jueves, 11 de febrero de 2016

Masaan





Título original      Masaan

Año                      2015

Duración             103 minutos

País                     India

Director               Neeraj Ghaywan

Guión                  Neeraj Ghaywan, Varun Grover

Música               Bruno Coulais, Indian Ocean

Fotografía          Avinash Arun Dhaware

Reparto             Richa Chadda, Sanjay Mishra, Vicky Kaushal,

                          Shweta Tripathi, Bhupesh Singh, Bhagwan Tiwari,

                          Nikhil Sahni, Pankaj Tripathy.


“Masaan” del director  Neeraj Ghaywan muestra aspectos de la cultura india a orillas del Ganges. La historia recorre las vidas de dos parejas de enamorados que corren paralelas por diferentes  aspectos del ámbito cotidiano de la India. El director muestra un trato amable, pese a la primera sensación del inicio, con las imágenes para hacer cómplice al espectador de lo que sucede. La película toca de pasada temas que se podrían haber desgajado en profundidad. Así, por ejemplo, en un inicio parece que veremos una progresión temática dura y reivindicativa de denuncia de unos comportamientos culturales anclados en el pasado. Pero nada de eso ocurre porque la trama se va diluyendo como un azucarillo en una taza de café. Al final, el espectador puede pensar y esto era todo lo que me tenía que explicar, pues vale. Sabemos de películas en las que su visión se puede revisar durante infinidad de veces porque siempre habrá un matiz, un pequeño detalle que se nos ha escapado a nuestros ojos y que cambiará el concepto de ésta. Incluso diría más, que los clásicos lo son, tanto libros como películas, por la capacidad infinita de interpretación: dependiendo de la persona, del tiempo, del lugar, del estado anímico. Por lo tanto la visión de esa película se irá modificando a medida que la veamos en sucesivas ocasiones. Diría más, cuántas películas se pasan por nuestra perola hirviendo durante unos días y venga darle vueltas a las imágenes en la testa para encontrar una interpretación. En este caso, nada de eso sucede: se mira con un cierto interés y se olvida una vez pasadas las letras de crédito. Bien, al menos se llega hasta el final de la proyección.
Las dos historias paralelas se desarrollan a un ritmo pausado y un tanto lento, a ratos llega a ser cansino. Pretende mostrar unos aspectos de la cultura, incluso en algunos momentos  nos puede pareces que realiza una historia un tanto maniquea: muestra lo que te puede suceder en el caso que actúes del lado contrario a las normas de la cultura. Por eso si inflinges los acuerdos básicos de la comunidad, las consecuencias repercutirán en el devenir de tu vida. Así,  en el caso de que una chica mantenga una relación sexual en la clandestinidad, extramatrimonial, aspecto que se tiene como un desprestigio tanto para la chica como para la familia, la ley actuará con contundencia. Por otra parte, la otra historia enseña las pautas legales  normales de la otra relación:  pausada y  de tanteo de la condición social de la pareja sin esta premisa no se puede avanzar. La relación se debe concretar antes de pasar a mayores, por eso la insistencia de la situación social, porque la tía no va a llevar a su casa y presentar a su familia a un pelagatos de poca monta. La relación se construirá a partir de estas condiciones.  Las imágenes son tiernas y conmovedoras siempre con la intención de llevar al espectador a una esquina de lo sentimental para acorralarlo con juegos y apuestas entre niños que recogen unas monedas del fondo del río. Por tanto, se aleja bastante de mostrar imágenes morbosas y gores ( que lo podría hacer porque la familia del protagonista tiene como oficio quemar cadáveres en la orilla del gran río sagrado). Así, el director presenta , por un lado, el destino de una pareja que se aleja de las normas y las consecuencias posteriores: chantaje por parte de la policía y conflictos familiares; por la otra, se sigue un amor apasionado después de conocerse por el faceboock, pero una vez realizado en tanteo social, después de una salida, no puede prosperar porque él es una persona pobre y con esto queda relegado del compromiso de pareja. En definitiva, la acción se mantiene en dos ejes principales: la mujer es la esclava del hombre y nunca debe saltarse las normas del ritual familiar y las relaciones sexuales  por eso el padre considera a su hija una desgraciado que le ha violado el honor de la familia y debe pagar una deuda para que las imágenes tomadas en el lecho del libertinaje no sean publicadas en la red; la mujer no puede, por muy enamorada que esté de un  hombre, liarse con él si éste es pobre como las ratas.

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