Título original Chocolat
Año 2016
Duración 110 minutos
País Francia
Director Roschdy Zem
Guión Roschdy Zem, Cyril Gely,
Olivier Gorce, ( nov. Gerard Noiriel)
Música Gabriel Yared
Fotografía Thomás Letellier
Reparto Omar Sy, James Thierrée, Clotilde
Hesme, Olivier Gourmet, Fréderic
Pierrot, Moémie Lvovsky, Alice
de Lencquesaing, Oliver Rabourdin.
El tema del mundo del circo nos puede dar pereza acercarnos a él, porque la vida de un payaso parece que no de más allá de unas cuantas líneas de un guión. Por eso, pensamos que pueda ser de poca estima para prestarle la debida atención, pero, como pasa en todas las vidas, detrás hay una historia interesante que te hace reír y llorar.
“Monsieur Chocolat” de Roschdy Zem es una historia real que se sostiene por la marca racial que está presente siempre y la fuerza humana que se desprende de ella, del estigma que lleva grabado el personaje en su piel. Por eso, se dan situaciones que te llegan muy hondo en el cerebro durante más allá de la visión de la cinta, incluso te deja un poso amargo. Un payaso negro, despreciado, interpretado por Omar Sy,
( el actor que se lo pasaba genial con las gamberradas en “Intocable” de Oliver Nakache) por el personal que trabaja bajo la lona, con una actuación circense de lo más rudimental que se junta con otro payaso, en este caso blanco, para desbordar el circo de risa. En este caso, vemos un protagonista ( nominado a los César como mejor actor) vestido de época y con mucho más pelo, un personaje de corte muy diferente, interpretado con un buen pulso.
También recuerda a la película de Álex de la Iglesia (1) “Muertos de risa” donde El gran Wyoming y Santiago Segura eran unos payasos que se liaban a hostias durante todas las actuaciones.
La película muestra siempre la cara amarga del racismo social en el
pellejo de un negro descendiente de esclavos que un buen día decidió escapar,
sin papeles, sin más identidad que su careto, hacia lo desconocido para
forjarse una vida en libertad. Rafael Padilla ( conocido por su fama posterior
como Chocolat) realiza actuaciones en un circo de mala muerte en las afueras de
París poco menos que de fiera asustando al público. La ocurrencia de formar un
dúo de payasos viene de la mente de su compañero de profesión Foottit ( James Thierrée también nominado a mejor actor de reparto en los César)
que tras su decadente número mostrado al dueño de la carpa piensa en formar un
dúo con el contrapunto negro perfecto para hacer reír y resurgir de nuevo de la nada. Superan el inicio con un
éxito abrumador que les lleva a París. El triunfo y el fracaso son una
constante en la nueva vida de Chocolat. La fama le lleva al despilfarro: coche,
trajes y lo que es peor el juego de apuestas en tugurios de mala muerte. Así,
el éxito se le ha subido a la cabeza y desprecia la hipocresía de un envoltorio de
payaso que no se siente ser él. Su nombre es Rafael Padilla y considera que ya ha
pasado el tiempo de aguantar guantazos de su compañero y piensa que dentro
de ese armazón de payaso hay una persona con sensibilidad y posibilidades de triunfar en
papeles más serios como el teatro. El éxito no lo digiere bien, pues el juego lo
tiene pillado hasta la médula y no se espera un final feliz. En fin, se pasa el
rato entretenido y con el buen sabor de haber visto una buena película.
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