miércoles, 17 de febrero de 2016

Los miércoles no existen







Título original   Los miércoles no existen

Año                    2015

Duración           125 minutos

País                    España

Director              Peris Romano

Guión                  Peris Romano

Música                 Ester Rodríguez  y Alberto Matesanz

Fotografía            Jon D. Domínguez

Reparto                Eduardo Noriega, Inma Cuesta, Alexandra Jiménez,

                              Gorka Otxoa, William Miller, Andrea Duro,

                              María León.







"Los miércoles no existen" del director Peris Romano ( es un especialista en películas de diálogos frescos y ágiles, ya lo vimos en su anterior cinta "8 citas" ) se estructura en forma de actos como si nos encontráramos en el teatro. Los diferentes apartados se diferencian por medio de un cartel que indica el miércoles y el año en que nos encontramos. Si lo que pretende el director es hacer de guía, a fe de que no lo consigue porque el espectador está adelante y atrás hasta perderse. El refrito de fechas arriba y abajo en el tiempo es considerable, tanto como las diferentes situaciones que se dan entre las parejas. A todo esto si le añades que las primeras secuencias de María León no está muy agraciada cantando pues le saltan unos cuantos rugidos mientras canta. No es una profesional, qué le vamos a hacer.  Igual se busca la espontaneidad y la no profesionalidad en las actuaciones de los actores. Por lo tanto, las entradas de los actos están amenizados con canciones del mismo palo que lo hacían en la película” Al otro lado de la cama”. Tanto León como Gorka no están muy acertados en esa escena que abre la película: ella loa manda a paseo y él suplica que lo acepte de nuevo. Excepto la entrada que resulta poco creíble, el resto entre las diferentes parejas sigue una dinámica bastante entretenida, porque los actores están a una gran altura de interpretación. Quizá recortadas unas cuantas ramas del árbol fílmico y con una hora y media a lo mejor hubiera quedado más acertada. De todos modos se aguanta con cierta atención.






 Las situaciones comprometidos entre las parejas que se intercambian entre sí, se suceden sin cesar: el tío que ha pasado una noche loca de borrachera y se despierta con una pava en la cama que ni conoce ni sabe si ha tenido sexo con ella, pero ahora recién despertado, tiene ganas de saber si estuvo a la altura. Se lo puede decir directamente y en el caso de insatisfacción se puede intentar ahora en un estado de fuerzas a tope. Pero ella: quita de ahí y déjame en paz que  solo pretende recoger las prendas esparcidas por el suelo, techo y todo el estudio. Y sobre todo su diadema: dónde está que con estos pelos no puedo salir a la calle. Se siente horrorosa mientras el tío se revuelca en la cama con la intención de echar un polvo, sigue con sus trece que si te ha gustado, que si te la he metido, y ella que te vayas a paseo, que de eso nada, pero si estábamos como una cuba de borrachos. Ella  atacada de los nervios: que me dejes en paz cabronazo, que lo único que deseo es salir corriendo. El tío medio en bolas que quiere ejecutar lo que no pudo ser con la turca que llevaba la noche anterior. Que me dejes cabrón, sigue ella. El tío que quiere clavar la bandera en la cima y sacar un polvo exuberante para resarcirse de la noche tonta. Pasada la trompa aquí me tienes o acaso no te gusto cabrona de mierda. Así se desarrollan las escenas picantes y siempre con el cuchillo entre los dientes. Es evidente que en las relaciones posteriores, los tíos siempre andan a la caza de la tía, pero ellas están inseguras no lo tienen nada claro, ni quieren ser un mero objeto, sin embrago ellos insisten en su obsesión animal: solo pretenden meterla entre las piernas. En una secuencia de éstas aparece Noriega con el porte de ligón siempre a ver que se echa al cuerpo. Parece salido de la película de Cesc Gay “ Una pistola en cada mano” Es una continuación del personaje. Intenta follarse a todo lo que se menea. Con su pose  de guaperas que no hay mujer que se  le resista. Ahí está la escena con Inma Cuesta, en la que se tiran pullas uno al otro para ver quien de los dos gana la batalla dialéctica. Las escenas van acompañadas del dúo de cantantes con guitarra y de escenografía muy cuidada. Reseñar la gran actuación de William Muller  un actor que en ciertos momentos me recordaba a Kevin Kline en  “ Un pez llamado Wanda”. Su actuación es portentosa. Viene a ser un artista un tanto macarra y buscavidas siempre con ganas de meterla en caliente cueste lo que cueste, muy del estilo de Banderas en "Two Much" de Fernando Trueba. Compone el papel de muy macho  de un salido integral. Un capullo  que solo piensa en follar que parece que sea lo único que le ronde por el cerebro. En definitiva, la comedia de enredo gira en torno a los emparejamientos de los personajes entre sí: ahora dejo uno y pillo a otro y así sucesivamente. Rueda sin cesar como un carrusel o un tíovivo que suben y bajan los personajes cogidos de la mano ahora de unos y luego de otros. Mientras se suceden los enredos, la comedia mantiene el tono amable hasta el final con unos diálogos interesantes. Se ve con cierto encanto, aunque al final no deje mucho poso, pero las historias entre parejas donde los tíos buscan echar un polvo a toda costa y las tías retenerlos con fines más productivos y de formar una familia estable y con críos, eso sí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar en esta página