miércoles, 14 de agosto de 2019

Hedi, un viento de libertad





Título original Inhebek Hedi

Año                2016

Duración        88 minutos

País               Túnez

Dirección        Mohamed Ben Attia

Guión             Mohamed Ben Attia

Música           Omar Aloulou

Fotografía      Fréderic Noirhomme

reparto           Majd Mastoura, Ryan Ben Messaoud,

                      Sabah Bouzouita, Hakim Boumessoudi

                      Omnia Ben Ghali

El tema de "Hedi, un viento de libertad" de Mohamed Ben Attia no es nada nuevo ( no hace mucho veíamos la cinta "La gran enfermedad del amor" de Michael Showalter con un tema muy parecido: la convención de un matrimonio en el seno de una familia musulmana. Otra vuelta a la tuerca de los matrimonios amañados por los padres. Es como una red donde cae la presa, prisionera de una relación que no desea, todo por intereses personales y amaños raros ya sean económicos o de otro tipo. En este caso Hidi, interpretado por



Majd Mastoura ( premio al mejor actor en el festival de Berlín de 2016, además de ser mejor ópera prima), es un chico que trabaja en un concesionario de coches y le organizan el matrimonio sin que él tenga ocasión de negarse a ese enlace, pues debe seguir las consignas de sus padres. Sin embargo, de una mentira surge una relación amorosa que dará al traste con su futuro enlace. Los silencios del protagonistas marcan esas dudas personales sobre su boda y su futuro, ahora que ha encontrado esa chica que le satisface y se encuentra a gusto, no entiende el sentido a su matrimonio de intereses. 

Ese ritual cultural de la boda preparada sin consentimiento es el que le hace dudar de su propio ser. Con todo, se acerca la hora y tendrá que decidir.







El personaje ante tal imposición de matrimonio no dispone de voz, ni de opinión, ni sentido de la realidad para decidir sobre su futuro y se ve abocado a una relación de pareja elegida por su madre. Los matrimonios son arreglos entre familias, y de ese circulo no se puede salir. Hidi es sincero, meticuloso, no se mete con nadie y va a su bola, hasta que se le cruza en su camino una mujer diferente a la que ya tiene encomendada como prometida. Alguien que le hace disfrutar y pasárselo muy bien. Mientras realiza su trabajo que consiste en visitar empresas para que cambien la flota de coches, pero con la crisis lo tiene muy crudo. La historia sigue esa relación amorosa que es sencilla, sin profundidad, pero tierna. Ahora, con la nueva relación, empiezan los problemas: cómo afrontar ese matrimonio que se debe anular y cómo se lo dirá a su prometida."¿Qué quieres hacer con tu vida?" Esa es la pregunta que le plantea, porque no entiende que lo quiera tanto y ni siquiera pueden permitirse un abrazo o un contacto antes de la boda. Esa cultura que ya ha establecida lugar y fecha donde se celebrará el matrimonio, pero no se han parado a pensar si realmente el interesado quiere esa unión. Por tanto, el problema radica en armar un matrimonio familiar sin el consentimiento del novio, el cual quiere ver un detalle de cariño que llegue más allá de las palabras antes de emprender un compromiso de por vida. A todo esto, la boda se acerca y él no sabe como decir que se quiere largar, que eso no va con él. En definitiva, su felicidad se encuentra en otra parte.

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