Año 2016
Duración 140 minutos
País Estados Unidos
Director James Grey
Guión James Grey ( L. David Grann)
Música Chistopher Spelman
Fotografía Darius Khondji
Reparto Charlie Hunnam, Sienna Miller,
Tom Holland, Robert Pattinson,
Angus Macfadyen, Bobby
Smalldridge, Edward Ashley,
Tom Mulheron, Aleksander
Jovanovic, Siennah Buck,
Stacy Shane, Bethan Coomber
"Z. La ciudad perdida" de James Grey ( el director abandona los dramas mafiosas de drogas como en
"La otra cara del crimen" o "La noche es nuestra". Deja de lado también a Joaquin Proenix que siempre acompañaba con oficio sus personajes parece ser que en este caso no lo veía como expedicionario en medio de la selva) rememora de nuevo la visión de los descubridores ( en este caso el protagonista es
Charlie Hunnam aquel actor que se mete en la piel del robot en "Pacific Rim" de Guillermo del Toro,
con sus ansias de llegar a sus metas como una especie de arrebato o locura por encontrar el tesoro o en este caso la ciudad de la antigüedad. Ahí están como recuerdo "Fitzcarraldo" del alemán Werner Herzog donde un extravagante Klaus Kinski pretende desde montar una ópera en plena selva hasta cruzar una montaña con un transatlántico o en "Aguirre, la cólera de Dios" donde el mismo actor, loco de remate ( lo interpreta o es así en la realidad) ,quiere llegar a el Dorado y ver el rey que se baña en oro como cuentan las cartas de los conquistadores. Carlos Saura lo intentó con "El Dorado", pero no le salió muy acertado.
Los mitos de las historias de América aparecen de nuevo en nuestro personaje y esa obsesión enfermiza por conseguir un ideal. La historia está marcada por las aventuras, las idas y venidas por conseguir esa ciudad imaginaria. Seres capaces de dar la vida por esa ilusión. En fin, la cinta gira dentro de la obsesión por encontrar la ciudad perdida. La tozudez recuerda a
"Kon-Tiki " de Joachim Rooning y Espen Sanberg donde el explorador Thor Heyerdahl pretende demostrar que se puede cruzar el Pacífico con una balsa de troncos, 8000 Km de travesía épica, como lo hicieron en tiempos remotos ( antes de que llegara Colón) los propios indígenas de Sudamérica.
"La otra cara del crimen" o "La noche es nuestra". Deja de lado también a Joaquin Proenix que siempre acompañaba con oficio sus personajes parece ser que en este caso no lo veía como expedicionario en medio de la selva) rememora de nuevo la visión de los descubridores ( en este caso el protagonista es
Charlie Hunnam aquel actor que se mete en la piel del robot en "Pacific Rim" de Guillermo del Toro,
con sus ansias de llegar a sus metas como una especie de arrebato o locura por encontrar el tesoro o en este caso la ciudad de la antigüedad. Ahí están como recuerdo "Fitzcarraldo" del alemán Werner Herzog donde un extravagante Klaus Kinski pretende desde montar una ópera en plena selva hasta cruzar una montaña con un transatlántico o en "Aguirre, la cólera de Dios" donde el mismo actor, loco de remate ( lo interpreta o es así en la realidad) ,quiere llegar a el Dorado y ver el rey que se baña en oro como cuentan las cartas de los conquistadores. Carlos Saura lo intentó con "El Dorado", pero no le salió muy acertado.
Los mitos de las historias de América aparecen de nuevo en nuestro personaje y esa obsesión enfermiza por conseguir un ideal. La historia está marcada por las aventuras, las idas y venidas por conseguir esa ciudad imaginaria. Seres capaces de dar la vida por esa ilusión. En fin, la cinta gira dentro de la obsesión por encontrar la ciudad perdida. La tozudez recuerda a
"Kon-Tiki " de Joachim Rooning y Espen Sanberg donde el explorador Thor Heyerdahl pretende demostrar que se puede cruzar el Pacífico con una balsa de troncos, 8000 Km de travesía épica, como lo hicieron en tiempos remotos ( antes de que llegara Colón) los propios indígenas de Sudamérica.
"Z. La ciudad perdida" cuenta la
expedición de un militar inglés, hacía primeros del siglo pasado, por la zona
selvática del Amazonas. Pese a las informaciones de que cese su misión, el protagonista no
desistirá en su empeño de acotar cartográficamente una zona virgen. Atacado por esos momentos de debilidad por el remordimiento de dejar abandonada en un lugar cómodo a su familia.
Él no desiste en su empeño de continuar en su obsesión hasta la muerte si hiciera falta.¿Acaso tiene sentido la vida si no se obtienen las metas que uno se ha impuesto en la vida? La intención es la misma que la de los
descubridores. Llegar donde nadie ha llegado para descubrir tesoros o ciudades perdidas.
En el camino batallas con los indígenas, hambre y peleas entre ellos. Por lo
tanto, el tema central no es otro que el mismo de los descubridores de siglos
anteriores: descubrir el camino de un mundo nuevo, la ciudad milenaria perdida en la selva. Pese a que la
aristocracia no quiere creerse que los nativos que van con arcos y flechas
puedan realizar una civilización avanzada. Así las cosas, de vuelta, el
explorados intentará ( ahora ya no tanto en las cartografía) descubrir aquellos
restos de ciudad ( que en su día encontró, pero que nadie le cree) perdida en la
selva, aunque para ello se deje la vida en el intento. En fin, el destino del hombre intrépido
está en alcanzar la fama y la gloria por los medios que fueren y en este caso
hay una aventura que no se quiere dejar escapar. Hay disputa de roles porque su mujer lo quiere acompañar en la siguiente aventura, pero considera que su puesto está con los niños. Éstos recriminan la falta paternal en
cada expedición, pues son años que pasan en ausencia de su padre y por si fuera poco,
llega la Primera Guerra Mundial, con otra ausencia a la vista. En definitiva, la historia se hace amena entre aventura por la selva y vuelta a casa con la guerra Mundial por medio.
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