Título original I Am Not Madame Bovary
Año 2016
País China
Director Feng Xiaogang
Guión Liu Zhenyun ( novela Liu Zhenyun)
Música Wei Du
Fotografía Luo Pan
Reparto Fan Bingbing, Dong Chengpeng,
Fan Wei, Guo Tao, Li Zonghan,
Zhang Yi, Liu Hua, Zhang Jiayi
Yu Hewei, Zhao Lixin
La cinta tarda en arrancar, pero una vez metido en el engranaje de la trama ya no te deja salir. Chocan dos aspectos de entrada: el formato circular
( parece un ojo gigante que lo otea todo en el horizonte con unos encuadres casi perfectos) que se va modificando conforme avanza la acción; y el título de "No soy Madame Bovary" ( del director Feng Xiaogang, película ganadora de la Concha de Oro en el festival de San Sebastián 2016, además del premio de mejor actriz para
Fang Bingbing) en alusiones a la novela de Flaubert y de su personaje principal.
Aluden al tema de adulterio de la tradición china en la mujer llamada Pan Jin Liam ( así llaman a la protagonista para insultarla) de una novela China del siglo XVI donde el adulterio acaba en crimen, pero se ha considerado realizar la traducción más cercana a una tradición europea.
La historia arranca con una
demanda de un juicio por una separación falsa, pues se pretendía conseguir con
ello unos bienes, pero luego se ha hecho realidad. La mujer campesina protesta
porque todo es una artimaña de su marido y reclama que se haga justicia, para
ello recurre a la acción directa: ella misma se presenta delante del presidente
del tribunal de jueces para comentar las injusticias producidas en su persona.
Su insistencia no acaba aquí, pues pierde el juicio, pero no las ganas de protestar: si los jueces no le hacen caso pasará la protesta
al alcalde, gobernador y así sucesivamente hasta llegar a lo más alto del poder. Los hechos pasan con el apoyo de una voz en off que cuenta lo que sucede. La protesta continuada de la mujer supone un contratiempo a los
políticos que no saben cómo quitársela de encima. La mujer recurre al marido
para saber si la ha engañado porque su verdadera intención era dejarla por
otra. Él le sale con el comentario machista de que cuando se casaron ella ya había
tenido relaciones sexuales con otros hombres. Ése es su argumento. Se han
acabado las súplicas y la mujer considera que ha de pasar a la acción, si fuera
preciso venderá su cuerpo a un amigo ( un carnicero sin complejos que hará lo que le pida con tal de
beneficiarse sexualmente), pero la condición será la de cargarse a todos los
incompetentes que le están dando la espalda: el juez, el alcalde, su marido.
Como es imposible su locura lleva su caso a la asamblea popular de la ciudad.
La obsesión por demandar su injusticia y el eco popular obtenido hace que los
políticos , ante la posibilidad de perder el sillón de mando, se acerquen a ella
para obtener la ayuda de las bases populares. La sátira de la cinta gira en torno a los trapicheos que mantiene la justicia para aguantar pegado en el sillón de mando a toda costa.En definitiva, el círculo en que nos mantiene pendientes el director ha hecho mella en la protagonista que acaba con una trama en círculo, como su propio formato, para llegar al inicio y la conclusión de por qué pasó todo.
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