miércoles, 19 de junio de 2024

Secaderos


 

"Secaderos" de Rocío Mesa sigue el filón temático de la última tendencia de explorar los pueblos profundos y deshabitados de España. El campo y sus tareas es el hilo conductor de todas ellas. Como ocurría en "Alcarrás" de Carla Simón, que tenían la fruta como elemento de subsistencia; "El agua" de Elena López Riera que aparecía un atisbo de realismo mágico ; "Suro" de Mikel Gurrea, cortaban con hachas la piel del alcornoque para extraer de allí el corcho; "As bestas" de Rodrigo Sorogoyen, se las arreglaban con verduras y solucionaban una desvencijada casa para alquilarla en el futuro como casa rural, además del enfrentamiento violento con los vecinos;  o la reciente ganadora del festival de San Sebastián "O corno" de Jaione Camborda, donde el medio de ganarse la vida está en el marisco que da la Rías Bajas. Aquí, la directora saca buen rendimiento del paisaje y mantiene la cámara fija mientras pasan los personajes por delante. El medio de vida o recurso económico  se obtiene del cultivo del tabaco. Se ve como cortan la mata con una máquina de segar y la suben al tractor para ponerla a secar en una especie de casa/almacén que parece desvencijada, pero el motivo de los fallos en la madera es para que entre el aire y se seque mejor. De ahí el título que es el lugar donde cuelgan las hojas para que el aire y el sol hagan el resto de trabajo. De una banda, en ese lugar se retiran jóvenes ( la protagonista 




Ada mar que ayuda a sus padre en la recolecta del la planta de tabaco) a contarse sus cosas o a darse un lote de sexo. La cámara, por otra banda, sigue a una niña recién llegada de la ciudad en época de vacaciones. Al mismo tiempo, las imágenes donde muestra las comidas típicas como el gazpacho y su preparación.Todo ello, está impregnado con el acento típico de la Vega de Granada. Como por ejemplo, en la sustitución de /l/ por /r/, en vue(r)ta en lugar de vuelta, a(r)go en lugar de algo; la síncopa o caída de consonante dental /d/ intervocálica como en "trai(d)o", "pensa(d)o", "traga(d)o"; la típica pérdida tanto de la /s/ como la /r/ en final de palabra como en "autobú(s)", "aligeramo(s)" "entonce(s)", "favo(r)", "poné(r)"; incluso la /l/ en "Migue(l)".




 En medio de esa acción rural vaga un monstruo cargado de hojas de tabaco simbolizando el tiempo, la felicidad, vete tú a saber qué, pues está presente delante del personal. Esa especie de loro gigante vaga por el campo  como un símbolo de realismo mágico. 




Los niños, con mucho recorrido de tiempo por delante, son capaces de verlo, en cambio, los ancianos no, a no ser que vengan mal dadas y sea como un ángel de la guardia. En principio, parece un "pegote", pero posteriormente se acepta bien. En fin, se muestra esas tradiciones rurales diferentes a las urbanas.

Título original.   Secadero

Año                   2022

País                  España

Duración           95 minutos

Dirección          Rocio Mesa

Guion               Rocio Mesa

Música             Paloma Peñarrubia

Fotografía        Alana Mejía González

Reparto          Vera Centenera, Ada Mar,

                       Tamara Arias, Cristina Eugenia,

                        José Sáez Conejero.





La película, por una parte,  relata la historia de la adolescente que puede tener las mismas aficiones que una persona de su edad de la ciudad, pero el campo la hace más ruda. Sin embargo, sus aficiones son las mismos: salir con un chico, las farras nocturnas con música disco y las reuniones en el secadero con el resto de colegas, para hablar de sus proyectos de futuro. Varía el medio en que se producen las reuniones, ya no es en un bar sino en pleno campo. Las conversaciones en la noche de esos novios adolescentes que no tienen nada claro su futuro: él, "nos casamos y vivimos juntos siempre"; ella, "no quiero, prefiero marcharme, vivir fuera, salir del pueblo"; él, "podemos ir juntos". Aparecen, por ejemplo, costumbres como matar un conejo propio, alimentado en su casa y luego con la mano plana darle un golpe seco en la cabeza o ese ritual de la joven que luego apartará la carne del plato con un sentimiento de pena o de asco por el animal criado en casa y posteriormente en el plato; el sacrificio de unos perros cachorros en un río, porque no se puede alimentar a tanto animal improductivo. Se suceden imágenes con la cámara fija mientras pasa una manada de ganado y no sé por qué motivo me recuerda a las primeras imágenes del cine de la primera película rodada: la salida de la fábrica de los hermanos Lumière. El pueblo supone una cárcel para la protagonista que ni siquiera ha salido a la Sierra Nevada, al fondo, a pisar la nieve que le gustaría mucho. Deja de lado a la adolescente y se detiene en la niña que llega de la ciudad que recorre ese campo y el contacto con sus familiares hace que conozcamos la forma de ser de esas personas del campo. En ese ámbito típico rural resaltan las acciones de mirar fotos antiguas y recordar el tiempo pasado con nostalgia o la persistencia de rituales como asistir a misa con asiduidad. Las dos historias van paralelas: la adolescente buscando farras y probando alucinógenos como el "tripi" y la niña que acompaña a ese monstruo del tabaco que se opone a que las máquinas derrumben el secadero de su abuelo  recién vendido. En definitiva, una película que muestra el mundo rural con ese punto de realismo mágico que no gustará a todo el mundo.

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