Título original Nine Lives
Año 2005
Duración 114 minutos
País Estados unidos
Director Rodrigo García
Guión Rodrigo García
Música Edward Shearmur
Fotografía Xavier Pérez Grobert
Reparto Kathy Baker, Amy Brenneman, Elpidia Carrillo, Glen Close, Lisa Gay Hamilton,
Holly Hunter, Sissy Spacek, Robin Wright, Amanda Seyfriend, Jason Isaacs, Joe
Mantegna, Ian McShane, Molly Parker, Kay Place, Sydney Tamilia Poitier,
Aidan Quinn, Miguel Sandoval.
El cine de García se puede considerar intimista,
que busca el perfil más humano del ser , pero casi siempre se decanta y se compromete con la mujer. Profundiza en los sentimientos, allí
donde las heridas más duelen. Se podría emparentar con los personajes que crea
Cesc Gay, por ejemplo, "En la ciudad" o "Ficció", el cual está siempre comprometido con la sensibilidad humana. El hilo conductor de las
historias es la relación entre padres e hijos: deseados,alejados, imposibles,
distantes, incluso perdidos para siempre. Las relaciones de pareja, la vida y
la muerte son temas constantes en sus historias. Todas ellas contadas desde
punto de vista femenino.
Así, Sandra muestra la impotencia de contactar con su
hija en una visita a la cárcel. El auricular no funciona y tan solo cuenta con
la visión de su cara detrás del cristal. Diana es una mujer embarazada que tira de un carrito de la compra en un supermercado. Es el escenario donde transcurre la acción. Allí se cruza con un antiguo amigo con el cual rinde cuentas de sus vidas. Rememoran aquello que pudo ser y no fue. Se cruzan los dos entre las estanterías apenados de un pasado que pudo ser diferente. Ella siente cierta satisfacción por su estado cuando él le confiesa que no tiene hijos porque es estéril, ese hijo que nunca pudo ser de ellos dos por mucho que se amaran y el destino hizo que se separaran. Qué más da que las vidas se han dispersado por otros derroteros, pero ellos siempre echarán en falta el amor que nunca pudo conseguirse, pero no por ello deben de rechazarse y no es incompatible que se sigan queriendo y que piense uno en el otro. Es el amor entre dos personas, contenido, imposible, pero al mismo tiempo deseado que se ha esfumado.
Holy es la hija con una infancia muy marcada en
la que sus padres no han mostrado el menor aprecio hacia ella. El director nos
la muestra uraña, rabiosa malhumorada de volver al lugar de su infancia, porque, allí, donde su propio padre abusó de ella, ha dejado un acto pendiente. La chica empuña una pistola y en la espera que mantiene, mientras que
llega su padre, revive los espacios donde ella jugó de pequeña, mantiene ese
momento de recuerdos de niñez y nos muestra su lado más cariñoso, más
bondadoso. Los recuerdos de esa vida cerrada de la infancia le hacen sentirse
diferente. Acaso se puede vivir con ese recuerdo encima que te sepulta en vida.
Así, no se puede vivir. Tan solo la vuelta de ese padre odiado le devolverá a
la realidad, para rendir y ajustar las cuentas del pasado.
Sonia muestra la amistad entre parejas. Esas relaciones que
siempre acaban mal porque se habla más de la cuenta porque hay un miembro que
dice en la conversación aquello que habían pactado anteriormente que nunca
dirían. La conversación deriva hacia ese hijo que por una razón u otra no ha
venido al mundo, ese hijo casi programado que nunca se tuvo el momento exacto para crearlo, siempre había cosas más importantes para realizar.Es el hijo deseado, pero nunca procreado, inexistente el que parece pasar cuentes. Ese tema les ronda constantemente y es motivo de alteraciones diversas y constantes. El mal rollo aflora en cualquier momento.
Samantha se encuentra distante con sus padres. Está presente en casa de sus padres, pero ausente, como si no quisiera vivir por más tiempo en el nido. Las relaciones entre padres e hijos son siempre crispantes, porque
la diferencia de edad marcará la distancia en los comportamientos. Los padres
siempre quieren saber más sobre su hija, siempre encima de su vida. El día en
que tengas un hijo, le recriminan, que sea de tu edad te acordarás de mí, seguro, porque las
cosas que yo digo ahora las dirás tú entonces a tu propio hijo. Habla del mensaje
generacional que las cosas se pasan de generación en generación y que por mucho
que pase el tiempo los problemas vienen a ser los mismos. Y si por casualidad aparece una foto de la infancia, la madre recuerda ese momento como algo especial. Las
penalidades que se pasaban entonces, pero sobre todo eran muy felices, solo contaba eso. Ella quiere revivir ese tiempo feliz de la infancia de
su hija, la cual no muestra gran interés no le atrae lo más mínimo, es joven y
no está en esa honda. Unos rememoran el tiempo pasado como un momento feliz que
nunca volverá, ni olvidarán, porque su estancia en la vida se acaba y se deben agarrar al
recuerdo, en cambio, los otros, muestran desesperados formar su vida futura y rechazan el pasado completamente cerrado.
Lorna piensa que nunca e tarde para procrear. Por eso, siempre
puede haber una aventura del pasado que se quedó pendiente y ese amante o
pareja puede estar preparado para follar en ese momento, aunque no sea en el lugar más propicio, porque se encuentran en el mismo
entierro de uno de los cónjugues.
Ruth rescata una aventura del pasado en un motel. Es el lugar donde se han producido una
parte importante de hijos con un padre diferente. Una historia o un amor en
pausa que ha llegado el momento de culminar.No sabemos mucho de sus vidas, el nuevo hijo tampoco lo sabrá.
Camille se muestra preocupada incluso en momentos delicados de una operación. Más pendiente por su hija que por ella misma. Se siente culpable porque si falta ella quién cuidará de su hija. El diálogo de mal genio de una persona que va a
pasar por el quirófano y la imposibilidad de cumplir como madre queda reflejado a la perfección. Ese miedo, temor y poca
confianza influye en la desconfianza hacia el doctor que la va a operar.
Maggie habla de las relaciones de una madre y una hija en las lápidas de un cementerio como paisaje de fondo. Parece que estemos ante un picnic
una excursión festiva, en cambio es el escenario de los muertos. Los hijos
mueren para sus padres en el momento en que se hacen adultos. Los padres se quedan huérfanos, vacíos tras su marcha.
Finalmente, no podía acabar las historias de mejor manera que con una metáfora
del cementerio: los hijos mueren para los padres en el momento en que se independizan y forman un hogar con familia o no.
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