martes, 19 de enero de 2016

La Historia de Marie Heourtín#Sensibilidad


Título original              Marie Heurtín

Año                             2014

Minutos                       95 minutos

País                             Francia

Director                      Jean- Pierre Améris

Guión                         Jean- Pierre Améris, Philippe Blasband.

Música                       Sonia Wieder-Atherton

Fotografía                  Virginie Saint-Martín

Reparto                      Isabelle Carré, Ariana Rivoire, Brigitte Catillón, Gilles Tretón,

                                  Laura Duthilleul, Sonia Laroze, Noémie Churlet, Martine Gautier,

                                 Patricia Lagrand, Stéphane Margot.


"La Historia de Marie Heurtín" de  Jean-Pierre Amerís narra la vida de Marie Heurtin una niña sordociega que con diez años nunca había aprendido a relacionarse con los humanos, sus padres no podían con la agresividad de tal fiera. Vivía en una casa en el campo poco menos que como un animal. El relato es verídico y data de finales del siglo XIX. Dada la situación extrema se le quiso ingresar en el Convento de la Sabiduría, próximo a su vivienda. Éste ya tenía tradición de enseñar a niñas sordas.









La enseñanza de la niña con deficiencias está interpretada por Isabelle Carré, lo cual supone un reto personal. Ante tal dificultad, la monja se entrega en cuerpo y alma sobre al causa. Ante sí, está la niña de diez años que se ha pasado el tiempo apartada en el campo como un animal irracional con unas costumbres ya adquiridas y un espacio delimitado. El mundo que la rodea es cerrado y solitario, pero para ella es el único que conoce y se negará a renunciar a él. El primer paso que da en las enseñanzas pasa por el control de los impulsos violentos. El segundo, supone una toma de contacto con los conocimientos de ese ser extraño. Sin embargo, la primera reacción que tiene ante un espacio y unas gentes desconocidas es la de escapar de ahí y escalar el lugar más alejado, donde no puedan pillarla. Así, el primer árbol que se planta ante ella es el que escala para su salvación. La situación es muy tensa ya que no se deja ni siquiera tocar. Peinarse, ducharse, vestirse son las primeras normas de convivencia  harto difíciles de conseguir. Su mundo animal pasaba por arrastrase por la montaña, llena ella de heridas abiertas. Acostumbrada a caminar descalza por el bosque. Costumbres éstas que deberá pulir para convivir en el convento. Viene a ser como un caballo salvaje que necesita domarse con urgencia. La monja persiste en su batalla puesto que lo realiza como un reto personal y pretende a toda costa sacarla del mundo del silencio y de la oscuridad al precio que sea. Las actividades más sencillas resultan una batalla imposible: sentarse a la mesa y agarrar los cubiertos con las manos. Los esfuerzos, pasados los meses, parecen tomar forma. La niña consigue otro aspecto con un vestido nuevo y unos pelos peinados. Ella se toca su nuevo aspecto porque siente que ya no es la misma. La película avanza con los sentidos del tacto de Marie muy desarrollados y reconocerá los cuerpos de las monjas por el tacto, las caricias vienen a ser como una exploración completa de las facciones para darle una imagen en su mundo particular. Por mucho que hayan conseguido, todavía quedarán normas de educación y comportamiento que aprender como por ejemplo el derecho a compartir un juguete o un columpio con otro compañero. La maestra monja no desistira en su intento de que aprenda un idioma y para ello utilizará su objeto más querido: una navaja pequeña que la posee desde su infancia y que la lleva desde la casa de sus padres. Por medio de ésta aprenderá la primera palabra y su función: la de cortar. Durante toda la cinta, la enseñanza no es una devoción sino una obsesión. A partir del momento en que aprende su objeto talismán, el resto de objetos serán más sencillos de reconocer: los sabores de los alimentos, el tacto, los olores, las dimensiones de las cosas. Sensaciones que la ayudan a crear el idioma de ese mundo hasta ahora desconocido. Conseguidos los retos, la monja está tan exhausta que recae en una antigua enfermedad y es trasladada al hospital. Este hecho ejerce en la sordociega un efecto de retroceso y deja de comer y su comportamiento vuelve a la situación en que se encontraba al inicio. No puede pasar sin la compañía de su tutora y valedora. Su mundo se ha desmoronado de nuevo, ha perdido el interés por aprender porque la persona que se lo ha descubierto ya no está y por ello se niega a vivir.  Finalmente, su maestra vuelve  al convento aunque se juegue su propia vida. En la última etapa le enseña lo que es la muerte y las enseñanzas religiosas: Dios el todo poderoso. Ella misma se siente con capacidad para enseñar a otras niñas con el mismo problema suyo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar en esta página