Título original Haemoo
Año 2014
Duración 111 minutos
País Corea del sur
Director Shim Sung-bo
Guión Shim Sung-bo, Bong Joog-ho
Fotografía Kyung-pyo Hong
Reparto Kim Yoon-seok, Park Yoo-chun, Ye-ri Han,
Seong-kun Mun, Sang-ho Kim, Hee-jun Lee,
Seung-mok Yoo, In-gi Jeong, Kyung-Sook Jo.
"Niebla" del director coreano Shim Sung-ho plantea la problemática de un barco pesquero poco rentable a estas alturas y que está más cerca del desguace que de salir de nuevo a altamar. El capitán, hombre abocado a las tareas del mar, ante tal situación, se ve acorralado por las circunstancias de la vida. Como todo currante que pasa una crisis laboral, ésta nunca viene sola, por eso, tiende las manos fuera del trabajo para insertarse dentro de su matrimonio, pues tanto día de ausencia, en su casa, hay otro cuerpo que ocupa su posición en la cama. El capitán rabioso y cornudo, sin posibilidades de avanzar personalmente no tiene más remedio que echarse al monte en unas tareas poco gratas.
La inmigración ilegal llega hasta las fronteras de
los países con posibilidades económicas, pero con poca predisposición de acogerlos. Esta población desesperada y desamparad que sale de sus países
porque sus vidas penden de un hilo, ya sea por guerras u otras circunstancias, son engañadas constantemente y tratadas como
pura y miserable mercancía. Este género será considerado por los países desarrollados como
una lacra. Esa consideración denigrante de objetos,tendrá una respuesta de falsa acogida por la carroña de las mafias, las cuales buscarán chupar hasta lo último que tuvieran ahorrado. Todo ello lo vemos por medio de las imágenes diarias, allí mostrarán, tanto por tierra como por mar un
rastro de muertos que los ojos del Mundo contemplarán sorbiendo una cuchara de sopa, sin alterar ni un ápice de la pestaña. La película muestra una de tantas de esas situaciones. En este caso, a falta de pesca parece sensato rentabilizar la cáscara de buque en acarrear
paquetes humanos. Las imágenes son violentas, pero no distan mucho de las que
asoman en los telediarios cada día. Por ejemplo, ahí está ese niñito que dio la vuelta al
mundo, zarandeado por las olas y posteriormente inerte entre los brazos del
policía. El mar se abre como una inmensa tumba para acoger a estos
desaparecidos en su intento de llegar al paraíso deseado. Aquellos que logren
salvar los escollos de la travesía se las tendrán que ver para un puesto de
trabajo miserable con los nativos del país. La película sigue por estos
derroteros. Sin embargo, si miramos los nombres de crédito y nos damos cuenta de que el
guionista Bong Joon-ho es el mismo de la película “Rompenieves” donde un tren
que recorre el mundo y que no puede parar mantiene la acción de la trama al máximo.
Por eso, la acción iba a cambiar de un momento a otro y las hostias pronto
entrarían en juego. Para que ocurra esto, la relación humana entre unos y otros
debe pasar a un estado próximo al animal. Así pues, la locura de su capitán, que ya venía un tanto tocado, y las condiciones
adversas ponen en movimiento el plan de acción que reviva la cinta. Los marineros
han pasado de pescadores a carniceros. La tripulación en pleno se ha vuelto
majara en consonancia con su capitán y a partir de entonces las peleas y las
muertes irán de la mano. Por medio se cruza una historia de amor. Finalmente,
aquellos marineros legales que se ganaban la vida con la pesca diaria se han
vuelto, con el trapicheo sucio de los ilegales, en asesinos a sueldo. Todo hay
que decirlo, igual la película con noventa minutos ya tenía suficiente. Decir que le sobra metraje a la obra no es nada bueno ya que cuando algo
te gusta en exceso lo que te apasiona es que no se acabara nunca. Mirar el
reloj en estos casos no es muy agradable que digamos.
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