Título original Silence
Año 2016
Duración 159 minutos
País Estados Unidos
Director Martín Scorsese
Guión Martín Scorsese ( Shusaku Endo)
Música Kim Allen, Kathryn Kluge
Fotografía Rodrigo Prieto
Reparto Andrew Garfield, Adam Driver, Liam
Neeson, Ciarán Hinds, Issei Ogata,
Tadanobu Asano, Shin'ya Tsukamoto,
Ryo Kase, Nana Komatsu.
"Silencio" de Martín Scorsese muestra el trato inhumano que se produce a los cristianos en Japón allá por el siglo XVII.
Con unas imágenes poderosas que levantarán los pelos de punta a más de uno, pero se queda corto si lo comparamos con su inmensa filmografía: deslumbrantes obras desde "Taxi Driver", con un De Niro taxista que se vuelve majara y quiere exterminar a toda la escoria que pulula por la ciudad; pasando por "Uno de los nuestros" con unas de las imágenes más violentas donde un aprendiz, Ray Liotta, de ganster va aprendiendo de las salvajadas de Joe Pesci que no le tiembla el pulso si tiene que disparar a los pies de un triste camarero para que baile y divertirse como un chalado o le clava un puñal en el cuello a un tipo que le cae mal,luego con una pala en mano, antes un buen desayuno, se entierra y ya está, con "Casino" donde otra vez de Niro mantiene a su casino como tapadera de las mafias hasta llegar ( y en el camino me dejo muchas igual de buenas) a "El lobo de Wall Street" donde Di Caprio es un lobo de las finanzas y vende a saco el humo bursátil y en todas te quedas pegado a la butaca durante todo el metraje. En esta ocasión no resulta igual, tal vez por el tema de los religiosos en su profundidad y obcecación por aguantar la disciplina cristiana, quizá se haga cansino. Si, estamos de acuerdo en unas imágenes poderosas, pero le falta chicha, no parece de Scorsese. Quizá le falte ritmo. Lo cierto es que tanto él como Eastwood con "Sally" han quedado fuera de concurso de los Óscar que en principio son los dos perdedores porque no están nominados, al menos con los galardones de prestigio. Tampoco es que la Academia ,a veces, tenga un ojo certero, pero en este caso parece que el descarte es más que justificado y solo con el renombre del director no ha sido suficiente para entrar en la pugna de los míticos premios. Mientras vemos el inicio nos puede venir a la cabeza "La misión" de Roland Joffé, donde los padres mantenían una lucha feroz con otras creencias, pero se queda en visión porque nunca llega lo esperado.
La película habla de fe profunda de al manera que se renuncia al hombre para irse con Dios, porque se supone que allí será el paraíso, entonces por qué temer una muerte ni las ejecuciones si vamos hacia la luz. Ese es el planteamiento teórico religioso.
La historia cuenta las
dificultades que están sometidos los jesuitas en conquistar esa tierra japonesa al
catolicismo. Por tanto, dos padres marchan desde Portugal a las islas de Japón para recuperar
un sacerdote ( Liam Neeson) que han perdido su pista y se teme que haya abandonado el
catolicismo. Ahí empieza el periplo de los padres poco menos que en la
clandestinidad porque saben como se las gastan los japoneses con los
cristianos y lo más probable es que si los pillan la palmarán. Por lo tanto, escondidos como ratas no pueden encontrar a su compañero ni cambiar el concepto religioso de la zona. Puesto que todo aquel que no reniegue de la fe cristiana se verá condenado a
las torturas más viles y como no a la muerte sin remedio. Por ejemplo, vemos
como la marea se engulle a tres cristianos que se niegan a renunciar de su
religión colgados de la cruz o las decapitaciones bestiales por no obedecer la
consigna religiosa establecida por los japonesa: pisar y rechazar la imagen del Cristo que descansa en una madera a sus pies. Ésta será la
consigna para ganarse la vida y despegarse de una ejecución segura. En definitiva, una cinta que se ve bien de un
tirón, pero un pelin larga. En fin, el problema es que esperas tanto que te
deja con sabor de boca a poco.
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