Año 2015
Duración 95 minutos
País España
Director Lara Izaguirre
Música Joseba Brit
Fitografía Gaizka Bourgeaud
Reparto Irene Escolar, Tamar Novas, Ramón Barea,
Lier Quesada, Naiara Carmona, Mariano Estudillo,
Paula Soldevilla, Itziar Ituño, María Isabel Díaz,
Pablo Viña.
"Un otoño en Berlín" de la directora Lara
Izaguirre cuenta las peripecias que debe para un personaje de ida y vuelta a su tierra. Se ve
obligada a abandonar su casa y su pueblo porque necesita respirar aire nuevo, allí no
puede. La tierra, el pueblo, las amistades, el amor le oprimen de tal manera que se ve
necesitada de cambiar de vida. La película empieza “in medias res”, es decir la
protagonista regresa de un viaje, pero el espectador desconoce los motivos de
su vuelta ni siquiera por qué se produce un cierto rechado entre sus familiares que en
principio debían amarla. Por lo tanto, el vacío argumental del inicio se ha de
ir rellenando, en la medida de lo posible, conforme avancemos la visión de la cinta.
Todo lo que sucede ahora está supeditado a lo que aconteció en el pasado. El espectador seguirá con atención las situaciones pequeñas y entrañables que se desarrollan ante sus ojos.
Irene Escolar, personaje
principal, arrastra la atención del espectador hacia esos planos cortos de su belleza y sinceridad que dan
un toque a la película de naturalidad constante desde principio a fin. Esta actriz fue
reconocida con los últimos premios Goya (2015) a la mejor actriz revelación y
hay que reconocer que no faltan motivos para ello. El desparpajo que muestra en
cada toma llena de aire fresco durante toda la sesión. La cámara se posa en su cara y como si fuera un
imán ya no se escapa de ella en todo el tiempo. Se retiene para mostrarnos sus encantos, su luz, su desparpajo. El buen rollo que destila
en pantalla y al mismo tiempo el personaje nunca tiene la suerte de estar acompañado por su pareja que padece un
estado de reclusión existencial. Quizá la película no explique grandes cosas ni
un desarrollo de acción frenético ( si es esto lo que buscan los espectadores
mejor será que den un paso atrás o al lado), pero, a veces, en las pequeñas cosas se sacan
grandes sentimientos. Aquí la reconstrucción de un pasado tormentoso se antoja
más que necesario. La protagonista se aferra a su condición de luchadora por
reavivar la llama del amor y salir con ella fuera para cambiar de aires ( por qué no a Berlín). El
regreso a tu tierra para levantar el ánimo de alguien a quien sigues queriendo, pasados los años, no resultará nada fácil. Acaso se puede empezar de cero sin
tener en cuenta lo que pasó en el pasado. En definitiva, la película pese a que
no tenga acción mantiene atento al espectador porque los personajes se
mueven en un ambiente de senibilidad y cordialidad que impregna toda la sesión.
Ella es incansable y lucha frente a ese muro de escritor que se refugia en su cueva como un
animal temeroso de la luz. Quiere arrastralo a su terreno y llevarlo a esa idílica
ciudad de Berlín. Ese destino es un mundo ficticio, el cual se pretende sacar
de la oscuridad a su amor para llevar otro tipo de vida para disfrutar juntos
fuera de ese ambiente que los ahoga. Finalmente, cuenta cosas sencillas de sentimientos incumplidos, pero deseados. La historia se ha ido
completando o no, qué más da si lo que verdaderamnet importa es el futuro. La
soledad de la protagonista ( recuerda, en parte, el abandono de la protagonista de Loreak) se hace patente y Berlín queda muy lejos para los dos. Por qué no intentarlo en otra ocasión.
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