Título original Last Film Show
Año 2021
Duración 102 minutos
País India
Dirección Pan Nalin
Guión Pan Nalin
Música Cyril Morin
Fotografía Swapnil S. Sonawane
Reparto Richa Meena, Rahul Koli,
Dipan Raval, Bravin Rabari,
Vijay Mer, Kishan Parmer,
Tia Sebastian, Vikas Bata,
Bhraves Shrimali, Shoban Makwa.
"La última película" de Pan Nalin ( Espiga de Oro en el festival de Valladolid de 2021) inicia su andadura con las distracciones o juegos de un niño que pasea por el campo. Allí, en la vía del tren, se inicia un mundo de sensaciones ambientales que despiertan los sentidos. Luego aparece su padre y continuamos con otros sentidos, el colorido de los vestidos y carteles de la ciudad. Todo está subido de tono; colores ruidos, bullicio que despiertan nuestros sentidos.
Ese niño ha decidido su profesión: creará películas. Eso mismo le comenta a su padre después de quedar impresionado y encantado de la magia de la proyección: una luz poderosa capaz de contar historias. En esa vuelta en tren a su casa se lo cuenta a su padre que le contesta que está loco. Eso no es profesión decente ni que se pueda granar la vida con ello, pero el chico le contesta que peor es vender té diario en el andén del tren como hace él. En ese pueblo periférico se muestra la cultura de la zona. Ese hijo del vendedor no está muy bien visto por el resto de la comunidad, pues vaga perdido siempre por los campos y con unas pintas extrañas. No aconsejan a los demás niños para que vayan con él. Cuando puede, escapa al cine y queda impresionado por las mentiras de ficción que ve en la pantalla. Estamos ante un niño diferente al resto, apasionado por las aventuras y la ficción de la pantalla que le hace salir de la rutina diaria de vender té a los pasajeros del tren y de escuchar las lecciones de la escuela. Maravillado por las chispas de luz que lanza el proyector que cambia la vida y las cosas de su entorno: los reyes, las princesas. Pero esa irrealidad no la puede vivir porque cuesta un dinero que no tiene y lo tiran del cine de patitas a la calle. En ese ambiente de cine, todo es sencillo, cariñoso y cordial. El niño se hace amigo del señor que proyecta la película y tiene acceso gratis desde la cabina de proyección a cambio de entregarle el desayuno apetitoso que la prepara cada día su madre. Ese tren que pasa por delante de su cara es el que quiere subir para ir a otra parte y dejar la tetera del té en el suelo con la que se gana la vida su propio padre. Él quiere progresar, vivir otra vida en otro lugar. Sin embargo, hay que esperar, pero la creación del cine pasa por sus venas y con unos recortes de cinta de película, una bombilla, los sonidos realizados con las manos o piedras y la luz del sol conseguirá plasmas una imagen borrosa en una sábana. Así, crearán un mundo de historias personal y alternativo al de la sala cutre del pueblo. En fin, una infancia de naturalidad con una madre que prepara comida con mucho mimo, un padre gruñón que lo único que le interesa es que su hijo se dé prisa con el té porque el tren pasa rápido y debe vender mucho, pero prima la afición por el cine desde una óptica de un niño con la intención de crear mundos diferentes y paralelos a la realidad.
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