Título original Frantz
Año 2016
Duración 113 minutos
País Francia
Director François Ozon
Música Philippe Rombi
Fotografía Pascal Marti
Reparto Pierre Niney, Paula Beer,
Cyrielle Clair, Johann von
Bülow, Marie Gruber, Ernest
Stötzner, Anton von Lucke.
François Ozon no lo vamos a descubrir ahora, pues raro es la película que no ha dirigido que no te sorprenda con sus imágenes, originalidad, puesta en escena, al mismo tiempo de guiones que te mantienen en vilo. Así, por ejemplo en "Joven y bonita"
una adolescente de diecisiete años, de familia de clase alta, se adentra en el mundo de la prostitución por el placer de experimentar un campo nuevo, alejado de su círculo donde se mueve; o la magnífica "En la casa" donde Fabrice Luchine
realiza un papel de profesor, en el que se verá involucrado en el mundo literario de la ficción de tal manera que acaba él mismo absorbido por la propia ficción, el director propone un juego entre el mundo real y el imaginado que te deja maravillado; en
"El tiempo que queda" donde un fotógrafo gay se traga el marrón de esconder a su familia y su mundo de amistades la terrible enfermedad que ha contraído y los pocos días de vida que le quedan, en ese ambiente enrarecido de últimos días se desencadenas unas situaciones violentas. En este caso, con "Frantz" ( película en blanco y negro) volverá a envolver la historia en un ambiente de crispación, amor y locura por las consecuencias de una herida de guerra. Pierre Niney tras un bigote de la época muy diferente a su actuación en "El hombre perfecto" de
Yann Gizlan nos muestra ese talante frío en su pose. Al mismo tiempo una Paula Beer
realiza un papel dramático que nos mantiene hipnotizados en una época de principios de siglo pasado.
La historia se desarrolla en
Alemania, después de la Primera Guerra mundial, en el momento en que un francés merodea por la cruz de un cementerio ( cementerio de rezos porque los cuerpos de los difuntos no se sabe muy bien donde se encuentran) donde se cruza con una chica que va a depositar un ramo de flores en la tumba del soldado Frantz novio de ésta. Y a partir de aquí empieza el lío del drama: en
descubrir la procedencia del desconocido y por qué merodea por la tumba. La relación que se entabla entre la
familia del fallecido y el desconocido es de lo más cordial, ya que les trae recuerdos ( a partir de una falsa mentira que se inventa porque no se atreve a confesar la verdad) porque da señales inequívocas de que los dos ( tanto el desconocido como en fallecido en la guerra) se conocieron antes de encontrarse con la muerte. Sin embargo, la crispación de los habitantes va en aumento porque le cargan al francés las culpas de los parientes fallecidos en combate. No tiene más remedio que abandonar el lugar con la mentira desmantelada a la novia que se queda tan afectada que quiere suicidarse. En definitiva, la cinta está
grabada en blanco y negro con pequeños toques de color cuando se hace
referencia a Franz o bien el recuerdo feliz del pasado. La trama avanza hasta la confesión
definitiva. En fin, una película que apreciarán los ojos que gusten de un drama
de época con una ambientación perfecta y un estilo espectacular.
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