Título original The Walk
Año 2015
Duración 124 minutos
País Estados Unidos
Director Robert Zemeckis
Guión Chistopher Browne, Robert Zemeckis
Música Alan Silvestri
Fotografía Dariusz Wolski
Reparto Joseph Gordon- Levitt, Ben Kingsley, Charlotte Le Bon,
James Badge Dale, César Domboy, Clement Sibony
Benedict Samuel, Vittorio Rossi, Ben Schwartz, Steve Valentine
Mark Camacho.
“El
Desafío” del director Robert Zemeckis, famoso por sus películas premiadas con muchas
estatuilllas de Óscar como “Regreso al futuro”, “Forrest Gump” o “Náufrago” en
todas ellas existe el riesgo y la aventura de conseguir unos objetivos , ya sea una
máquina que te transporte a otro tiempo; alcanzar metas casi
imposibles para una persona con ciertas carencias; o lograr supervivir en una
isla en unas condiciones extremas como le sucede al protagonista Tom Hanks tanto en ésta como la anterior. En
este caso el reto pasa por cruzar caminando por un cable las Torres gemelas de New York, de un lado al otro, con la ayuda de una barra para guardar el equilibrio.
La historia está contada por el protagonista, Joseph Gordon-Levitt, “500 días juntos”, el cual explica detalladamente los momentos en que se produjeron el asalto a las Torres Gemelas. La película se inicia con bandas sonoras muy reconocibles de la época. El encargado de controlar los temas musicales recae sobre su colaborador especial, Alan Silvestri, el cual en Forrest Gum ya destacó obteniendo los Globos de Oro y nominaciones a los Óscar. Su delicadeza en elegir las bandas sonoras para ambientar una época en concreto son de una delicadeza exquisita, por no decir el momento culminante en que se pasea el protagonista en el cable de acero donde suena el piano de Richard Cleiderman.
La historia está contada por el protagonista, Joseph Gordon-Levitt, “500 días juntos”, el cual explica detalladamente los momentos en que se produjeron el asalto a las Torres Gemelas. La película se inicia con bandas sonoras muy reconocibles de la época. El encargado de controlar los temas musicales recae sobre su colaborador especial, Alan Silvestri, el cual en Forrest Gum ya destacó obteniendo los Globos de Oro y nominaciones a los Óscar. Su delicadeza en elegir las bandas sonoras para ambientar una época en concreto son de una delicadeza exquisita, por no decir el momento culminante en que se pasea el protagonista en el cable de acero donde suena el piano de Richard Cleiderman.
La
película trata de un sueño irrealizable en la cabeza de un obstinado individuo.
Cuando éste le cuenta a la chica que pretende cruzar el espacio que hay entre
una torre y la otra, se cruzan miradas que indican lo imposible del objetivo. El protagonista protagoniza una primera aventura en París para
realizar una toma de contacto con el escalofrío de las alturas. Después de aterrizar en suelo americano, la contemplación de las Torres Gemelas ( que años más tarde se llamaría zona cero, seguro que no
hay ningún espectador,con una cierta edad, que no le venga a la cabeza las horribles imágenes que se sucedieron allí en años posteriores. Por supuesto que el recuerdo de este escenario despertará la hemeroteca de las imágenes del cerebro para encontrar ésos dos bloques de cemento desprendiendo fuego y humo a causa de dos aviones
suicidas recién estrellados en ellas. Esas imágenes volverán con la misma
intensidad y violencia del día que sucedieron: cuerpos humanos lanzados al vacío en
posiciones rocambolescas, de pie, de cabeza, de lado; la única intención era
huir de las llamas. Mientras, cerca de allí, en la calle, los individuos escapaban como
podían con un aspecto de ultratumba: los cuerpos llenos completamente de
ceniza con cara de poseídos sin creerse lo que estaba pasando. Las escenas eran tan macabras que se podía pensar que aquello que aparecía
en televisión podía ser una broma, una gran producción americana, pero nada de
ficción había en las imágenes, todo era real. No tardarían en realizar
películas sobre el tema, por ejemplo “Worl Trade Center” de Oliver Stone, donde
un heroico policía encarnado por Nicolas Cage se juega la piel para salvar
vidas dentro del edificio en llamas. ) marcan al protagonista como lo pueden hacer actualmente en el recuerdo al propio espectador. La proeza debe realizarse con sumo
cuidado, por eso se deja aconsejar de su valedor, Ben Kingsley, jefe de un
circo y especialista en trapecios, el cual le aconseja que se sujete con arnés,
pero el valeroso Philippe se niega rotundamente de llevar cualquier tipo de seguridad. Ante la insistencia del bueno
de Ben, el cual hace un papel sensible ante tal locura; un tono parecido al que hizo en “Gandhi” que le valió en su día un Óscar, aunque su aparición es esporádica. De
todos modos, este protagonista cuando le encargan papeles de malo también sabe realizarlos a la
perfección como por ejemplo en “La muerte y la doncella”, película de Roman Polanski, donde ejecuta un papel
de cabrón memorable. Volviendo a nuestra película, ésta se presenta como la preparación de un golpe
perfecto. Todo debe estar medido como si de un atraco se tratara. Se estudia
minuciosamente los alrededores, se rodea de un equipo humano cercano con los
preparativos necesarios. El plan, como siempre sucede, está perfectamente
diseñado, pero en el transcurso de éste, siempre saldrán pegas que dificulten
la acción. Los cómplices piensan que es una locura, pero la obstinación del
personaje principal arrastra al
resto del equipo hacia la locura. Ejecutar el plan no resulta fácil por la complicación de los
pesados materiales que se han de pasar de un lado de la torre a la otra. La
intriga está en saber si lo conseguirá o no. Al final, el director capta unas
imágenes magistrales que mete al propio espectador en la piel de protagonista.
De tal manera que la tensión, el riego y las sensaciones de vértigo están
presentes en el momento de la proyección. La heroicidad del trapecista quedará
en la memoria como un hecho único en la historia.
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