Título original Taekwondo
Año 2016
Duración 105 minutos
País Argentina
Director Marco Berger, Martín Farina
Guión Marco Berger
Música Pedro Irusta
Fotografía Martín Farina
Reparto Gabriel Epstein, Lucas Papa,
Nicolás Barsoff, Francisco
Bertín, Andrés Gavaldá,
Dario Miño, Juan Manuel
Martino, Gastón Re,Arturo Frutos
"Taekwondo" de Marco Berger muestra el esplendor de nueve jóvenes corpulentos de vacaciones en un caserón. Allí aparecerán sus diferencias y sus pretensiones, en medio de sus
cuerpazos físicos que deslumbran. La cámara se detiene en ellos, en su silueta corpulenta y se detiene en su desnudez reposada como el descanso del guerrero en espera de otras batallas para enfrentarse a una vida más agotadora. El reposo da para lecturas como El guardián entre centeno de Salinger , El perfume de Patrick Suskind o recuerdos de lecturas lejanas, Siddharta, Demian de Hesse. Recuerda, en parte, en otra época, a
"Todos queremos algo "de Richard Linklater donde unos jugadores de rugby desplegaban sus artimañas para ligar embroncarse y convivir con una plenitud de juventud de pura envidia. Aquí sucede algo parecido se van lanzando pullas, incluso la relación parece que va a intimidarse hasta cotas insospechables. El guión deshilachado acompaña al realismo de las conversaciones que son entrecortadas y aplastante como si estuvieran dentro de una casa de Gran Hermano donde el tiempo pasa pero no importa demasiado.
Esa relación tan cercana de los cuerpos desnudos les invita a un acercamiento y recuerda "En terreno vedado" ( Brokeback Mountain ) de Ang Lee donde dos jóvenes abandonados en una montaña solitaria durante meses se van acercando hasta llegar a una relación sexual que perdurará en el tiempo.En este caso se atisba un inicio de relación.
Nueve jóvenes mantienen una relación estrecha dentro de una mansión con recinto deportivo. Allí van a pasar sus días veraniegos. No sabemos nada de sus vidas, ni
nos importa, solo lo que va asomando por detrás de las conversaciones. Ante
todo es un canto al cuerpo desnudo en plenitud, pero en reposo. Las conversaciones
son entrecortadas, porque lo que interesa son las imágenes que hablan más
que las bocas. No hay preocupación, solo reposo. Se ríen de "boludeces" que te contagian que traspasan más allá de la pantalla. Así pues, el espacio cerrado
juega un papel principal porque allí se desarrolla la exposición de esos
cuerpos robustos y la relación entre los jóvenes que no siempre será
cordial. En definitiva, la acción
es prácticamente nula, porque actúan y juegan como niños que no quieren dejar
aquella edad que ya pasaron y vuelven a ella con naturalidad con ternura,
hablan, ríen, beben y sueñan que el tiempo jamás pasará, pero no es cierto, el tiempo avanza.
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