Año 2015
País Islandia
Director Grimur Hákonarson
Guión Grimur Hákonarson
Música Atli Örvarsson
Fotografía Sturla Brandth Grovlen
Reparto Sigurour Sigurjónsson, Theodór Júliusson,
Charlotte Boving, Jon Benonysson,
Gunnar Jónsson, Porleifur Einarsson,
Sveinn Ólafur Gunnarsson, Ingrid Jónsdóttir,
Jörundur Ragnarsson, Viktor Már Bjarnason,
Jónas Sen, Jenny Lára Arnósdóttir.
"El valle de los carneros" de Grimur
Hakonarson cuenta la historia de aislamiento que sufren dos hermanos en una
zona rural de Islandia. Las condiciones de subsistencia son extremas y el tiempo que pasan en el paraje es pura soledad interior. A todo esto si sumas que son dos hermanos con una cierta edad avanzada, que viven uno al lado del otro, que
no se hablan en cuarenta años y que cada uno espía minuciosamente todos los
pasos que da el otro para, si pueden en un momento dado, putearse entre sí. En estas condiciones la vida se desarrolla lentamente
hasta que aparece la fatalidad de la enfermedad que da al traste con los seres
más queridos de la zona: las ovejas.
Los parajes fríos y solitarios
marcan la rudeza del hombre solitario, sin familia, casi como un animal que
subsiste ante la adversidad. El aislamiento y la soledad del hombre son los materiales que alimentan
las disputas y el rencor entre hermanos. Las alegrías de uno son las tristezas
del otro, porque la disputa entre los dos es insostenible. No se pueden ver mutuamente, se odian y si se encontraran en una cuneta medio muertos se ayudarían pero con el menor sentimiento de pena. Solo faltaba que apareciera la
enfermedad de "Scrapie" para que las relaciones se volvieran mucho más ásperas. Ésta los vuelve más histéricos porque deben sacrificar a las bestias que es lo que más quieren. Se sienten desolados de ver que el trabajo de una vida se va
al carajo en tan corto plazo, como el agricultor cuando cae una pedregada sobre el fruto apunto de
recolectar. Aquello que tanto esfuerzo te ha costado levantarlo, ahora hay que
sacrificarlo. Aunque siempre que se pueda se intenta camuflar las mejores cabezas de ganado para alejarlas de la comisión de veterinarios. Ya nada queda que hacer sino matar el tiempo en disputas y sale a flote el recuerdo de las cabronadas de la infancia. El espectador mantiene la intriga en
el cuerpo sin saber qué les pasa para odiarse a muerte entre esos hermanos que
les separa apenas unos metros de una vivienda hasta la otra. Son capaces de darse una perdigonada de escopeta en el
cristal con tal de descargar la rabia contra su hermano. Y te preguntas que algo
terrible pasó en la infancia y sales de dudas, avanzada ya la cinta, que no podía ser de otra forma que las causas de los malos rollos estaba en la herencia, como suele suceder más o menos en todas las familias. Se odian a muerte, pero en el fondo les corre la misma sangre y en los momentos
de apuro en aquellos que la borrachera te ha dejado tendido en medio de la
nieve son capaces de llevarte al hospital en una pala excavadora como si llevaras
un paquete de carne cruda. La intriga sigue en saber si se van a dar leches hasta
el final o si se van a reconciliar en una de estas batallas de supervivencia. En definitiva, en el límite de la vida o la muerte asoma la sensibilidad de hermanos en una reconciliación que se presume que será para todos los tiempos.
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