viernes, 14 de junio de 2024

Civil War

 


"Civil War" de Alex Garland ( director y guionista de sus películas como sucedía en la diferente "Men" donde se dan situaciones de cierta complejidad  ) planta una hipotética guerra civil dentro de los Estados Unidos y la ambienta con una atmósfera creíble. Ya desde el inicio, un dubitativo presidente confiesa en su discurso errático y pausado que está agobiado por la situación límite de guerra civil que sufre su país. Sin embargo, todavía le queda ánimo de comentar que está cerca de ganar la batalla a los sublevados, cuando la realidad es muy diferente, pues el caos está implantado en las calles. 



Un grupo de reporteros intrépidos, interpretado por Kristen Dunst, Wagner Moura, Cailee Spaeny y Stephen Hendersontal, se meterán de lleno en el meollo para cerciorarse de primera mano de lo que pasa en la población. 



Siempre dispuestos a recibir algún palo de parte de quien sea, manifestantes o policías. Por tanto, vemos que la tranquilidad y la pacificación está muy lejos del discurso inicial de presidencia. Suena la música acelerada al ritmo de las porras de los policías hasta que las hacen callar un artefacto explosivo que hace que todos salten por los aires. La música deja paso al silencio y éste a un reguero de sangre y cuerpos descuartizados en el asfalto. Esos cuerpos desparramados en la vía pública nos trasladan a conflictos actuales, la guerra en Ucrania o la destrucción del pueblo palestino. La desolación de esas vidas que minutos antes tenían proyección de futuro, familias y deseos que cumplir. Los periodistas al mando de una cámara pasean ante tanta destrucción de seres humanos en silencio en un duelo improvisado por víctimas que nada tenían que ver con la violencia y el destino o su mala suerte les llevó a un lugar fatídico. 



Silencio sepulcral y las fotografías como único testimonio de la masacre de la deshumanización del ser humano. Así, a cada paso que dan, vemos la muerte en sus rostros porque la llevan encima y de un momento a otro caerá de su lado. La historia y sus imágenes rezuman veracidad y credibilidad. Así, los reporteros viajarán una gran distancia con la intención de entrevistar al presidente en su última agonía. Antes, por eso, se darán de bruces en medio de la guerra donde los muertos se amontonarán a su alrededor y también les rondará a ellos mismos. En fin, es una película que acerca las calamidades de una guerra a un territorio, Estados Unidos, que siempre promueve los altercados en zonas alejadas de sus tierras. Eso implica acercar el horror y la muerte donde se cree que nunca podrá llegar. 

 Título original Civil War

Año                  2024

Duración          109 minutos

País                  Estados Unidos

Dirección          Alex Garland

Guion               Alex Garland

Música             Geoff Barrow, Ben Salisbury

Fotografía        Rob Hardy

Reparto            Kirsten Dunst, Wagner Moura,

                         Cailee Spaeny, Jesse Plemins,

                          Jonica T. Gibbs, Nelson Lee,

                           Karl Glusman, Jefferson White,

                           Stephen Henderson.





Los reporteros salen de sus coches para enfrentarse a la realidad de esa guerra que ha explotado por las ciudades. Las imágenes están cargadas de veracidad, te las crees como si la bomba cayera directamente en tu propia cara. La Guerra Civil es inminente y las escaramuzas se suceden. En cambio, en la Casa Blanca, el presidente, sin dar una entrevista en un año, se esconde dentro de su cascarón como un caracol. Los reporteros se proponen abordar al presidente para que rinda cuentas al país delante de ellos. La reportera lleva en su memoria las imágenes que ha fotografiado: tiros en la cabeza, soldados sangrantes, restos de cuerpos por la explosión de una bomba, hombres atados, rociados de gasolina y quemados vivos . Y a cada momento le asaltan en su vida. Es una marca que lleva a cuestas. Una herida dolorosa que se refleja constantemente para recordarle su lugar en la Tierra, la cercanía de la muerte. Pesadillas imposibles de separarse de su mente. La guerra y la violencia que está en su objetivo de la cámara traspasa su propia retina y se incrusta en su cerebro. Ahora toca dar un rodeo para visitar al presidente. En ese camino, la visión es poco menos que apocalíptica; autopistas vacías y coches destartalados por medio, un caos de chatarra que invade el asfalto. Se han de enfrentar a bandas armadas que controlan las gasolineras. Siguen el viaja y detrás del coche todoterreno llevan a  un reportero anciano y una joven que acaba de aterrizar en el oficio. Esta última, muy novata en el oficio, se ablanda y descompone ante la barbarie de los rebeldes que torturan a personas ante sus ojos. La noche atenaza al sueño porque en la oscuridad del cielo hay destellos de bombas y sonidos de ráfaga de ametralladora que disparan sin cesar en busca del objetivo humano. Y el sueño, por mucho cansancio que se tenga, es incapaz de aparecer. Los muertos, la sangre, la barbarie se sucede con el ruido de guerra. Amanece, se adentran en la batalla, a dos metros, un soldado recién caído que sangra como un cerdo recién degollado. La cámara descarga y plasma las imágenes de un tipo agonizando en un surtidor de su propia sangre que nadie es capaz de parar. El miedo se apodera de la reportera joven, la muerte acecha se encuentra al lado y ella está en la lista de ser la próxima. Suspira, gime de terror, la muerte se posa encima. La única caridad que vemos es la de remachar a un malherido que grita de dolor. Grabar el sadismo de la guerra y sus ejecuciones es lo único que quedará. Así, en ese camino de la muerte, se las verán con asesinos sin escrúpulos que dispararán contra aquello que les parece contrario a sus pensamientos. Se cruzan con la muerte con tanta asiduidad que al final encontrará cobijo en alguno de ellos. Todo ello para captar con el objetivo la propia imagen de la muerte delante de tus narices de aquellos anónimos desconocidos y de aquellos que te han salvado, esta vez, la vida. En definitiva, las malditas guerras, el efecto destructivo de las personas en el propio Planeta. El humano es el principal peligro de su propia destrucción.

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