sábado, 4 de febrero de 2017

El hombre de las mil caras*GOYA




Título original El hombre de las mil caras

Año                2016

Duración         123 minutos

País                España

Director           Alberto Rodríguez

Guión              Alberto Rodríguez, Rafael Cobos

Música            Julio de la rosa

Fotografía       Álex Catalán

Reparto          Eduard Fernández, José Coronado,

                      Carlos Santos, Marta Etura, Emilio

                      Gutiérrez Caba, Luis Calleja, Tomás

                      del Estal, Isabel Elejalde, Pedro

                      Casablanc, Enric Benavent.

  
La cinta “El hombre de las mil caras” de Alberto Rodriguez consigue darle a la acción una ambientación casi perfecta como ya lo hacía en sus anteriores trabajos

 “Grupo 7 o en “La isla Mínima” donde la ambientación y el ritmo frenético era su fuerte.

Ahora, se detiene en los hechos acaecidos en dos personajes corruptos de la sociedad española. Muestra con maestría  la vida del chanchullero Paesa ( traficante de armas  en los momentos más calientes de la guerra con E.T.A, o con el G.A.L, no le importa lo más mínimo colocarse de una banda o de otra si detrás hay pasta para pillar, todo ello sucede allá por los noventa del siglo pasado) interpretado por el excelente Eduard Fernández,

el cual se adentra en un personaje con unos rasgos muy marcados: su frialdad, su saber estar en los momentos oportunos con su sabiduría para encandilar o hipnotizar a sus interlocutores para sacarles la pasta sin que apenas se enteren. De la nada, monta un personaje calculador que no se inmuta ante las culpabilidades que le acusan que se escurre cuando lo tienen cercado y que nunca se derrumba, calculador con ese porte de fumador empedernido. Ese personaje que se mueve en el mundo de la diplomacia en el extranjero que hace de mediador con los políticos españoles y los del extranjero que se sitúa en ese mundo del estafador y el estafado y de ahí nunca saldrá. Y el impostor Roldán, interpretado por Carlos Santos

con una puesta en escena blanda y miedosa después de haber sido director de uno de los cuerpos del estado más grande como era entonces Director General  la Guardia Civil, puesto al que llegó con un curriculum de carreras académicas falsas que engañaron a Felipe González, presidente del gobierno por aquella época y que estos altercados acabaron con su carrera política. A su lado, le mantiene de pie su esposa, una Marta Etura

con una fuerza y solvencia que sostenía a aquel hombre derrotado y temeroso. La sociedad corrupta española se muestra ante la pantalla abierta en canal con esta ventana de corrupción que se abre hacia el público. No faltará material para sucesivas cintas si se quiere ahondar en este campo, pues, por desgracia, hay material más que de sobra pendiente de llevar a la pantalla como pueden ser los casos de corrupción política actuales que no es necesario nombrarlos porque es más que conocido y además aburre tener que escribirlos. En fin, lo que más duele es que se habla de personal socialista que en principio debían ser personas implicadas con los más necesitados, pero como se ve solo se preocupan de engordar su propio bolsillo.






La película gira en torno a  Francisco Paesa sus estrategias    para hacerse con la pasta. En el caso de que no lo consiga, directamente en la venta de armas, lo buscará por medio un pelele llamado Roldán ( Director de la Guardia Civil que no sabe donde meter el pelotazo de guita de unos 1500 millones de pelas que ha trincado al Estado español) que lo asesorará para que le deje el dinero a él que estará en mejor recaudo y se encargará de moverlo como un auténtico trilero de un país a otro para marear a los posibles perseguidores del ingreso cuantioso. La historia se cuenta en forma de thriller y se narra a partir de la voz en off de su amigo mas fiel encarnado por Coronado. Todo ello en una ambientación muy cuidada, casi perfecto: de fumadores sucesivos y constantes, de trajes de la época de las tramas y trapicheos entre los hombres de paja. Paesa se mueve en el mundo del embuste del trapicheo y en el instante en que huele el ambiente a pasta, allí se plantará él para mangarla. Por eso quiere dar soluciones a un temeroso Roldán que no sabe qué hacer. Paesa como si fuera el mister "Lobo" de "Pulp Fiction" de Tarantino buscará soluciones a un problema sencillo. Monta un tinglado con el calvo con barba tupida más conocido de la época para que nadie dé con su paradero. En fin, una película que cuenta unos hechos determinados de una sociedad política llena de corruptelas y por ponerle alguna pega se pierde en recovecos y un ir y venir de aquí para allá que lía un tanto la trama. Al mismo tiempo que aquellos que no vivieron esa época igual se la sopla estos mangantes de poco pelo, porque hoy en día han cambiado las jetas, pero siguen ahí al acecho con la mano larga para trincar la pasta que se ponga a tiro. Con todo, sacamos una conclusión muy certera que por lo que se ve, las corruptelas siguen en su lugar, vivas como siempre que han continuado en el tiempo: una enfermedad poco menos que pandémica.  


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