas solitarias e indefensas. O el violador de La Verneda ( barrio de Barcelona) que asaltó a más de diez chicas le cayeron más de ciento cincuenta años de cárcel y con veinte cumplidos ya está en la calle preparado para nuevas aventuras macabras. Los informes indican que no está curado y no puede estar en vigilancia las veinticuatro horas, lo que indica que el riesgo de violación está en el aire del barrio.
Laia Marull como protagonista ( con una larga trayectoria de papeles dramáticos a sus espaldas. Ya desde los inicios su rol de pareja inconformista, triste, preocupada, insatisfecha, por ejemplo, en "Mensaka" de Salvador García Ruiz, la huída desesperada, por un atraco fallido, con una niña en "Furtivos" de Miguel Hermoso,la excelente "Te doy mis ojos" de Iciar Bollaín donde el radical machismo brota en cada secuencia y recientemente
"La madre" de Alberto Morais. Estamos ante un caso de violación donde el trauma trastorna el personaje ya de por si solitario y poco feliz, pero este hecho lo aísla todavía más.
Entonces un nuevo amor puede chocar con el recuerdo
Tras la violación, las marcas
externas sanan solas, pero las secuelas internas durarán toda la vida. Esa
chica ya no podrá salir a la calle libre, tranquila, pues los miedos la asolarán de
lleno. La vergüenza de confesar esa violación marcará el devenir de una vida que
ya nunca será como antes. Se ocultan los hechos por temor, por sentirse sucia ante los demás sin culpa alguna.
Por tanto, la agresión queda de momento en un anonimato. Por mucho que lo confiese poca
ayuda le dará su pareja porque la frialdad es absoluta ni un abrazo ni un beso
de comprensión. La violación supone una pesadilla constante: quedarse parada
sin capacidad de reacción durante la jornada de trabajo, noches en vela con la imagen de una persecución. La
angustia traspasa las pantallas se hace sentir como propia. Tras una relación
fría de pareja puede abrirse una nueva, pero después de una violación, las
sensaciones pueden ser muy diferentes.
A partir del suceso, la soledad de la protagonista se hace más
pronunciada. Si antes del suceso su vida era rutinaria y aburrida, ahora se ha
vuelto tortuosa y desoladora. Por eso, la película transcurre con innumerables
silencios que el propio espectador deberá rellenar. Ella, para combatir su
soledad, marcha a su pueblo, pero allí la sombra de la melancolía se alarga más. En fin, película donde la soledad y el drama se apoderan de las imágenes.
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