miércoles, 10 de mayo de 2023

Death of# a Ladies Man

 



Título original Death of a Ladies Man

Año                 2020

Duración         100 minutos

País                 Canadá 

Dirección         Matt Bissonnette

Guión              Matt Bissonnette

Fotografía       Stephen Rennicks

Reparto          Gabriel Byrne, Jessica Paré,

                       Brian Gleeson, Karelle Tremblay,

                       Olivier Pilón, Suzanne Clément.

Las noticias brotan rápido nada más iniciarse la acción: el protagonista llega a su casa donde oye unos suspiros sospechosos que escapan de su habitación, las sospechas se hacen realidad al abrir la puerta, pues su mujer está fornicando con un apuesto chico joven, el cual huye a paso tranquilo e insultando al recién llegado de viejo gruñón. Hablamos de la película "Death of a Ladies Man" de Matt Bissonnette. La ruptura matrimonial es evidente. Aquí no acaban las sorpresas y en la siguiente toma, en un bar con su hijo le confiesa que es gay con la sorpresa siguiente. El personaje que le ocurre esto nada más empezar es 



Gabriel Byrne, actor que suena mucho su cara, pero no acabo de ver la película. Repaso su biografía y aparece aquel personaje mafioso que se pasaba de banda en banda jugándose la vida a cada trueque de mafiosos en “La muerte entre las flores” de los hermanos Coen, siempre rondándole una pistola en su cabeza. Allí resaltaba su interpretación con una maravillosa película de gánsters. En esta caso, la cinta se fragmenta en tres partes, una donde muestra el ocaso del protagonista, una segunda, en la que desparece lo humano y ya está en un estado más allá de la vida y una tercera que es el epílogo y la desaparición, la unión con el padre. Allí se desarrolla la última confesión del más allá. Todo ello aderezado con las canciones de Leonard Cohen como “Hallelujah”



El profesor de universidad empieza a vislumbrar una crisis aguda en su vida. De un lado su matrimonio falla porque su mujer, más joven que él, ya no encuentra satisfacción sexual y busca fuera esa compensación. Él los descubre y siente un rechazo a ese hecho, pero se da cuenta de que puede ser él mismo el que falla en la relación. Lo ve claro por las apariciones fantasmales y extrañas de su padre que le dicen que todo lo que le pasa es normal. Le acosa esa obsesión del padre muerto en la infancia y la madre que abandona al primogénito. El tipo ya no es capaz de controlar sus propias clases, manifiesta un estado de esquizofrenia. Escucha contestaciones de sus alumnos que no han dicho y vomita compasivamente ante estos. La crisis existencial alcanza un estado de locura. En definitiva, el alcohol, los fantasmas y la premonición de una muerte segura atenazan al protagonista hasta el final de sus días. Mantiene el tirón inicial y apura demasiado en la escenografía musical. Con todo está bien el aderezo de Cohen y las reflexiones de una vida de penuria con los muertos.

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