Año 2016
Duración 103 minutos
País Dan Trachtenberg
Guión Damien Chazelle, Josh Campbell, Matthew Stuecken
Música Bear McCreary
Fotografía Jeff Cutter
Reparto Mary Elizabeth Winstead, John Goodman,
John Gallagher Jr.
"Calle Coverfield 10" del director
Dan Trachtenberg cuenta la historia de un aparente secuestro o no, vete tú a saber. El
espectador ante tal situación es libre de pensar: otra vez un tarado que se
apropia de la libertad de una chica para pedir rescate o aprovecharse de ella.
Y se te vienen a la cabeza la película “3096 días” de Sherry Hormann o (1) “Mísery” de Rob Reiner donde dos pirados secuestran las vidas de unos individuos por un simple capricho. Hay
que reconocer que la propuesta inicial te echa para atrás, pero estas expectativas se desvanecen a los cinco minutos que tardas en entrar de
lleno en la acción. El director es capaz de crear tensión, confusión en la
trama, en definitiva que el espectador se rompa el coco para rellenar de argumentos esas dudas y los vacíos que va creando. Y cuando terminas de verla, entonces dices: bien, me ha
entretenido de principio a fin que no es poco.
El desarrollo de la película se
centra en el interior de un búnker preparado de provisiones para varios años. La historia transcurre mediante una dialéctica de tensión entre tres personajes encerrados porque fuera, según explica el secuestrador, no ha
quedado nada en pie y una especie de guerra de las galaxias se ha desarrollado
y salir al exterior es un peligro de contaminación química. Nada de lo que ha pasado anteriormente en la vida de los personajes nos importa lo más mínimo, porque la realidad actual es lo que cuenta. Sobrevivir a unas circunstancias extremas: ya sean dentro con un loco asesino o fuera con unos agentes desconocidos. La duda que nos
mantiene atentos es la de saber si lo que cuenta el personaje que encarna John Goodman ( interpretación magistral alejada de la comedia como en los casos de (2)"El gran Lebosky" u otros) se sostiene. Su teoría del caos mundial está en entredicho por los prisioneros, al mismo tiempo que sirve para crear el desconcierto y la atención en el espectador. No sabemos las intenciones reales: si ,por una parte, es cierto que la ha rescatado de un accidente ocasional o bien, por otra parte, lo tenía todo estudiado para encerrarlos allí. Las intenciones verdaderas son el rompecabezas que debe ordenar el espectador: desea mantener la especie con la chica o liquidarla en cuanto pueda y desecharla en cualquier lugar. Ese papel de psicópata, asesino y buena persona se mezclan para crear confusión. Una Mary Elizabeth Wistead( la veíamos en una buena interpretación en el papel de Kate en (3)"Tocando fondo" de James Ponsoldt donde interpretaba a una mujer que se dejaba llevar por una vida acompañada de trifulcas de pareja por estar enganchada al alcohol) en el papel de Michelle se obsesiona por salir fuera para ver qué pasa fuera si es verdad o mentira las afirmaciones de su secuestrador. Las
relaciones entre los encerrados son cordiales: juegos de preguntas de trivial, películas grabadas, puzzles, nada de móvil, nada de vida exterior. Es una vuelta a la tuerca de las
costumbres de antaño. Sin embargo, la situación pronto cambiará y se tensará hasta llegar a una actitud insostenible. En definitiva, el espectador se mueve en esa doble vertiente de
creerse la catástrofe química y la invasión de extraterrestres o por el
contrario sospecha que todo es un montaje de un asesino a en serie. La pregunta obligada será qué es mejor
aguantar a un asesino encerrada que de un momento a otro te liquide o enfrentarse a un enemigo de incógnito del exterior.
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