martes, 21 de febrero de 2017

Sólo el fin del mundo*CÉSAR( 2017)





Título original Juste la fin du monde

Año               2016

Duración        95 minutos

Director          Xavier Dolan

Guión             Xavier Dolan ( Jean-Luc Lagarce )

Música           Gabriel Yared

Fotografía       André Turpin

Reparto           Gaspard Ulliel, Nathalie Baye,

                       Vincent Cassel, Léa Seydoux,

                       Marion Cotillard.


"Solo en fin del mundo" de Xavier Dolan, ( director de "Mommy"

donde las relaciones familiares entre un hijo violento y una madre tolerante pero incapaz de controlar el torbellino gamberro muestran una relación dolorosa) premiada por el jurado de Cannes 2016 pretende mostrar las relaciones entre una familia muy cascadas por la incomunicación. No hay ni un atisbo de cariño ni ternura hacia el personaje que ha estado durante doce años alejado del seno familiar, al contrario, las tensiones se acrecientan. Gaspar Ulliel

( nominado como actor principal a los César 2017) es el hijo que vuelve a casa para confesar su enfermedad terminal que llega como hipnotizado sin capacidad para encontrar un instante donde comunicar su noticia. En esa casa no hay ni un espacio de alegría ni de satisfacción ni siquiera ahora con la vuelta del hijo durante tanto tiempo apartado de los suyos. Allí le esperan la madre Nathalie Baye ( nominada mejor actriz secundaria a los César 2017)

encargada de recordar el pasado como algo idílico, imposible de recuperar a estas alturas como si la vida que queda por pasar ya está de más que sobra, vamos. Los hermanos Lea Seidoux, Vincent Cassel

que no para de abroncar cada vez que habla con gritos y muy mala leche ( nominado a los César 2017 como actor de reparto) y la mujer de este último 

Marion Cotillard.






La película cuenta el regreso de un joven escritor que hacía doce años que abandonó la casa familiar. Lo que se encuentra cuando llega es una frialdad total: ni madre ni hermanos parecen alegrarse de su llegada. Muy al contrario los gritos y el mal rollo parece que es un continuo. Él ha llegado para hacer una confesión de lo más importante, pero ante la dificultad de las relaciones, parece imposible que se realice esta confesión. Las conversaciones se mueven con insinuaciones, monosílabos, y muy pocas concreciones como si nadie quisiera saber del otro y menos profundizar sobre las situaciones que les preocupan. De tal manera que esa confesión tan importante del hijo recién llegado de su inminente muerte se queda en el aire.La cámara simpre pegada a los caretos y los gritos en continuo aumento a medida que se sube el tono acalorado de la discusión que en cada una de ellas casi nunca se sabe por qué ha venido: muestran una incomunicación total. En cierta manera se quiere mostrar el dramatismo en unas relaciones quebradas, fracturadas por enconamientos del pasado o del presente, qué más da, donde aparecen los instintos más precarios del ser humano como los gritos, incluso parecen alaridos animales. Se supone que con esto se crea más tensión y dramatismo, pero en algunos momentos te puede llegar a cargar demasiado. En definitiva, pasado todo el metraje da la sensación que no hemos avanzado nada.

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