"Club Zero" de Jessica Hausner ( Club de protesta agrícola) de la directora de "Amour Fou" con el tema del suicidio por medio en este caso sigue con un drama entre familias. Aquí, aborda, desde un plano social acomodado, la obsesión de una profesora de dietética por inculcar el ayuno a sus estudiantes. Estos, uniformados con rigor por encontrarse en un colegio privado, son alumnos de condición social alta, se van decantando lentamente a las propuestas de su docente. Detrás de los jóvenes pijos se esconden sus padres que consumen su tiempo tirados "a la bartola" en tumbonas en sus lujosas mansiones.
Es un padre de estos chicos el que ha propuesto al colegio una profesora dietética para que les imparta una clase. La puesta en escena del decorado es chillón con unos coloridos vivos, azules, amarillos, naranjas, que sobresalen en cada plano. Las clases siguen desde un punto de vista de economía del alimento con el fin de dejar en descanso el estómago. Por lo tanto, la profesora promueve a sus alumnos a consumir menos alimentos puesto que no los necesitan.
Así, la culpa de la hambruna de una parte del mundo es de la familias que despilfarran sin cesar. Este concepto radicalizado hasta un extremo de ayuno máximo, lleva a unos alumnos a concienciarse de no comer y entrar en un estado de anorexia. Las clases se han convertido en un experimento vicioso como ocurría en aquella fantástica película "La ola" de Dennis Gansel donde un profesor realiza un experimento de régimen totalitario con sus alumnos que se le va de la mano. En este caso sucede algo parecido.
En definitiva, la profesora busca una alimentación sana mediante el ayuno, pero los extremos de este método pueden causar enfermedades neurodegenerativas. También hay momentos en que hace la aparición el aburrimiento, pero aguantas para saber cómo resuelve el embrollo.
Título original Club Zero
Año 2023
Duración 110 minutos
País Austria
Dirección Jessica Hausner
Guion Geraldine Bajard, Jessica Hausner
Música Markus Binder
Fotografía Martín Gschlachl
Reparto Mia Wasikowska, Elsa Zylberstein,
Mathieu Demy, Amir El-Masi,
Sidse Babett Knudsen,
Isabel Lamers, Amanda Lawrence,
Camilla Rutherford, Sam Hoare.
La directora pretende mostrar a los padres el despilfarro de la sociedad burguesa. Para ello, se sirve de la excusa de una clase de dietética y alimentación en un instituto, pero detrás de todo se esconde la idea de ver cómo viven esas familias adineradas y su derroche innecesario. Sus mansiones llenas de opulencia y el desmadre de su economía familiar se muestra con descaro. Ellos no están aquí para preocuparse del hambre del Tercer Mundo, ¡ ni de coña! Las clases de alimentación, que cuentan con el beneplácito de la directora, continúan y según la profesora dejar de comer aumenta los beneficios del cuerpo, porque se arrastran las reservas sobrantes, como barridos por una escoba. Así, se van fuera del cuerpo las acumulaciones de grasas o alimentos innecesarios. Promueve, por tanto, la autofagia que es un proceso regenerativo que se produce durante el ayuno. Con ello, se produce una remodelación de las células de envejecimiento. La teoría básica es la de comer menos para alargar la vida, pero esa forma de comer llega a la nada y entonces el peligro de desnutrición causará riesgos mayores. Los alumnos se cuestionan cada vez más la comida basura que ingieren, de trozos pequeños de comida del plato, en el comedor del colegio, cortan pedazos casi diminutos que se meten en la boca, y lo van a reducir a una comida diaria. Los siete alumnos de la clase dietética, por el número ínfimo de alumnos de la clase, ya se ve del tipo de centro en que nos encontramos, acaban formando una especie de clan. Se terminan convirtiendo poco menos que sectarios. Ahora bien, cómo ocultar a los padres en su casa ese ayuno obligado de la profesora, si es que, en algún caso, el alumno rebelde quiere obtener buena nota y con ello la beca deseada. Hay un chico discordante con el resto del grupo que viene de familia humilde, pero acabará pasando por el tubo. Por el camino que llevan los adolescentes, no es de extrañar que alguno se descarrile por el precipicio. Por eso y por la presión de los padres, la señorita Novac, la profesora, acaba en la calle, pero el marrón de la anorexia del grupo se lo van a comer los padres. Finalmente, es la lucha por ingerir la menor cantidad de alimentos para vivir de igual manera y contribuir a una sensación más saludable junto a una ayuda a la limpieza del planeta. Ellos se sienten la punta del iceberg del ayuno indefinido y ya nada los parará.
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