Año 2016
Duración 124 minutos
País Estados Unidos
Director Mira Nair
Guión William Wheeler
Música A.R.rahman
Fotografía Sean Bobbitt
Reparto Lupita Nyong'o, David
Oyelowo, Madina Nalwanga,
Charity Rose Pimer, Ntare
Guma Mbaho Mwine, Taryn
Kyaze, Esther Tebandeke.
"El caso Ficher" de Edward Zwick mostraba la
rivalidad entre dos ajedrecistas: uno ruso, con todo el aparato soviético
detrás de él, el otro, norteamericano un tanto bohemio, pero con capacidad tanto
intelectual como de medios a su alcance para llegar a ser el mejor jugador del
mundo. Ahora, "Queen of Katwe" de Mira Nair nos desplaza hacia el lado opuesto, el de la precariedad,
que se acerca a la actualidad, pero en un país, Uganda, con ciertas deficiencias de estructura para cualquier deporte, sobre todo, si se trata de las clases pobres. Así, una chica joven que despunta en la disciplina del ajedrez se las verá crudas para conseguir sus metas, pero a su lado está el entrenador, interpretado por David Oyelowo ( se le veía con papeles de secundario en
"El mayordomo" de Lee Daniels). La madre protectora y dulce, interpretada por Lupita Liong’o
( aquella chica maltratada en "12 años de esclavitud" de Steve McQueen),
cuidará de sus hijas y se impondrá a las adversidades como una madre modélica. En fin , muestra la capacidad de superación de los niños más desprotegidos como sucedía en aquella cinta "La clase de esgrima" de Klaus Harö donde unos chicos pobres conseguían vencer un torneo prestigiosos contra un colegio de renombre y muy pijos.
que se acerca a la actualidad, pero en un país, Uganda, con ciertas deficiencias de estructura para cualquier deporte, sobre todo, si se trata de las clases pobres. Así, una chica joven que despunta en la disciplina del ajedrez se las verá crudas para conseguir sus metas, pero a su lado está el entrenador, interpretado por David Oyelowo ( se le veía con papeles de secundario en
"El mayordomo" de Lee Daniels). La madre protectora y dulce, interpretada por Lupita Liong’o
( aquella chica maltratada en "12 años de esclavitud" de Steve McQueen),
cuidará de sus hijas y se impondrá a las adversidades como una madre modélica. En fin , muestra la capacidad de superación de los niños más desprotegidos como sucedía en aquella cinta "La clase de esgrima" de Klaus Harö donde unos chicos pobres conseguían vencer un torneo prestigiosos contra un colegio de renombre y muy pijos.
Los protagonistas se mueven en su
mundo: casas sin puertas y desvencijadas, calles sin aceras de tierra embarrada con
aguas residuales, fuentes muy transitadas, ropa colgante en medio de la calle.
Vemos el ir y venir de las gentes que lo habitan con sus bicicletas cochambrosas
cargadas de enseres sucios y rotas y en medio de un mar de colorido de sus
ropas que contrastan y dan luz y vida a la acción, junto a basureros y animales
que se nutren de ellos. En ese ambiente especial, la vida discurre sin
sobresaltos con naturalidad: ducharse y lavarse en la calle. La cinta avanza desde 2007 momento en que se inicia en el juego del ajedrez hasta 2012 donde llega a
la final. Mientras se ve la vida que avanza en medio del caos del subdesarrollo
de la intransigencia machista que le recriminan por ganar una partida a un
chico. A partir de ahora las trabas llegarán porque los niños pobres no pueden
competir con los de la ciudad y menos pisar la moqueta de las convenciones u
hoteles, no, porque las manchan con su miseria. No pueden pisar esos lugares unos
niños con parásitos y enfermedades por mucho que insista el entrenador. Las
diferencias sociales y raciales entre clases diferentes se hace presente nada
más empezar la competición ( mucha cordialidad y educación, pero el apretón de
manos no sienta bien a los señoritos que se las limpian en el mantel de la mesa de
juego por miedo a un contagio de empobrecimiento). En definitiva, la precariedad de la vida y la miseria serán los
valores que les den fuerza para vencer a sus rivales en los momentos de mayor
tensión de las partidas. Con todo, pese a las desgracias y las miserias, ellos
se sienten felices con lo poco que tienen, sin embargo, olvidarse de las raíces
es lo peor que les puede pasar. Al final, las derrotas del ajedrez son más
dolorosas que las penalidades de la vida y del medio en que habitan.
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